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Hacienda revisa proyecciones fiscales de mediano plazo

Por Alexánder Ramírez | 5 de Sep. 2025 | 12:02 pm

Rudolf Lücke, ministro de Hacienda. (Asamblea Legislativa).

El Ministerio de Hacienda dio a conocer las nuevas proyecciones incluidas en el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2025-2030, cuyo objetivo es garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Según aseguró el ministro de Hacienda, Rudolf Lücke, la mejor gestión del gasto, la reducción de la deuda pública y la generación de superávits primarios constituyen pilares fundamentales para asegurar la estabilidad económica.

Los principales resultados previstos para 2025 son los siguientes:

  • Reducción de la deuda como porcentaje del producto interno bruto (PIB) por debajo del 60 %. En junio se ubicó en 57,4 % del PIB.
  • Superávits primarios consecutivos.
  • Costa Rica mejoró tres escalones en su calificación crediticia por parte de Fitch Ratings en un solo año.

Al comparar la proyección de ingresos para 2025 con lo observado al cierre de junio, se evidencia, en términos generales, que la ejecución se sitúa cerca del 50 % del total anual esperado. Los ingresos totales alcanzaron ¢3.780.430 millones, lo que equivale al 49,7 % de la meta proyectada para todo el año (¢7.607.963 millones).

Al cierre de junio de 2025, el gasto total del Gobierno Central, incluida la concesión neta, alcanzó ¢4.391.127 millones, es decir, el 47,3 % de la proyección anual (¢9.282.021 millones), ligeramente por debajo de la mitad del monto estimado.

Por otro lado, el balance primario a junio registró un superávit de ¢505.831 millones, equivalente al 78,1 % del superávit proyectado para todo el año (¢647.276 millones).

En tanto, el balance financiero mostró un déficit de ¢610.696 millones, lo que representa el 36,5 % del déficit proyectado para 2025 (¢1.674.058 millones).

El Marco Fiscal de Mediano Plazo contiene los siguientes ejes de la política fiscal:

  • Preservar superávits primarios sostenibles.
  • Reducir gradualmente la relación deuda/PIB, con meta del 50 % para 2035.
  • Disminuir la relación intereses/PIB a partir de 2025.
  • Avanzar hacia el grado de inversión, una calificación crediticia otorgada a países o empresas que indica una baja probabilidad de incumplimiento de sus obligaciones financieras, lo que los convierte en inversiones relativamente seguras.
  • Fortalecer la resiliencia fiscal para enfrentar choques externos y contingencias naturales.

Los resultados del escenario base de consolidación fiscal, alineado con los ejes centrales de la política fiscal, arrojan lo siguiente a junio de este año:

  • Ingresos totales: 14,7 % del PIB en 2025, estabilizándose en torno al 14,6 % hasta 2030.
  • Carga tributaria: 13,1 % del PIB en 2025 y, en promedio, 13,0 % entre 2026 y 2030.
  • Gasto total: se reducirá de 18,0 % del PIB en 2025 a 17,0 % en 2030.
  • Intereses: disminuirán de 4,5 % del PIB en 2025 a 4,0 % en 2030.
  • Gasto primario: pasará de 13,5 % del PIB en 2025 a 13,1 % en 2030.
  • Balance primario: aumentará de 1,3 % del PIB en 2025 a 1,5 % en 2030.
  • Déficit financiero: se reducirá de 3,2 % en 2025 a 2,5 % en 2030.
  • Relación deuda/PIB: descenderá de 59,5 % en 2025 a 56,7 % en 2030.

Este escenario base podría verse alterado por factores externos como la desaceleración económica global, tensiones comerciales, conflictos geopolíticos, eventos climáticos extremos, tasas de interés elevadas o volatilidad en los precios del petróleo y las materias primas. A nivel interno, persisten riesgos como el alto costo del servicio de la deuda, posibles iniciativas legislativas con impacto negativo, presiones cambiarias, riesgos inflacionarios y vulnerabilidad ante fenómenos climáticos adversos.

"Un ejemplo claro de un factor interno que indiscutiblemente vendría a alterar estos escenarios es la no aprobación del proyecto de ley que nos da la posibilidad de emitir deuda en mercados internacionales, más conocido como eurobonos. ¿Por qué? Porque rechazarlo significaría perder una fuente de financiamiento más barata y con mejores plazos de vencimiento, además de enviar un mensaje negativo a los mercados internacionales y a las calificadoras de riesgo: que Costa Rica es incapaz de cerrar el ciclo institucional necesario para gestionar su deuda de forma responsable y estratégica. Esto se traduce en menos inversión pública y gasto social, menor margen de maniobra fiscal y un incremento en las tasas de interés que pagamos todos los costarricenses", aseguró Lücke.

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