Estudio pronostica que arancel de EE. UU. tendrá impacto limitado en exportaciones ticas

El arancel "recíproco" del 10 % impuesto por el presidente Donald Trump tendría un efecto mínimo sobre las exportaciones de bienes de Costa Rica a Estados Unidos.

Así lo sugiere un análisis elaborado por Sandro Zolezzi, investigador asociado de la Universidad LEAD y research fellow de la Academia de Centroamérica.

"Los datos muestran una incidencia limitada de esta medida en el comercio entre ambos países", señala el estudio.

En términos generales, un nuevo arancel es pagado inicialmente por el importador al recibir la mercancía; no obstante, la tarifa suele trasladarse al consumidor final mediante los precios.

En la cadena de valor participan varios agentes, como el productor, el importador, eventualmente un intermediario y el consumidor final. La forma en que se distribuye el impacto del precio dependerá de la elasticidad de la demanda de cada producto, lo que determina si el consumidor asume la totalidad del ajuste o si los márgenes se modifican a lo largo de toda la cadena.

La elasticidad de la demanda mide cómo varía la cantidad demandada de un bien o servicio en respuesta a una modificación en su precio.

Zolezzi explicó que, para estimar con precisión el efecto de este arancel en las exportaciones de Costa Rica, se requiere un estudio pormenorizado.

Para este análisis detallado se consideraron los principales productos que Estados Unidos importó desde Costa Rica en 2024, según datos de la Administración de Comercio Internacional de EE. UU. (ITA).

Los cinco principales productos importados desde Costa Rica ese año fueron instrumentos médicos y quirúrgicos, artículos ortopédicos, semiconductores, piñas y bananos, los cuales representaron el 68,2 % de los $11.625,5 millones exportados. Esta fuente fue seleccionada debido a que registra los precios de ingreso de los productos a Estados Unidos, valores que se utilizaron para calcular el arancel correspondiente.

Resultados

El investigador recordó que los dos primeros productos corresponden a lo que se conoce como dispositivos médicos.

De acuerdo con un reporte de la consultora especializada Precedence Research, el tamaño del mercado mundial de dispositivos médicos fue valorado en $640.500 millones en 2024, y se proyecta que alcance alrededor de $1.146.900 millones para 2034, con una tasa de crecimiento promedio anual del 6 % durante ese período.

Este crecimiento se basa, principalmente, en el envejecimiento de la población global, lo que impulsa una mayor demanda de dispositivos médicos. A medida que la esperanza de vida se extiende, también lo hace la necesidad de tecnologías que mejoren la calidad de vida de las personas mayores y les ayuden a manejar enfermedades crónicas.

El informe señala que Estados Unidos generó el 40 % de los ingresos del mercado, pese a no contar con ese mismo porcentaje de la población mundial. Los hospitales y clínicas aportaron el 88,5 % de los ingresos por usuario final.

La demanda está asegurada, y la elasticidad-precio de la demanda de dispositivos médicos en EE. UU. generalmente se considera inelástica, lo que significa que los cambios en el precio tienen un impacto relativamente pequeño en la cantidad demandada.

El tercer producto importado por EE. UU. desde Costa Rica son los semiconductores o chips ensamblados, probados y empaquetados por Intel.

En ese país, la demanda de semiconductores también se considera, en general, inelástica, especialmente en el caso de chips de alta gama utilizados en aplicaciones críticas como la automoción, la industria aeroespacial y la defensa.

"Sin embargo, en este caso es Intel la que está en problemas. El declive de Intel se venía gestando desde hacía tiempo. Antaño el fabricante de chips dominante, cedió terreno a Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. (TSMC) durante la última década. Su incapacidad para entrar en el mercado de chips de entrenamiento de IA —un segmento ahora dominado por Nvidia— expuso aún más sus vulnerabilidades. El nuevo director ejecutivo ha reconocido que Intel llegó demasiado tarde para competir en ese ámbito y que debe centrarse en tecnologías de IA adyacentes", señaló Zolezzi.

Como parte de su nueva reestructuración, Intel despedirá a una quinta parte de su división Foundry (encargada de manufactura e I+D), tras abandonar el desarrollo de chips para automoción y externalizar el área de mercadeo a Accenture.

El cuarto producto fueron las piñas frescas. En 2024, Estados Unidos importó $5.727 millones de este producto. El 70,4 % provino de México, y Costa Rica se ubicó en segundo lugar con un 13,4 %.

Según la plataforma Tridge, el precio de importación de piña fresca a EE. UU. ha sido inestable en los últimos dos años. En 2023, osciló entre $0,54 y $14 por kilogramo, mientras que en 2024 varió entre $1,50 y $7,89 por kilogramo, lo que refleja la persistente volatilidad del mercado.

En caso de que se imponga un arancel del 30 % a México, podría aumentar la demanda de piña costarricense debido a una posible desviación de comercio. La creación de comercio ocurre cada vez que un país reduce de forma unilateral sus barreras comerciales. En otras palabras, el desvío de comercio es característico de una apertura discriminatoria.

Por último, los bananos han logrado mantenerse asequibles para la mayoría de los estadounidenses. En los últimos años, la demanda en EE. UU. ha estado impulsada, principalmente, por su bajo costo, según un informe de 2024 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Este informe también señaló que los precios minoristas se mantuvieron prácticamente sin cambios en 2024.

El análisis indica que esto se debe a la feroz competencia entre supermercados y al rol del banano como "producto gancho": un artículo con un precio deliberadamente bajo para atraer clientes y fomentar la compra de otros productos más caros.

El 5 de abril pasado entró en vigor el arancel "recíproco" con la tarifa del 10% para las exportaciones de Costa Rica. Sin embargo, equipos de Costa Rica y Estados Unidos se encuentran negociando el mismo.