Gobierno confirma traslado de sensible centro de comunicaciones de Guardacostas
Crhoy.com reveló la semana pasada que con decisión, se ponen en riesgo informaciones confidenciales y se redujo alcance de contacto con embarcaciones
El Ministerio de Seguridad Pública (MSP) confirmó el traslado del Centro de Comunicaciones del Servicio Nacional de Guardacostas (SNG), un cerrado grupo especializado en manejar información sensible sobre patrullajes en mar y el rastreo de lanchas rápidas que movilizan droga por aguas costarricenses, no solo afecta la lucha antinarcóticos del país, sino también las condiciones laborales de los oficiales.
Tal como reveló crhoy.com el pasado jueves 17 de octubre, luego de recopilar cinco testimonios de personas cercanas a las distintas labores de Guardacostas, se pudo corroborar que el viceministro de Unidades Especiales de Seguridad Pública, Manuel Jiménez Steller, ordenó la movilización.
El traslado de sede ocurrió por orden verbal del viceministro, a quien se le achacan otras decisiones que podrían debilitar la lucha contra el crimen organizado que realiza el país, tales como alejar de Bahía Drake el comando élite de Guardacostas y alejar del Caribe Sur a otro grupo operativo de las fuerzas navales costarricenses.
De unas instalaciones en Zapote, donde se coordinan delicados detalles de trayectos marítimos e información de inteligencia sobre las embarcaciones de las organizaciones criminales, el grupo de operadores fue movilizado hacia Base 2 en el Aeropuerto Juan Santamaría en Alajuela.
La mañana de hoy martes, el Ministerio emitió un comunicado de prensa que confirma la información del movimiento y además, defienden dicha decisión, a pesar de que personas cercanas a Guardacostas han señalado los riesgos de fuga de información que se generan por el cambio de sede.
"Con esto las comunicaciones no solo son mucho más eficientes, sino que también pueden establecerse acciones preventivas, además de interactuar en el análisis de las informaciones que reciben cada uno de estos cuerpos policiales, así como planificar y operativizar de la mejor forma sus actividades" cita el boletín.
No obstante, el comunicado compartido por este ministerio del gobierno omite referirse a los límites que provocó y cómo doblegó la operación del Centro de Comunicaciones, el haber trasladado su recinto.
Uno de los problemas con esta decisión, es que limitaron la capacidad de comunicación del centro de operaciones para contactarse con embarcaciones de Guardacostas mar adentro.
Antes la señal llegaba hasta unas 100 millas náuticas mar adentro, pero el alcance se redujo a unas 60 millas, casi la mitad.
"Se queda corto: en caso de alguna operación, las personas están desprotegidas porque los radios no tienen la capacidad que deberían tener. Han pasado casi tres meses desde el cambio y no parece que se vayan a mejorar las condiciones", reveló una de las personas bajo identidad protegida.
Como el traslado fue casi de un momento a otro, todavía no se han readecuado ni incorporado todos los equipos tecnológicos necesarios para las labores que se realizan. Este delicado centro de intercambio de información de inteligencia está doblegado desde hace semanas.
Normalmente, se contaban con dos sistemas de intercambio: uno mediante radiobases, que funciona con antenas que se colocan en algunas estructuras y tienen una capacidad más potente de hasta 100 millas náuticas, y el otro troncalizado, de menor alcance mar adentro.
Desde el desplazamiento ordenado por Jiménez Steller, no cuentan con las radiobases que les permiten hacer llegar los mensajes más lejos, sino únicamente con el sistema troncal. Adicionalmente, no se han incorporado todas las pantallas y parte del equipo quedó en Zapote, quedando debilitado.
Otro de los problemas con el desplazamiento, es la cadena de resguardo de la información: antes del retiro del coronel Martín Arias, exdirector de Guardacostas, él recibía las alertas de los operadores de comunicación y él coordinaba de manera directa junto al director de Operaciones, para ordenar el despliegue de embarcaciones.
