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Familia de Nadia añade suplantación y estafa a acusación por femicidio

Querella añade más delitos para buscar una condena mayor

Por José Adelio Murillo | 28 de Mar. 2025 | 12:59 am

Los familiares de Nadia Peraza Espinoza, la joven madre cruelmente asesinada y descuartizada a inicios de 2024, buscarán la pena máxima de cárcel contra Jeremy Mauricio Buzano Paisano, el sospechoso de haber acabado con la vida de su pareja y, posteriormente, desmembrarla.

A inicios de mes, el Ministerio Público confirmó que cerró la investigación y presentó una acusación por femicidio para solicitar la apertura a juicio. Sin embargo, para la familia, una condena por ese delito no es suficiente, por lo que consideran que el imputado cometió más actos ilegales.

Mediante una querella con acusación privada presentada esta semana, la familia Espinoza intentará obtener una pena de 50 años de cárcel contra Buzano, el mayor castigo permitido por las leyes costarricenses.

Tanto ellos como su abogado, Joseph Rivera, sostienen que el sospechoso también incurrió en otros delitos, como suplantación de identidad, uso de documento falso y estafa.

La suplantación de identidad, aparentemente, ocurrió cuando Buzano Paisano escribía a familiares y amigos de Nadia a través de WhatsApp y redes sociales, haciéndose pasar por ella para decirles que estaba bien y así evitar que la buscaran.

Este hecho consta en los informes policiales y fue confirmado por el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Randall Zúñiga, el mismo día de los allanamientos del caso.

"El sujeto empieza a engañar y manipular a la familia, diciéndole que estaba en otros lugares", declaró Zúñiga hace un año.

Las penas por suplantación de identidad oscilan entre tres y ocho años de prisión, que podrían sumarse a un eventual castigo máximo de 35 años por el femicidio.

Para los allegados de la joven asesinada, Buzano Paisano también habría cometido el delito de uso de documento falso. Esto se debe a que el imputado portaba y utilizaba la cédula y las tarjetas bancarias de la víctima.

Además, al hacerse pasar por Nadia para utilizar esas tarjetas, retirar dinero de cajeros automáticos y realizar compras, podría haber incurrido en el delito de estafa, cuyas penas pueden ascender de tres hasta diez años de prisión, dependiendo del monto defraudado.

"Esperamos que se traslade esta pieza al Juzgado Penal, para que nos señalen los más pronto posible esa audiencia preliminar, para ver si la causa la elevan a juicio tal vez este año o el próximo año. 

Esperamos que este proceso se resuelva lo más rápido posible para que se haga justicia. No solo para las víctimas, sino para su madre y todos los familiares que están detrás de todo este proceso apoyando", explicó Rivera.

Si el caso se eleva a juicio y se admite la querella, Jeremy Buzano se enfrentaría a una pena de al menos 52 años de prisión en lugar de los 35 que se contemplan únicamente por el femicidio.

Además, el sospechoso habría irrespetado las medidas de protección y alejamiento por violencia doméstica que se le impusieron, ya que existen reportes de agresiones y maltratos contra su pareja. Sin embargo, este delito podría estar prescrito.

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Esperan justicia

Para doña Marilyn Espinoza, madre de Nadia, su nieta es quien todavía le da fuerza y ánimos para seguir luchando, no solo por conseguir justicia, sino también para salir adelante.

"Ella es la que me da fuerza. Primero Dios y después ella, si no hubiera sido por ella, quién sabe si yo estaría hoy aquí.

Ella es la que me anima todos los días cuando me dice 'te amo'. Es la que me impulsa a salir adelante", detalló doña Marilyn, quien recientemente obtuvo la custodia definitiva de la menor de edad.   

Debido a su corta edad cuando ocurrió el crimen, la niña ya empieza a olvidar a su madre. Así lo relató doña Marilyn Espinoza, madre de Nadia.

"Pienso que como ella estaba muy pequeña, tal vez ya se le está olvidando un poco la mamá. Uno le enseña las fotos y ella dice "mami", pero piensa que tal vez soy yo.

Al principio sí preguntaba mucho por los dos y lloraba en la noche, lloraba mucho. Ahora ya se va acostumbrando un poco". 

La pequeña es el principal motor de la familia Espinoza para buscar justicia. Por esa razón, mediante una querella privada, tratarán de conseguir una condena contra su expareja y único sospechoso, Jeremy Mauricio Buzano Paisano, con la máxima pena posible. 

Atroz crimen

Fue el jueves 16 de mayo de 2024, cuando dos oficiales del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) se toparon con el macabro hallazgo de restos humanos dentro de una refrigeradora, en una casa en San Pablo de Heredia.

Al día siguiente, la policía judicial retornó con todo un equipo de peritos, Unidad Canina, médicos forenses investigadores y agentes especializados para inspeccionar la vivienda y el electrodoméstico.

La joven tenía varias semanas desaparecidas previo al hallazgo, específicamente desde el 20 de febrero. Este sitio era de importancia para la policía judicial, porque allí fue donde se pasó a vivir Buzano Paisano, luego de dejar la casa donde convivía con Nadia.

Muy cerca de la entrada y la vía pública, estaba la refrigeradora en el jardín frontal. Allí detectaron partes del cuerpo de la víctima dispersas en diferentes lugares y contenedores, restos óseos y partes de tejido también.

El sospechoso usó ropa y bolsas plásticas para ocultar los restos. La mayoría de prendas de vestir estaban cortadas por "objetos filosos", según describe el expediente al cual CR Hoy tuvo acceso.

Dentro de la propiedad, en un patio a la par donde estaba durmiendo, los investigadores dieron con un documento del Patronato Nacional de la Infancia en manos del sospechoso, así como un cuaderno y un libro sobre cómo dibujar el cuerpo humano. 

En otra bolsa apareció la cartera de Nadia con dos tarjetas bancarias, su cédula, un carnet de manipulación de alimentos y una foto de su hija.

Horas después, en una segunda localidad, en Bajo Los Molinos en San Rafael de Heredia, los oficiales encontraron más restos de Nadia, dentro de bolsas plásticas y contenedores, lanzadas en una especie de lote baldío a 50 metros de la residencia. Por respeto a la víctima y a la familia, se omiten las descripciones aportadas en el informe.

Posterior a su extracción y análisis, algunos indicios fueron llevados a Medicatura Forense y al Archivo Criminal. Otros, como la refrigeradora, cobijas, pantalones, blusas y bolsos, fueron destruidos. Los canes, pruebas con luminol y tests Kastle Meyer fueron claves para inspeccionar las locaciones.

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