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Inestabilidad en pruebas nacionales obstaculizan un sistema educativo efectivo

Procesos de evaluación en retroceso por constantes cambios metodológicos.

Por Rachell Matamoros | 3 de Oct. 2023 | 5:26 am

(CRHoy.com) La educación en Costa Rica afronta una fuerte crisis en la evaluación de los aprendizajes estudiantiles, debido a que la macroevaluación educativa se ha limitado a la aplicación de pruebas nacionales que carecen de estándares más efectivos que se realizan a nivel internacional.

La inestabilidad en pruebas nacionales obstaculizan un sistema educativo efectivo. 

Según el IX informe del Estado de la Educación, uno de los desafíos más significativos en el ámbito de la macroevaluación educativa en Costa Rica es la constante modificación de objetivos y funciones, cada vez que hay un cambio de gobierno. 

Esta tendencia de alterar la macroevaluación educativa ha persistido a lo largo de diversas administraciones gubernamentales, incluyendo la actual y la anterior.

Katherine Barquero, investigadora del Estado de la Educación, explicó que los sistemas de macroevaluación efectivos deben contar con autonomía técnica y política, instrumentos válidos para medir los aprendizajes, mecanismos de rendición de cuentas, canales de información pública y participación activa de la audiencia en los procesos de evaluación.

El objetivo esencial de todo sistema de educación es mejorar el aprendizaje de la población estudiantil, y en el contexto de la crisis del apagón educativo quisimos analizar la trayectoria y funcionamiento del sistema de macroevaluación como un factor determinante para alcanzar este objetivo.

Nos encontramos con un sistema históricamente reducido a la aplicación de pruebas con alta inestabilidad y deficiencias en todos sus componentes, explicó la investigadora del programa.

Cada cambio de gobierno trae consigo potenciales modificaciones en la forma en que se evalúa la educación en Costa Rica, lo que dificulta la construcción de una base de datos sólida y consistente para evaluar el progreso educativo de los estudiantes.

Un ejemplo de esto fue en el año 2019 en la administración de Carlos Alvarado, cuando se eliminaron las Pruebas Nacionales de Bachillerato y se introdujeron las Pruebas FARO.

Sin embargo, las Pruebas FARO fueron aplicadas solo una vez en 2021 y posteriormente eliminadas en 2022 debido a cuestionamientos técnicos, lo que generó una discontinuidad en la evaluación educativa.

 

 

Asimismo, la implementación de una reforma curricular en 2012 por parte del Ministerio de Educación Pública (MEP), los procesos de evaluación nacional han sufrido un retroceso significativo.

Esto se caracterizan por cambios metodológicos constantes, cuestionamientos técnicos y obstáculos para su alineación con los programas de estudio vigentes.

Además, de que estos deben generar información valiosa para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje.

El sistema actual de macroevaluación en nuestro país, según el informe, presenta deficiencias en varios componentes clave, como son la falta de claridad sobre qué, cómo y para qué se evalúa.

Según detalla, el sistema educativo de Costa Rica no se considera "robusto", ya que no cuenta con la estructura necesaria para evaluar de manera exhaustiva y precisa el desempeño de los estudiantes y la calidad de la educación en el país.

Además, las pruebas nacionales no siempre se alinean con los objetivos de la malla curricular y sus resultados rara vez se utilizan para implementar algún tipo de medida correctiva que ayuden a mejorar el logro educativo.

Este informe, que arroja luz sobre la situación educativa del país, destaca la necesidad de una revisión exhaustiva del sistema de evaluación educativa para alinear a Costa Rica con las prácticas más efectivas a nivel internacional.

Esto plantea interrogantes sobre la efectividad del sistema para identificar áreas de mejora y aplicar soluciones adecuadas.

Además, el informe señala que el sistema no es lo suficientemente "transparente", lo que dificulta la rendición de cuentas y la participación de la sociedad en la toma de decisiones educativas.

La falta de transparencia puede erosionar la confianza en el sistema y generar dudas sobre la equidad en la evaluación.

MEP como juez y parte

El proceso de evaluación también conlleva un "conflicto de interés", según los investigadores.

En el documento se destaca que las mejores prácticas de macroevaluación educativa a nivel internacional proponen independizar las instancias que evalúan la política educativa de los ministerios de educación.

El MEP es juez y parte. Debido a esta simbiosis, los procesos de evaluación se han caracterizado por su vulnerabilidad e inestabilidad en momentos críticos para el sistema educativo cuando más necesitaba de información exacta y de alta calidad para mejorar los desempeños educativos. Pero, ningún jerarca querría evidenciar que su gestión no ofrece los resultados esperados, agregó Barquero.

En el país, la macroevaluación educativa siempre ha estado dentro del MEP, sin embargo, la ministra de Educación difiere en esto, ya que, según la misma, no es viable.

Recientemente Müller mencionó que el MEP tiene un "personal adecuado" para hacer esta labor, que pagarle a gente de "afuera".

Desde el 2007 la Dirección de Gestión y Evaluación de la Calidad está a cargo del desarrollo, aplicación y evaluación de las pruebas nacionales.

Esta Dirección depende financieramente de la partida destinada a los procesos de gestión y evaluación de la calidad, que es la menor de todos los presupuestos del MEP.

Por su parte, el informe destaca que el enfoque del MEP ha estado más en la recopilación de datos y la elaboración de informes que en la aplicación activa de medidas concretas para elevar los estándares educativos del país.

Esta falta de acción ha llevado a una brecha entre la disponibilidad de datos y la implementación de políticas educativas que realmente marquen la diferencia en la calidad educativa.

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