Informantes, corrupción y filtraciones desde policía han dificultado captura de “Diablo”
Alejandro Arias Monge es el criminal más buscado del país: DEA ofrece $500 mil por información que permita capturarlo
Alejandro Arias Monge, conocido como Diablo, no ha visto una celda desde 2016, ya que permanece en fuga y ha empleado todo tipo de métodos para evitar que las autoridades logren capturarlo.
Por esa razón, hace once días se anunció un nuevo intento por localizar a este cabecilla, vinculado con actividades como narcotráfico, homicidios, contrabando, trasiego de armas y legitimación de capitales, entre otros ilícitos.
Ahora, Estados Unidos —a través de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés)— también lo busca por exportar drogas hacia Norteamérica, y por ello ofrece $500.000 por información que conduzca a su captura.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) reconoce que la corrupción ha dificultado el arresto de este sujeto, ya que han ocurrido filtraciones de información sobre los operativos en su contra. Eso le ha permitido huir incluso cuando los investigadores han estado cerca de su paradero.
De acuerdo con Michael Soto, subdirector del OIJ, dichas filtraciones han provenido de distintos cuerpos policiales. Por eso, ahora se apuesta por una jugosa recompensa que motive a allegados de Arias a delatarlo.
"No creo que nos haya desbordado. Creo que hemos tenido algunas dificultades por un tema de corrupción, ciertamente cuando hemos hecho acciones policiales, lamentablemente al sujeto le llega la información de previo.
Ciertamente la zona donde él se desenvuelve es un sector fronterizo y sabemos que lo que hace ante el asedio nuestro es pasarse para una zona rural de Nicaragua y cuando ya el operativo sale, le avisan y él regresa.
Es un tema que tiene alguna complejidad, lo podría tener en cualquier lugar del mundo, cualquier policía", señaló el jefe policial.
A pesar de que desde el Poder Ejecutivo, tanto el mandatario Rodrigo Chaves como su ministro de Seguridad, Mario Zamora, han criticado al OIJ y al Poder Judicial por no lograr la detención del sujeto, lo cierto es que incluso se han registrado fugas de información desde cuerpos policiales que ellos comandan y que colaboran con el OIJ en los operativos.
"Hay problemas de corrupción en todos los cuerpos policiales del país, en todas las instituciones y en todas las áreas. Muy lamentablemente esa es la realidad.
Sí ha habido eh filtración de información a este sujeto desde varios cuerpos policiales que han dificultado la captura de este sujeto, entonces no me parece propio ponerme a decir: "Mire pero es que también en la Fuerza Pública o o también en en equis institución", eso no es lo propio.
Repito nuestras fuerzas nuestro pensamiento está contra este sujeto, nuestra lucha es contra la delincuencia no contra ningún compañero del Estado", señaló Soto, quien también fue ministro de Seguridad y conoce de cerca la policía.
Como el OIJ no cuenta con helicópteros ni lanchas propias, en cada operación deben participar múltiples agentes externos, lo cual genera mayores posibilidades de filtración de información.
A esto se suma la movilidad de Diablo en zonas costeras, fronterizas y muy rurales, que le permiten detectar desde kilómetros cualquier ingreso terrestre, gracias a vecinos o informantes conocidos como campanas.
Existe toda una estructura logística diseñada para dar avisos, muy similar a lo que retratan algunas producciones televisivas sobre narcotráfico.
La estrategia operativa de este grupo está enfocada en garantizar siempre una ruta de escape, ya sea hacia la frontera o por zonas acuáticas, lo que impide al OIJ actuar en territorio nicaragüense.
La participación de funcionarios del Poder Ejecutivo en las estructuras de Diablo ha quedado evidenciada en múltiples ocasiones. Por ejemplo, un grupo actualmente afronta juicio en San Carlos por integrar esta organización criminal. Entre los acusados hay oficiales de tránsito y funcionarios del sistema de salud.
Compra de consciencias
Con la multimillonaria recompensa sobre la mesa, las autoridades del Poder Judicial esperan que se “volteen” algunas conciencias interesadas en traicionar a Diablo a cambio de los ₡253 millones que ofrece la DEA.
Familiares, socios criminales, aliados o miembros de su organización podrían verse tentados por la suma ofrecida y proporcionar información útil para su arresto, dado que los constantes golpes propinados a la estructura han debilitado su entorno.
"Estamos apostando por eso, es una de las muchas estrategias. Tal vez es un tema económico, nosotros (en Costa Rica) no podríamos ofrecer esa cantidad en ninguna manera. Creo que nos hemos esforzado mucho, ustedes lo han visto.
Hemos allanado este docenas de lugares vinculados a esta agrupación, la hemos debilitado importantemente, pero él se mueve con un grupo y con información del área de la corrupción que le permite conocer nuestros movimientos de previo", explicó Michael Soto.
De acuerdo con la agencia estadounidense, Arias es buscado por tráfico de narcóticos, asesinato y lavado de dinero en territorio costarricense, así como por conspiración para fabricar, importar y distribuir sustancias controladas hacia Estados Unidos.
La DEA lo describe como el jefe de una violenta organización criminal transnacional y lo señala como el fugitivo más buscado de Costa Rica. Pesa sobre él un amplio historial de órdenes de captura por tráfico de drogas, robo, homicidio agravado y lavado de dinero.
Según las autoridades norteamericanas, este supuesto capo ha conspirado con numerosos narcotraficantes y organizaciones de tráfico de drogas para transportar cargas de cientos de kilogramos de cocaína desde Colombia.
Posteriormente, la droga es contrabandeada por Costa Rica, Honduras y Guatemala, hasta llegar a México, teniendo como destino final los Estados Unidos.
Convertido en el criminal más buscado del país, Arias permanece prófugo desde hace años y acumula al menos cinco causas penales. Así lo reveló CR Hoy en diciembre pasado, tras consultar con distintos despachos judiciales y fiscales.
Actualmente, figura como cabecilla de una de las organizaciones criminales con mayor presencia en cantones como Pococí, Guácimo, Siquirres, Sarapiquí, San Carlos y Turrialba.