Este payaso pone a caminar a otros en el mundo de la fantasía
Kapirucho encontró en Costa Rica un lugar para vivir y también para emprender
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Jesús Meléndez llegó a Costa Rica en 1980 procedente de El Salvador. Venía huyendo de la guerrilla y de los problemas que los jóvenes de su época atravesaban en aquella nación. Hoy, 37 años después, Jesús desapareció por completo para darle paso a Kapirucho.
Kapirucho es un payaso que encontró en la zapatería una industria para explotar. Él no solo hace reír a chicos y grandes, también pone a caminar a quienes como él, viven en el mundo de la fantasía y diversión tras el maquillaje y las narices rojas.
Este vecino de Desamparados tiene más de 20 años de fabricar zapatos para payasos, que no solo se ven en Costa Rica, sino que trascienden fronteras. Payasos de Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Chile, Argentina, Puerto Rico, República Dominicana y muchos otros países lucen sus diseños.
"Llegué a este país y un amigo me enseñó el oficio de la zapatería. Hacía zapatos de todo tipo y eso me llevó a entrar al mercado de los payasos", contó este hombre.
Todo inició cuando Pirulón, uno de los integrantes del grupo "Los Pirulos", le pidió fabricarle unos zapatos. Él los hizo y le entró el gusanillo, no solo por seguir haciendo zapatos, sino por convertirse en payaso y recordar sus épocas de niño y joven cuando iba a los circos salvadoreños a ver a estos personajes.
Poco a poco se fue dando a conocer por sus diseños y muchos payasos en el país lo buscan para que les fabrique el calzado. Dice que le ha hecho zapatos a entre 600 y 700 payasos en el país, de los 1300 que asegura hay en Costa Rica.
Con su empresa, la cual fortaleció luego de llevar un curso de negocios en el INA y que publicita a través de su página de Facebook Melendez Sanchez Zapatos DE Payaso, dice que compró su casa y vive de manera tranquila, sin lujos, pero feliz.
"Mis diseños son originales y son 100% de cuero, además de que la suela es de llanta de avión, por lo que son de muy buena calidad", dijo.
Además de zapatos, hoy Kapirucho hace llaveros, narices y otro tipo de accesorios para estos personajes que animan fiestas para niños, jóvenes y adultos.
Su trabajo no se queda ahí. Lo hecho por Kapirucho llegó a oídos de un artista internacional, un cantante famoso, quien le pidió de sus creaciones para llevarlas a las giras de conciertos que está realizando.
Un acuerdo de confidencialidad le impide a este salvadoreño, que ya se siente costarricense, dar el nombre del artista, pero es claro que eso le pueden abrir muchas más puertas.
Kapirucho, con o sin maquillaje, como quiera verlo, encontró en su pasión, una forma de trascender en el mundo empresarial en Costa Rica, que con los payasos, es muy amplio.