Entre tanques y protestas: el desfile de cumpleaños más controvertido de Trump

Este sábado, Washington D. C. será escenario de un inusual desfile militar. Tanques, vehículos blindados, aeronaves y más de 6.000 soldados marcharán en una conmemoración que, según el Gobierno federal, busca celebrar el aniversario 250 del Ejército de Estados Unidos. Sin embargo, la fecha coincide también con el Día de la Bandera y el cumpleaños número 79 de Donald Trump.

El evento, con un costo estimado de entre $25 y $45 millones, es criticado por opositores como una celebración excesiva en tiempos de recortes presupuestarios, pero más allá del gasto, el carácter del desfile se interpreta como una muestra de poder personalista, una teatralización del liderazgo con tintes autoritarios y un intento de proyectar fuerza mediante el aparato militar.

A esto se suma un fuerte operativo de seguridad, advertencias presidenciales contra posibles protestas y una ola de movilizaciones organizadas por el movimiento “No Kings”, que planea más de 2.000 acciones pacíficas en todo el país para contrarrestar lo que consideran una deriva antidemocrática. Estas son las claves para entender por qué el desfile genera tanta controversia.

Principales críticas

El desfile ha sido duramente cuestionado por su elevado costo. En un contexto en que diversas agencias federales enfrentan recortes y muchas comunidades lidian con crisis de vivienda, salud y educación. Los críticos acusan a Trump de usar recursos públicos para un acto de glorificación personal.

Sin embargo, la mayor crítica es la coincidencia con el cumpleaños del mandatario. Muchos interpretan el desfile como una forma de culto a la personalidad, más propia de regímenes autoritarios que de democracias liberales.

Además, hay preocupación por los posibles impactos físicos y logísticos del evento. El paso de tanques podría dañar la infraestructura urbana de la capital. También se anticipan congestionamientos, alteraciones en el tránsito aéreo y restricciones de acceso en varios puntos clave de la ciudad.

¿Qué es el movimiento “No Kings” y qué tiene que ver con el desfile?

“No Kings” es una plataforma ciudadana surgida del colectivo “50501 Movement”, cuyo nombre alude a su estrategia: 50 protestas, 50 estados, 1 movimiento. El grupo se define como una red descentralizada de ciudadanos comprometidos con la defensa de la democracia, la separación de poderes y la resistencia ante cualquier intento de autoritarismo.

Su mensaje es claro: ningún presidente es un rey. De ahí su nombre. Rechazan lo que consideran una militarización del poder civil, la concentración excesiva de autoridad en la figura presidencial y el uso de eventos oficiales con fines personales o propagandísticos. Para ellos, el desfile del 14 de junio simboliza exactamente lo que buscan combatir: una democracia convertida en espectáculo.

“No Kings” ha organizado protestas en los últimos meses, especialmente relacionadas con redadas migratorias o decisiones judiciales polémicas.

¿Cómo se expresará “No Kings” el 14 de junio?

A diferencia de lo que muchos podrían esperar, el movimiento no planea protestar directamente en Washington. En cambio, tiene previstas cerca de 2.000 manifestaciones pacíficas distribuidas en los 50 estados. El objetivo es evitar confrontaciones con las fuerzas de seguridad y quitarle centralidad al desfile presidencial, trasladando el foco hacia una respuesta ciudadana a nivel nacional.

Su evento principal se celebrará en Filadelfia, ciudad emblemática por su papel en la historia constitucional de Estados Unidos.

¿Qué ha dicho Trump acerca de las eventuales protestas?

Donald Trump ha adoptado un tono desafiante frente a las protestas. En declaraciones recientes, advirtió que cualquier manifestación durante el desfile sería respondida con una “gran fuerza”, sin hacer distinciones entre expresiones pacíficas o violentas.

Diversas organizaciones de derechos civiles, han manifestado su preocupación por el posible uso excesivo e injustificado de la fuerza estatal.

¿Qué se espera del desfile en Washington?

El desfile ya fue declarado “evento de alta seguridad nacional”. Esto implica un despliegue sin precedentes de cuerpos federales: FBI, Servicio Secreto, Guardia Nacional, patrullas armadas, drones, detectores, zonas selladas y patrullajes aéreos. El perímetro de seguridad será extenso, y se aplicarán restricciones estrictas tanto a residentes como a visitantes.

No se permitirán concentraciones en la ruta oficial del desfile. Sin embargo, se han autorizado algunas actividades en espacios como Meridian Hill Park, donde se prevé la presencia de artistas, líderes comunitarios y expresiones simbólicas de protesta, sin confrontación directa con el acto oficial.

Se anticipan también cierres viales, controles migratorios adicionales y posibles restricciones aéreas. Washington vivirá un sábado tenso: una celebración bajo vigilancia, en una ciudad tomada por el aparato de seguridad y un país dividido entre quienes ven en el desfile un acto patriótico y quienes lo consideran una amenaza a la democracia.