Hermanos le ofrecieron a guardaespaldas un Rolex de oro y $15 mil para matar a empresario
Defensa afirma que declaración de exagente de seguridad es un absurdo y riñe con la lógica
(CRHoy.com) Un guardaespaldas afirmó este martes que le ofrecieron un reloj Rolex de oro y $15.000 para matar a su patrono, Jorge Jiménez Berrocal. Esa propuesta se la hicieron en reiteradas ocasiones los hermanos del empresario sancarleño, conocidos como "Luigi" y "Calica".
La petición se dio en 2009, relató el exencargado de seguridad Armando Sandoval Penedo la mañana de este viernes en su declaración ante el Tribunal Penal del II Circuito Judicial de San José, donde se juzga al primero de los familiares como sospechoso de planear el crimen. Su deposición se llevó a cabo desde el Consulado General de Costa Rica en David, Panamá, donde vive guardaespaldas.
Contó que cuando conducía un vehículo por Florencia de San Carlos, se detuvo para saludar al imputado, y notó que este se encontraba tenso y receloso con él, razón por la cual le preguntó por qué estaba así. Jiménez Berrocal le dijo que había escuchado que él lo quería lastimar; situación que Sandoval Penedo negó en el momento. Antes de retirarse, el encartado le señaló que necesitaba hablar con él respecto a un negocio.
Uno dos o tres días después, el exagente de seguridad narró que visitó a "Luigi" en su casa y que al llegar, este se le acercó con un estuche verde. Dentro de este se encontraba el lujoso reloj.
Sandoval Penedo le preguntó que para qué era eso y Jiménez Berrocal le indicó que era de él, si mataba a su jefe. Agregó que le daría $15.000 más. De entrada -detalló- recibiría $10.000 y el resto se le entregaría cuando estuviese publicado en la prensa el crimen.
Ese día, el guardaespaldas le siguió el juego y se retiró. Al día siguiente le contó a su patrono lo sucedido. Este le ordenó que siguiera recabando información y, en tal sentido, le dio ¢50.000 para que fuera a comprar una grabadora. De ahí en adelante, el exencargado de seguridad enfatizó que hizo registro de todas las conversaciones que mantuvo con "Luigi"; pero nunca con su autorización.
Abonó que, en una oportunidad, el endilgado le dio $1.000 para que comprara un arma de fuego y ejecutara a su jefe.
Luego de eso, llevó las grabaciones que tenía en su poder y el dinero y lo presentó en una reunión en el apartamento del ofendido en Santa Ana, en la que además estuvieron el abogado del agraviado (señalado como Enrique, únicamente) y su hijo, de apellidos Jiménez Romero. En ese encuentro, Sandoval Penedo le señaló al empresario que si lo dejaba matar a sus hermanos, ante lo que este se lo negó al afirmarle que él no era igual a ellos. De seguido, su hijo le recordó que estaba hablando de matar a sus tíos.
El exagente de seguridad sostuvo que en distintas reuniones y llamadas con "Luigi" -una de ellas con varias personas, incluido el otro Jiménez Berrocal- recibió un total de $2.500. Mencionó que le consultaron sobre cuándo iba a perpetrar el crimen en unas 10 o 15 ocasiones; mismas que registró con la grabadora.
Todos esos altercados se dieron entre finales de 2009 y mediados de 2010, mientras el deponente gozó de libertad condicional, toda vez que en 2007 tuvo "un problema" y acabó condenado a cinco años de prisión. Tal beneficio le fue revocado cuando fue aprehendido mientras conducía con un arma de su suegro en la guantera. Valga mencionar que ese no fue el único problema de Sandoval Penedo con la justicia, pues también fue capturado en 2013 y sentenciado en su país por posesión de un arma en su casa; y fue a través de su esposa que se enteró del homicidio del empresario, que finalmente ocurrió el 31 de enero de 2015.
Según el testigo, él presenció varios encontronazos de su patrono con "Calica" por problemas de tierras, así escuchó reiterados comentarios sobre las intenciones que tenía su padre de matarlo. Incluso, aseguró que la víctima le señaló que el reloj era de su papá.
De hecho, precisó que antes del ofrecimiento que le hizo "Luigi", jamás hubiese pensado que este tenía alguna situación con su patrón.
Protesta

Antes del interrogatorio, el defensor del imputado de apellidos Jiménez Berrocal, Jorge Chaves Berrocal, presentó una actividad procesal defectuosa con la que pretendía impedir la declaración de Armando Sandoval Penedo. El jurista alegó que la deposición por videoconferencia resultaba vedada, en el tanto que mediante esa modalidad no era posible observar el lenguaje no verbal y que ese punto fue de relevancia un día antes para la jueza Tatiana Chaves Lavagni.
Desde su perspectiva, ni el fiscal Ricky González Farguharson ni el querellante Francisco Campos Aguilar justificaron por qué el testigo declararía a la distancia; aun cuando estos recalcaron que desde el inicio del debate se señaló que el deponente vivía en Panamá y estaba enfermo, por lo que no podía viajar a Costa Rica.
La gestión fue finalmente rechazada en el tanto que el Tribunal Penal del II Circuito Judicial de San José no constató vicios que encajen en los supuestos establecidos en el artículo 165 del Código procesal Penal, pues las comparecencias desde el extranjero incluso están reguladas en la normativa nacional.
"Lo narrado por el testigo es evidentemente un absurdo. Contraría y riñe con las reglas de la lógica el que el testigo indique que dos días antes de que mi cliente le ofrece supuestamente un dinero para matar a su hermano, precisamente mi cliente estaba asustado y nervioso de tenerlo cerca porque consideraba que el testigo le podía hacer daño. Paradójicamente, dos días después, a la persona que supuestamente le tiene miedo, mi cliente le ofrece matar a su hermano, lo cual es un sinsentido y, para mí, algo totalmente absurdo", recalcó Chaves Berrocal al ser consultado sobre las manifestaciones de Sandoval Penedo.
Nota del redactor: Esta publicación fue ampliada a las 9:30 a.m. del 29 de abril de 2023.