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Jóvenes sin secundaria saturan cárceles ticas

84% de los privados de libertad no terminaron la secundaria

Por Johel Solano | 23 de Sep. 2017 | 12:02 am

Imagen ilustrativa. Archivo CRH

Las cárceles costarricenses están llenas de personas jóvenes que no lograron terminar los estudios.

Y es que los jóvenes están en la mira del crimen organizado: son los asesinos, los asesinados  y los que terminan en las cárceles nacionales.  

Las estadísticas del Ministerio de Justicia al primer semestre del 2017 revelan que 7761 privados de libertad tienen entre 18 y 34 años.  Esta cifra equivale al 55% de los presos.

En total, el sistema penitenciario contabiliza 13 946 privados de libertad, de los cuales el 84% no terminó la educación secundaria.

La viceministra de seguridad María Fulmen Salazar destacó que las vulnerabilidades sociales, consumo de drogas y violencia intrafamiliar afectan directamente a los jóvenes y los hacen más propensos a caer en las manos de las redes criminales.

"Los jóvenes son sujetos y objetos de la violencia que afecta el país. La educación juega como un factor reductor de vulnerabilidades y de apertura de oportunidades", explicó Salazar.

La funcionaria detalló que por ejemplo los datos del INEC muestran que una persona con solo la primaria ganaba cerca de 36 mil colones per cápita por mes. No obstante, una personas con secundaria ganaba más de 600 mil colones per cápita al mes.

Salazar además puso destacó que hay miles de jóvenes que ni estudian ni trabajan y encuentran entre los delitos una forma atractiva de vivir.

Datos del INEC al segundo trimestre del 2017 señalaron que más de 70 mil jóvenes entre 15 y 24 años están desempleados.

La deserción es de de 9,2%, mientras que en el 2014 la cifra fue de 8,7%. Alrededor de 15 mil estudiantes estarían saliendo del sistema educativo cada año. 

Incluso el Organismo de Investigación Judicial ha señalado que los grupos narcos obligan a los menores a matar rivales para ingresar a los redes criminales.

Los estudios demuestran que la criminalidad está relacionada con periodos de desempleo, y crisis económicas porque aumentan robos asaltos y hurtos.

Michael Soto, jefe de planes y operaciones del OIJ, señala que los ticos viven en una cultura de violencia, en donde las personas son más agresivas y menos pacíficas.

"Es la violencia que construyó a lo largo del tiempo. Lo que ocurre en el país lo hemos influenciado nosotros mismos, influenciados por agentes externos indudablemente. Lo cierto es que es una situación que se ha generado en los últimos años", dijo Soto.

Para Soto, el problema de la violencia en el país está vinculado al narcotráfico interno. Por ejemplo las pugnas fuertes para controlar territorios son los generadores del 30% de los homicidios en el país.

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