Sembró 50 mil árboles y ahora tiene su propia selva
En 1973 Antonio Vicente sembró 50 mil árboles para tratar de frenar el avance de la agricultura en su natal Brasil. Hoy, a sus 83 años vive en su propia selva.
Cuando decidió comprar un pedazo de tierra para plantar árboles, todo el mundo lo tachó de "loco" pero él les decía que los frutos que comía, eran porque una persona pensó en plantar para que él pudiera hacerlo.
"Cuando empecé a plantar, la gente me decía: ‘No vas a poder comer las semillas, porque la planta tarda 20 años en dar frutos. Yo les decía: ‘Voy a plantar estas semillas, porque alguien plantó las que estoy comiendo ahora‘. Así que las plantaré para que otros las coman", aseguró el hombre en una entrevista.
¿Pero cómo lo logró?
En ese año, el gobierno brasileño dio créditos para invertir en tecnología agrícola, con el fin de reactivar la agricultura, pero en realidad lo que él quería era recuperar el bosque. Con ese dinero, compró 30 hectáreas en una zona alejada, a 200 kilómetros de São Paulo.
"Cuando yo era niño, los campesinos cortaban los árboles para crear pastizales y por el carbón. El agua se secó y ya no regresó. Yo pensé: ‘el agua es valiosa, nadie fabrica agua y la población no deja de crecer. ¿Qué va a pasar? Nos vamos a quedar sin agua'", añadió.
Pero él estaba convencido que cambiaría el mundo, por eso no le importó vivir debajo un árbol, tomar agua de un río, rodeado de zorros y ratas. "Pero nunca tuve hambre. Comía sándwiches de banana de desayuno, almuerzo y cena".
Ahora, su hogar se ha convertido en una selva.
En 1973 no había nada. Era todo un pastizal. Mi casa es más hermosa que lo que ves aquí, pero hoy no podrías tomar fotos desde ese ángulo porque la tapan los árboles, que son tan grandes. Hay tucanes, todo tipo de aves, un gran roedor llamado apaca, ardillas, lagartijas, zarigüeyas, e incluso están regresando los jabalíes. Tenemos un pequeño jaguar y un ocelote, ¡que se come todas las gallinas!", dijo en entrevista a la BBC.


