(FOTOS y VIDEOS) Guns N’ Roses desató la euforia en el Estadio Nacional con un show histórico
Al ser las 7:10 p. m., se apagaron las luces de la gran estructura ubicada en medio del Estadio Nacional, mientras que las de los celulares de los fans de Guns N' Roses se encendieron para grabar el esperado momento en que la agrupación saldría al escenario para brindar uno de los conciertos más históricos y esperados del año.
Sin embargo, la espera se prolongó algunos minutos más: en el escenario se escuchaban sonidos de preparación y las pantallas proyectaban imágenes de la banda. Finalmente, a las 7:13 p. m., aparecieron algunos músicos que dieron los primeros acordes de la noche, desatando la euforia de los fanáticos, quienes desde el primer instante no dudaron en saltar y brincar al ritmo de la música.
En medio de la algarabía, apareció Axl Rose con un atuendo negro y unos lentes oscuros que enloquecieron al público costarricense al interpretar una de las canciones más emblemáticas de la agrupación californiana: Welcome to the Jungle. Con gran energía y al ritmo de sus mejores interpretaciones, Rose se movía de un lado a otro del escenario, mientras los costarricenses coreaban con fuerza Bad Obsession, una de las más ovacionadas de la noche, para dar paso a Mr. Brownstone.

Entre los músicos más esperados, Slash se robó la atención. Con su icónico atuendo y sombrero, destacó en todo momento del concierto. Para las 7:40 p. m. ya había cambiado de guitarra al menos tres veces, demostrando que una sola no era suficiente para él ni para los fanáticos. En varias ocasiones, las pantallas mostraron de cerca tanto al guitarrista como los acordes que interpretaba.
Uno de los momentos más intensos llegó con Live and Let Die, una de las canciones más conocidas de la banda, popularizada también por aparecer en la franquicia cinematográfica Shrek. El tema fue coreado por miles de costarricenses que, entre saltos y cánticos, se dejaron llevar por la fuerza del rock.
A las 7:50 p. m. sonaron It's So Easy y Absurd, que encendieron aún más la energía del público. Muchas personas ondeaban banderas de Costa Rica en señal de orgullo y emoción.

Cuando el reloj marcó las 8:00 p. m., los solos de guitarra se adueñaron del escenario. Slash no solo impresionó con sus acordes, sino que incluso se animó a cantar brevemente. Considerado uno de los guitarristas más icónicos de la historia del rock, Saul Hudson, su nombre real, es pieza fundamental de la agrupación por su estilo único, su técnica y su inconfundible imagen.
En ciertos momentos, Slash utilizó el efecto Talk Box, que permite modular el sonido de la guitarra con la boca, logrando que el instrumento pareciera "hablar". Este efecto provocó una ovación generalizada en el estadio.

Otro instante emotivo llegó con Yesterdays, interpretada de principio a fin por el público. Al concluir, un fan gritó su amor a la banda, y desde el escenario le respondieron con afecto.
A las 8:15 p. m. las luces de los celulares iluminaron el estadio al ritmo de Knockin' on Heaven's Door, canción que Rose permitió que corearan los costarricenses mientras se tambaleaba frente al escenario para escuchar la fuerza de sus voces.
Tras este momento, Rose lanzó una frase inesperada: "Esto es para todos los que hablan mierda en Internet", para luego dar inicio a otro de sus clásicos: Don't Cry. Para las 9:00 p. m., la energía del concierto seguía al máximo, pese a que aún faltaba cerca de una hora de show. Slash volvió a brillar, esta vez con una guitarra roja que resaltaba con cada interpretación.
A las 9:10 p. m., Rose presentó a cada uno de los miembros de la banda. El baterista, que tocó sin camisa durante toda la velada, y la tecladista, que saludó al público, recibieron ovaciones. Pero el clímax llegó cuando anunció a Slash, quien se dirigió al centro del escenario para regalar un solo de más de cinco minutos. De repente, comenzó a sonar Sweet Child O' Mine, una de las canciones más legendarias del rock mundial, cantada, saltada y grabada por todos los presentes.
Finalmente, a las 9:26 p. m., Rose se sentó en el centro del escenario frente al piano para interpretar November Rain, uno de los clásicos más esperados. Con una camisa negra que brillaba bajo las luces, el vocalista emocionó a los miles de asistentes, quienes grabaron y corearon cada instante de esta interpretación monumental.
