Jessi Uribe encendió su concierto en Costa Rica con fiesta, licor y emociones
El público seguía encendido tras haber disfrutado de un show inolvidable con la banda regional mexicana Calibre 50. Sin embargo, la noche no terminaba ahí: el cantante colombiano Jessi Uribe salió al escenario para ofrecer el espectáculo que los costarricenses esperaban con ansias.
Matemos las ganas fue la primera canción que interpretó y, desde ese momento, desató la euforia. Al finalizar el tema, levantó una botella de licor, hizo el tradicional brindis "¡Arriba, al centro y pa' dentro!" y bebió un trago largo, marcando el ambiente festivo que dominaría toda la velada.
Desde el inicio, el escenario vibraba con energía. Una mesita negra, vasos y una botella de licor dejaban claro que la noche iba a subir de intensidad. Así lo confirmó cuando cantó Guaro tema durante el cual preguntó al público: "¿Quién se va a emborrachar conmigo hoy?". Llamas salían del escenario mientras la banda acompañaba con potentes melodías.
"¡Salud!", exclamó Uribe al recibir un trago que un fan le ofreció. Tomó directamente de la botella y, entre risas, dijo: "Después de ese aguardiente, qué rico terminar esta noche acamelaraditos". Acto seguido, entonó una de sus canciones más reconocidas: Coqueta.
Luego llegó Le hace falta un beso, interpretada a todo pulmón junto al público. Antes de cada tema, Uribe tomaba un trago y hasta invitó a sus músicos a hacerlo, aumentando el ambiente de complicidad y fiesta.
A las 8:50 p. m., anunció que dedicaría una canción a una fan llamada Yaritza. Sonó entonces Ok, mientras el cantante seguía compartiendo licor y sonrisas. Siete minutos después, el anfiteatro era ya una pista de baile: Uribe danzaba junto a su banda y el público, creando una conexión total.
"Ahora sí los saludo. Buenas noches a todos. ¡La bulla de mi gente de Costa Rica! Hay muchos colombianos que me acompañan hoy… ¡saludos!", expresó en su primera interacción directa con los asistentes.
Uno de los momentos más emotivos ocurrió cuando un retahilero guanacasteco subió al escenario. Con orgullo, improvisó versos dedicados a Guanacaste en el marco de la conmemoración de la Anexión del Partido de Nicoya, provocando una ovación ensordecedora.
"Se lo voy a decir al ritmo guanacasteco, como guanacasteco que soy. Esto dice así…", anunció antes de recitar su retahíla, generando orgullo y aplausos.
A las 9:22 p.m. Uribe se puso melancólico. "Durante estos ocho años de carrera siempre he sido profesional, pero también saco mis tragos. No me siento al cien por ciento mentalmente, pero cuando estoy en el escenario me recargo", confesó. El ambiente se volvió emotivo y dio inicio a Si ya me voy, mientras los asistentes grababan con sus celulares y se abrazaban.
A las 9:40 p. m., ya en la recta final, seguía brindando y cantando grandes éxitos mientras el público bailaba, tomaba y coreaba cada palabra de las canciones.
Cuando faltaban menos de diez minutos para las 10:00 p. m., Uribe miró el tiempo restante y decidió sorprender: subió a una fan al escenario, le ofreció tragos y comenzó a coquetear con ella. Entre risas y complicidad, llegó el instante que desató la mayor euforia: el cantante tomó el sombrero de la mujer, cubrió sus rostros y, aparentemente, la besó. Aunque nadie confirmó si ocurrió realmente, el público estalló en gritos y aplausos.
El concierto cerró en medio de una ovación. Los costarricenses agradecieron al colombiano por regalarles una noche cargada de música, fiesta y emociones que difícilmente olvidarán.