Antes el margen de fuga de datos sensibles era muy reducido. No obstante, dado que ahora el centro de comunicaciones de Guardacostas debe estar en Base 2 del aeropuerto, comparten recinto con otros oficiales de cuerpos como el Servicio de Vigilancia y la Policía de Fronteras, que entenderán sin problema las claves policiales y por ende, hay más exposición de la información delicada.

Más riesgos del movimiento
Anteriormente, la central de comunicaciones de Guardacostas, donde se coordinan delicados detalles de trayectos marítimos e información de inteligencia sobre las embarcaciones de las organizaciones criminales, se localizaban en una ubicación en el distrito de Zapote, no dado a conocer por razones de seguridad.
En esas instalaciones, trabajaba un reducido grupo del SNG, para evitar fugas de datos policiales sensibles: menos de 10 personas que manejaban la información para transferirla a la jefatura de operaciones, para coordinar con los agentes y navíos con presencia en el agua.
Este grupo de oficiales tenía a su cargo, por ejemplo, mantener contacto con las aeronaves de Estados Unidos que patrullan de forma conjunta con Costa Rica sobre las principales rutas marítimas del narcotráfico internacional y que dan aviso de la presencia de buques o barcas sospechosos.
"El centro de información se encarga de recibir alertas de narcotráfico, casos de búsqueda y rescate, incidentes del 9-1-1 y todo lo que es el movimiento de las estaciones, como coordinaciones antidrogas, estado de las embarcaciones, cuánto personal se mantiene. Alguna información más sensible se comparte de hecho con solo una estación", indicó otro de los testigos consultados.
Sin embargo, entre mediados de año y agosto, Jiménez Steller les ordenó pasarse a Base 2 en el Aeropuerto Juan Santamaría en Alajuela, limitando el alcance y generando riesgo de filtraciones al mezclarlos con otros funcionarios, según las personas consultadas.
De acuerdo con los testimonios, los cuartos hacia donde llevaron están en conjunto con el Servicio de Vigilancia Aérea, en mal estado: con instalaciones sin cielo raso, con una plaga de polilla y condiciones insalubres, poco aptas para largas estancias.
A esto se suma que el taller de Vigilancia Aérea está en el segundo piso, por lo que algunas veces se ponen a probar los motores de avión y los oficiales no pueden ni descansar allí. Además, relataron que las instalaciones eléctricas están muy deterioradas y generan un riesgo importante.
"Toda la madera está podrida y comida de comején. A mucha gente de la (Vigilancia) Aérea le dijeron que no se podían quedar ahí cuando, la ley dice que si son más de tres horas de viaje al día -una hora y media en la mañana y una hora y media en la tarde- ellos sí tienen la posibilidad quedarse ahí.
Pues a ellos lo sacaron, con la novedad que los oficiales de Guardacostas iban para Base 2", narró uno de los testigos.
A esto se suma que los mismos policías especializados, el grupo operador de comunicaciones que estaba instalado en la localidad de Zapote, tenía bajo sus funciones custodiar las armas que se resguardaban allí y al expulsarlos a ellos del edificio, se ordenó sacar entre 6 y 8 oficiales de Guardacostas de sus funciones en las estaciones del mar, para enviarlos a cuidar el arsenal.
El pasado martes 10 de setiembre, durante una actividad pública, crhoy.com abordó al ministro de Seguridad, Mario Zamora, tras recibir el primer reporte sobre este movimiento. Durante las últimas semanas se han recolectado más testimonios que reafirman lo ocurrido.
Ese día, el jerarca no negó que el traslado hubiera ocurrido. Por el contrario, lo justificó e intentó evadir la pregunta asegurando que es información delicada para la policía.
"Por inteligencia policial esto no lo digo. Ningún cuerpo policial solo. Usted no puede hacer ninguna interceptación solo trabajando dentro de un cuerpo. Se trabaja de manera conjunta. Los detalles de cómo se hace esa conjunción, sí son propios del quehacer policial especializado", señaló.