¿Estudiar o trabajar?: una disyuntiva crucial para los jóvenes costarricenses
Desde pequeños, se nos enseña que el camino hacia el éxito pasa por la educación superior. Sin embargo, al finalizar la secundaria, muchos jóvenes enfrentan una pregunta crucial: ¿seguir estudiando o buscar trabajo? Este dilema no solo está marcado por decisiones personales, sino también por factores económicos, sociales y familiares que complican la elección.
Según el Ministerio de Educación Pública (MEP), en 2023 se logró reincorporar a 7,000 estudiantes al sistema educativo público, un logro significativo que demuestra el impacto del apoyo a personas en situación de riesgo. No obstante, datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) muestran una tendencia preocupante: la matrícula final de educación diversificada diurna pasó de 345,439 estudiantes en 2022 a 338,701 en 2023, y el porcentaje de aprobación bajó de 74.1% a 73%. Estas cifras reflejan las dificultades que enfrentan los jóvenes para completar su formación, lo que lleva a muchos a replantearse su futuro educativo y laboral.
Al egresar de secundaria, muchos enfrentan preguntas como: "¿Qué va a estudiar?" o "¿Universidad privada o pública?" Aunque se asocia la educación superior con el éxito financiero, la realidad puede ser desalentadora. La falta de empleos para egresados universitarios, los costos elevados y el tiempo requerido para terminar una carrera desmotivan a muchos. Además, quienes provienen de hogares con recursos limitados o deben contribuir económicamente no pueden permitirse el lujo de seguir estudiando. Esto lleva a algunos a optar por el mercado laboral con el título de secundaria como único respaldo.
Es fundamental reconocer que la universidad no es la única vía para crecer profesionalmente. Alternativas como las que ofrece el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) representan una excelente opción. El INA proporciona cursos accesibles en diversas áreas técnicas, con horarios flexibles y costos bajos. También existen plataformas de aprendizaje en línea que permiten adquirir certificaciones útiles en el mercado laboral, muchas de ellas gratuitas o de bajo costo. Estas opciones permiten que las personas desarrollen habilidades competitivas a su propio ritmo.
Tomar la decisión entre estudiar y trabajar no es fácil, pero es crucial enfocarse en el crecimiento personal y profesional. La educación, ya sea formal o técnica, abre puertas al pensamiento crítico y al desarrollo de habilidades esenciales para mejorar la calidad de vida. Más allá de las dificultades, lo importante es no detenerse y aprovechar las alternativas disponibles. El éxito no tiene un único camino, sino que depende del esfuerzo y las decisiones que cada persona tome. Decidir entre estudiar o trabajar no debe verse como un dilema insuperable, sino como una elección informada y flexible. Aunque los desafíos económicos y sociales pueden ser significativos, existen caminos alternativos que permiten avanzar personal y profesionalmente. Lo importante es no detenerse en la búsqueda del crecimiento, porque al final, la educación —en cualquiera de sus formas— es la clave para mejorar la calidad de vida.