Francia al borde de tumbar a su segundo gobierno en nueve meses
(AFP) El Parlamento francés se dispone a tumbar este lunes al segundo gobierno en nueve meses y recrudecer la crisis política en este país clave de la UE, donde las miradas están puestas en su presidente Emmanuel Macron.
Desde el fallido adelanto electoral de 2024, Francia vive una profunda inestabilidad política sin mayorías parlamentarias estables, en un contexto de elevada deuda pública: alrededor del 114% del PIB.
El último episodio de esta crisis es la esperada caída del primer ministro, François Bayrou, en su intento de convencer a los diputados de adoptar un plan de recortes presupuestarios para 2026.
A las 3:00 p. m. locales, el centrista de 74 años tomará la palabra en la Asamblea Nacional (cámara baja) antes de que se vote una moción de confianza, que él mismo pidió aunque se da por perdida.
Las oposiciones de ultraderecha y de izquierdas ya anunciaron que votarán en contra, e incluso podrían hacerlo diputados del partido conservador Los Republicanos (LR), que gobierna junto a la alianza centroderechista de Macron.
Esto llevará a Bayrou a presentar a Macron la dimisión de su gobierno, que se convertiría en el tercero en caer ante el Parlamento desde el inicio de la Quinta República en 1958.
El dilema del presidente
Consciente de su inexorable caída, Bayrou reunirá a su gobierno para un "momento distendido" tras la votación, según su entorno. También se convocaron concentraciones ante alcaldías para celebrar su salida.
El anuncio en julio de su plan de recortes, que incluía la supresión de dos días feriados, relanzó el malestar social en Francia, donde el miércoles se prevé una jornada de protestas bajo el lema: "Bloqueemos todo".
En este contexto, la presión se cierne sobre Macron, que debe decidir si convoca nuevas elecciones legislativas anticipadas, o designa otro primer ministro, tras fracasar con el conservador Michel Barnier en 2024 y con Bayrou.
Ambos escenarios no están exentos de riesgos. Mathieu Gallard, del instituto de sondeos Ipsos, asegura que la crisis podría continuar incluso si se celebran nuevos comicios legislativos.
"Ninguno de los tres bloques [izquierda, centroderecha y ultraderecha] tiene un apoyo electoral que le permita obtener una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional", resume el experto.
La líder ultraderechista Marine Le Pen, fuerte en los sondeos, ya pidió la convocatoria "ultrarrápida" de estos comicios, aunque no podría presentarse al pesar sobre ella una pena de inhabilitación.
Un eventual nuevo primer ministro se enfrentaría al reto de conciliar los reclamos de la oposición. Macron abogó la semana pasada por que su actual gobierno tienda la mano a los socialistas para buscar la estabilidad.
Entre los nombres que circulan para suceder a Bayrou están los ministros actuales de Defensa, Sébastien Lecornu; de Economía, Éric Lombard; de Justicia, Gérald Darmanin, y de Sanidad, Catherine Vautrin, entre otros.
Riesgos
Aunque en 2024 Macron necesitó casi dos meses para nombrar a Barnier, en esta ocasión el nuevo nombramiento podría ir más rápido, máxime cuando la incertidumbre política parece trasladarse a los mercados financieros.
El viernes, la agencia Fitch tiene previsto anunciar su nueva calificación de la deuda soberana de Francia. En marzo ya advirtió que la degradaría si no lograba aplicar un "plan creíble" que permita reducirla a medio plazo.
El plan de Bayrou, abocado al fracaso, prevé 44.000 millones de euros ($51.600 millones) de recortes. El proyecto alternativo de los socialistas prevé la mitad, al aumentar los impuestos a las grandes fortunas.
La caída de un nuevo gobierno podría abocar a Macron a la dimisión, pese a que su mandato termina en 2027. El presidente ya descartó este escenario, que un 64% de franceses quiere según un sondeo reciente de Odoxa-Backnone, y que la izquierda radical ya reclama.
Los nueve meses de gobierno de Bayrou también estarán marcados por el escándalo Bétharram sobre supuestas agresiones físicas y sexuales durante décadas en este colegio católico del sur de Francia al que fueron sus hijos.
Los ponentes de una comisión parlamentaria señalaron su "falta de actuación" para frenarlas cuando era ministro de Educación en los años 1990. Bayrou denunció un "tribunal político", lo que enfadó a las víctimas.