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Gobierno valoró cárceles de carpas para La Reforma y otros 3 centros penitenciarios

Poder Ejecutivo frenó intenciones tras negativa de diputados de asignar recursos

Por Pablo Rojas | 24 de Abr. 2025 | 1:02 pm

Gerald Campos, ministro de Justicia, y Rodrigo Chaves, presidente de la República. Archivo CRH/Con fines ilustrativos

Los planes de la Administración Chaves Robles (2022-2026) de instalar carpas para privados de libertad no solo contemplaban la propuesta en el centro penal Jorge Arturo Montero (conocido como La Reforma), sino que en el planteamiento se incluyeron otros 3 inmuebles: el Centro de Atención Integral (CAI) Antonio Bastida de Paz, en Pérez Zeledón; el CAI Carlos Luis Fallas, en Pococí y el CAI de Liberia, en Guanacaste.

Las valoraciones están contenidas en el informe "Edificaciones livianas y mampostería como medida inmediata para albergar personas privadas de libertad", elaborado por el departamento de arquitectura del Patronato de Construcciones, Instalaciones y Adquisiciones de Bienes (PCIAB) del Ministerio de Justicia y Paz, con fecha de julio de 2024.

Esa cartera, dirigida por Gerald Campos Valverde, impulsó la propuesta en el primer semestre de 2024 tras conocer una iniciativa planteada por la empresa tecnológica Datasys con base en experiencias en España.

Las carpas que se pretendían instalar para albergar reclusos se asemejaban a las utilizadas en campamentos militares. No obstante, el PCIAB advirtió numerosos riesgos en apostar por esta propuesta.

El costo de inversión superaría los ₡3.000 millones, pero la idea encontró resistencias de parte de Exleine Sánchez Torres, entonces viceministro de Justicia, quien fue destituido el 11 de julio de 2024 en medio de las discusiones por este tema. Incluso, desde marzo de 2024, Nils Ching, director de la Policía Penitenciaria, advirtió de la inviabilidad de utilizar carpas para contener a los reclusos.

Sánchez cuestionó la idea de instalar carpas para albergar reclusos, pues representaba una alternativa propensa a riesgos de fugas, vandalismo y corta vida útil. En contra posición se planteó la posibilidad de construir módulos en mampostería, los cuales darían mayores condiciones de seguridad, una mayor vida útil de las obras y condiciones más aptas para los reclusos.

Rodrigo Chaves Robles, presidente de la República, y el ministro Campos nunca descartaron públicamente, en conjunto, la idea de las cárceles de carpas. Incluso, el mandatario defendió este tipo de alternativas durante la visita al país de Nayib Bukele, presidente de El Salvador, en noviembre de 2024.

Ahora la apuesta se centra en replicar una posible "mega cárcel" al estilo del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) existente en Tecoluca, El Salvador.

La nueva intención del gobierno pretende albergar 5 mil reclusos y costaría $35 millones. La intención, en media contienda electoral para el año 2026, es que el inmueble esté listo el 7 de mayo de 2026. Es decir, un día ante de que termine el mandato de Chaves.

Sobre el plan de carpas, la alternativa que se valoró incluía pilas de lavado y comedores. Además, puestos de controles, módulos para visitas íntimas y baños en mampostería.

El informe detalló que la instalación de las carpas añadiría entre 912 y 1.260 espacios nuevos al sistema penitenciario. En tanto, los módulos construidos en mampostería agregarían más de 700.

En el caso del complejo penitenciario La Reforma, las carpas permitirían albergar 224 privados de libertad. La capacidad existente a la fecha de esta publicación era superior a los 3.500.

Estilo de carpas para cárceles que se pretendían instalar en el país/Foto MJP

¿Cuáles fueron las principales conclusiones sobre la propuesta de carpas? Según el informe del PCIAB, estas:

  • Puede ser vandalizado con mucha facilidad.
  • La duración en el tiempo es corta, lo que implica que el gasto para la Administración pública deba valorarse con mayor detenimiento.
  • La institución carece de algún tipo de material con el que se pueda reparar la estructura en caso de daño.
  • Este tipo de material no ofrece la misma seguridad que las estructuras sólidas, lo que aumenta el riesgo de fugas y conflictos entre personas privadas de libertad.
  • Podrían resultar en condiciones de vida precarias.
  • Existe mayor dificultad en el acceso a servicios básicos como luz o agua.
  • Aún y cuando los materiales con los que están hechos las carpas que se presentan en este informe son adecuados para calor o lluvia, los son para estancias temporales y no permanentes, pues se deben tomar en cuenta los cambios bruscos en el clima que presenta el país como fuertes vientos o tormentas tropicales.
  • Este tipo de instalación puede tener un impacto negativo en la salud mental, tanto del personal como de las personas privadas de libertad, exacerbando problemas como la ansiedad y la depresión.
  • Incumple con los estándares internacionales de Derechos Humanos.
  • Susceptible de recursos ante los jueces de ejecución de la Pena y la Sala Constitucional, esto por cuanto tenemos la experiencia de constantes requerimientos y medidas correctivas que demandan atención en infraestructura sólida, con mucha más razón lo serán estas ubicaciones, lo que traería mayores dificultades que las existentes a la Institución.
  • No cumple con lo normativa nacional de ubicación de personas en estancias permanentes, como la establecida por el Cuerpo de Bomberos de Costa Rica.
  • Si se piensa en una movilidad de las edificaciones, se debe tomar en cuenta que en cualquier lado que se ubiquen, van a requerir de un terreno plano, un espacio en bloque de concreto y acceso de agua, electricidad y residuos, lo que reduce considerablemente la posibilidad de trasladarlas de ubicación.

En octubre de 2024, la Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa aprobó una moción que cerró el portillo para que el Ministerio de Justicia y Paz destinara recursos en el ejercicio económico de 2025 para las cárceles de carpas.

Ahora, la apuesta está en imitar el modelo de "mega cárcel" como el de El Salvador.

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