Emilia Clarke estuvo a punto de morir durante la primera temporada de Game Of Thrones
“Una nube de inconsciencia se posó sobre mí. El diagnóstico fue rápido y siniestro: una hemorragia subaracnoidea”, desvela la actriz en un artículo escrito por ella en 'The New Yorker'
La intérprete que da vida a Daenerys Targaryen en la exitosa serie de HBO Juego de Tronos, Emilia Clarke, ha revelado que sufrió dos aneurismas tras grabar la primera temporada de la serie.
Clarke, de 32 años, ha escrito un artículo en primera persona en The New Yorker (Ver aquí) donde revela cómo cuando empezó a ver que sus sueños de convertirse en una reconocida actriz comenzaban a hacerse realidad casi perdió primero su mente, y luego su vida. "Nunca he contado esta historia públicamente, pero ahora es el momento", arranca su testimonio.
La actriz narra el estrés que padecía ante la exposición pública que le supuso encarnar al personaje de Daenerys Targaryen en la serie. Además cuenta cómo tuvo que recurrir a un entrenador personal para canalizarlo. Fue durante un entrenamiento en Londres, que sintió "como si una banda elástica estuviera estrujándole el cerebro" y pidió un descanso, tras lo que consiguió llegar al vestuario. "Alcancé el lavado, me caí de rodillas y procedí a vomitar de manera violenta y voluminosa mientras el dolor se volvía peor", relata la intérprete, que supo entonces que su "cerebro estaba dañado".
Inmediatamente fue trasladada a un hospital y después de un examen cerebral descubrió que había sufrido una aneurisma, una ruptura arterial en el cerebro que causa la muerte de un tercio de la gente que padece uno de ellos. El fenómeno de Juego de Tronos estaba en la cima y cuando Clarke supo que tenía que someterse a una cirugía cerebral sintió que "no tenía tiempo" para ello.
Incluso, durante la recuperación, a la actriz le preguntaban su nombre completo Emilia Isobel Euphemia Rose Clarke y era incapaz de recordarlo. "Cada minuto de cada día pensaba que me iba a morir", recordó. En 2013, tras otro escáner cerebral, los médicos detectaron que su segunda aneurisma había duplicado el tamaño y mientras participaba en Desayuno con Diamantes en Broadway (Nueva York) le realizaron una operación para eliminarla.
La actriz menciona además que se sintió sumamente insegura durante el rodaje del resto de la serie y la necesidad de tomar morfina entre las entrevistas con medios para paliar el fuerte dolor. Le faltó muy poco para abandonar su carrera como actriz y, por tanto, como Daenerys.
