Expresidenta Chinchilla intenta visibilizar caos en Nicaragua
Celebra pronunciamiento de Organización Panamericana de la Salud que condenó falta de atención de la pandemia en Nicaragua
(CRHoy.com).- Nicaragua sigue en fiestas auspiciadas por el Gobierno de Daniel Ortega mientras el mundo combate el COVID-19. La expresidenta de la República, Laura Chinchilla Miranda (2010-2014), intenta que la comunidad internacional vuelque su mirada hacia ese país para evitar un pico de contagios del SARS-CoV-2 a causa de la laxitud con la que las autoridades de esa país han manejado la situación.
Chinchilla dijo que decidió alzar la voz a solicitud de varios sectores de la población nicaragüense que están preocupados por el impacto que vaya a tener la pandemia en su país a raíz del irrespeto a las medidas recomendadas por los organismos internacionales especializados y porque esos grupos temen que el mundo no se entere de la situación angustiante que se vive entre la población.
La expresidenta celebró que este martes la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, llamara la atención al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo por no aplicar con rigor las recomendaciones para impedir un brote violento del COVID-19, enfermedad de la que hasta ahora las autoridades de esa nación solo reportan seis casos confirmados y una muerte.
Chinchilla tiene información que le han proporcionado los grupos de nicaragüenses preocupados por la situación de que no hay una estrategia de contención de la epidemia.
Sino que, todo lo contrario, el Gobierno ha aprovechando de manera irresponsable este vacío de política en las calles para promover actividades masivas en favor suyo.
"No solamente lo he venido haciendo motivada por la angustia y el dolor que a uno le produce que el pueblo nicaragüense esté ayuno de respuestas efectivas, sino, también, por la preocupación en cuanto a las eventuales repercusiones que una peste desbordada en Nicaragua pueda tener sobre nuestro país. Es algo que sería profundamente injusto, dado que aquí sí se han venido adoptando las medidas por parte de las autoridades sanitarias, pero, también, acogidas por parte del pueblo costarricense de manera bastante efectiva", dijo Chinchilla.
Aunque las presiones lograron que finalmente la OPS se pronunciara sobre el caso de Nicaragua, la exgobernante no quiso vaticinar si ese llamado será suficiente para que las autoridades del vecino país del norte varíen su actuar frente a la pandemia.
"Verdaderamente es muy difícil predecir cuál va a ser la actitud de Daniel (Ortega, presidente) y de Rosario (Murillo, primera dama y vicepresidenta), cuando ni siquiera han aparecido. Pareciera que hay otro elemento. Hay mucha especulación, yo no me quiero apuntar a esas especulaciones (sobre los motivos por los que Ortega tiene un mes de no aparecer públicamente), pero, lo que sí es cierto, es que no se ve algo como relativamente normal (la ausencia de ambos) aun cuando ya el pueblo estaba acostumbrado a que Daniel se desaparezca por ratos. Pero, que se desaparezcan los dos en medio de una situación como esta, pues sí hace presumir que puede haber algo adicional que tienda a agravar el manejo de esta situación", estimó.
Inacción del régimen y freno a iniciativas molestan a Chinchilla
Chinchilla comentó durante una entrevista con CRHoy.com este miércoles que uno de los hechos que más la molestaron fue la decisión del Ministerio de Salud de Nicaragua de impedirle a la iglesia Católica que echara a andar programas de prevención contra el COVID-19.
El rechazo por parte de las autoridades de los planes de la iglesia lo dio a conocer Rolando José Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa, al norte de Nicaragua.
El prelado impulsó el proyecto de Centros de Prevención Médica así como un centro de llamadas para informar a la población sobre el coronavirus.
Sin embargo, el 5 de abril escribió en su cuenta de la red social Twitter que el Ministerio de Salud le notificó que no podía llevar adelante el proyecto.
"Quiero dejar constancia ante el pueblo que nosotros como Diócesis quisimos trabajar por la salud de nuestro pueblo y no nos han permitido", lamentó el Obispo.
"El Minsa me acaba de notificar que no puedo llevar adelante el Proyecto de los Centros de Prevención Médica, ni si quiera el Call Center. Quiero dejar constancia ante el pueblo que nosotros como Diócesis quisimos trabajar por la salud de nuestro pueblo y no nos han permitido".
— Monseñor Rolando José Alvarez L. (@DiocesisdeMat) April 5, 2020
Aun así, Laura Chinchilla rescató las informaciones que dan cuenta de que el pueblo nicaragüense se ha organizado en la medida de sus posibilidades para aplicar algunas medidas de contención del COVID-19.
Aunque, también, lamentó que haya "un altísimo" sector de la ciudadanía que sigue creyendo el mensaje del Gobierno de que no hay que preocuparse de la pandemia.
La expresidenta tuvo acceso a la información que recopiló una Organización no Gubernamental (ONG) de Nicaragua sobre el conteo de casos del coronavirus. Según esa Organización, el Observatorio Ciudadano COVID-19, al 4 de abril en el país habían 136 casos sospechosos de contagio, mientras que, a esa fecha, el Ministerio de Salud solo reportaba 12 sospechosos y cinco casos confirmados.
Me mandan estos datos que con gran dificultad recogen miembros de un Observatorio Ciudadano sobre incidencias del #COVIDー19 Miren Uds. las diferencias frente a las cifras oficiales. pic.twitter.com/g5xQzW9tLX
— Laura Chinchilla M. (@Laura_Ch) April 6, 2020
"Evidentemente, hay más casos de los que se están reportando. Esta ONG está haciendo este esfuerzo por documentar y la diferencia es bastante significativa, Pero, además, hay otras pruebas de que hay discrepancias. Por ejemplo, el mismo hecho de que Cuba reporta que algunos de sus casos de COVID-19 se los atribuyen a personas que venían ingresando de Nicaragua. Mientras Cuba reporta casos que se generaron en Nicaragua, este país casi no reporta casos. De manera que sí tiene que haber, por supuesto, muchos más casos que los que oficialmente se están reportando, que son seis casos", estimó la exgobernante.
Recomienda al Gobierno prever "escenario extremo"
Laura Chinchilla felicitó las acciones que ordenó el gobierno del presidente de la República, Carlos Alvarado, para cerrar las fronteras del país, con especial énfasis en el resguardo de la frontera norte, por el importante flujo migratorio irregular proveniente de Nicaragua.
El ministro de Seguridad Pública, Michael Soto, dijo este miércoles que los casos de migrantes irrregulares devueltos desde varios puntos del norte ascendía a más de 2.000.
Empero, la expresidenta dijo que la extensión de la franja fronteriza y la capacidad limitada de la Fuerza Pública para vigilar cada punto de paso, la hace temer que las medidas no sean del todo efectivas, algo que la preocupa especialmente por las consecuencias que pueda tener para Costa Rica una extensión violenta de la pandemia entre la población nicaragüense.
"Lo que temo es que una vez que la peste empiece a manifestarse con fuerza en sus consecuencias en Nicaragua, cunda el pánico y entonces empecemos a ver nicaragüenses intentando cruzar la frontera de regreso a Costa Rica para, por lo menos, proveerse de asistencia sanitaria.
"Y eso sí que sería para nosotros terrible. Sería un drama humano, sin lugar a dudas, porque estamos hablando de personas, independientemente de su nacionalidad, pero, también, sería un riesgo altísimo para las normas que hemos venido adoptando en nuestro país", advirtió.
Chinchilla recomendó a las autoridades costarricenses plantearse un "escenario extremo" en caso de que no haya reacciones de parte de las autoridades nicaragüenses.
"Ese escenario extremo supondría ir imaginando la necesidad de movilizar parte del sector internacional para que nos ayude a intervenir los flujos de migrantes que se puedan dar en la frontera norte.
"Hablo de la posibilidad de que nos ayuden a instalar puntos no solamente de retención, sino, de atención de personas que puedan venir con el coronoavirus, de manera que no se les deje a merced de la enfermedad, pero que puedan haber alternativas de retención antes de que busquen cruzar la frontera", explicó.
Para la expresidenta, lo peor sería que Costa Rica vea cómo colapsa su capacidad hospitalaria ante un ingreso masivo de nicaragüenses contagiados con el COVID-19.