El plan de la defensa de Gamboa, Araya y Smith en caso de que los condenen por tráfico de influencias
Defensas de Gamboa, Araya y Smith alistan eventual apelación si son condenados por tráfico de influencias, ante posible vicio en juicio
Los equipos legales del extraditable Celso Gamboa, el exalcalde josefino Johnny Araya Monge y la exfiscala subrogante Berenice Smith Bonilla podrían utilizar la permanencia de los jueces a cargo del debate contra estos tres imputados como argumento para una eventual apelación de sentencia, dependiendo del resultado del juicio.
Natalia Gamboa, hermana y abogada del exmagistrado Gamboa, presentó una recusación con el fin de apartar a los jueces Alfredo Arias, Franz Paniagua y Rosaura García, quienes han estado a cargo del contradictorio desde el inicio.
Otro grupo de tres juzgadores analizó los alegatos de la recusación, un recurso legal que permite apartar a un juez cuando se presume que carece de imparcialidad o que no se encuentra en condiciones objetivas para conducir un proceso judicial.
La petición fue rechazada y los jueces Arias, Paniagua y García continuaron con la recepción de testimonios. No obstante, de acuerdo con los abogados defensores de Gamboa, Araya y Smith, esta situación podría constituir un vicio del proceso y dar pie a una apelación en caso de que los acusados resulten condenados por el delito de tráfico de influencias.
Alfonso Ruiz, uno de los representantes del exalcalde capitalino, explicó a CR Hoy que esta posibilidad solo se valoraría si el juicio concluye con una condena. En caso de una nueva absolución, no existiría margen legal para apelar, ni tendría sentido hacerlo.
Esto porque se trata de un juicio de reenvío. En 2021, los tres imputados fueron absueltos por dudas razonables. La Fiscalía apeló esa sentencia, lo que dio origen al nuevo juicio. Si vuelven a ser absueltos, la ley no permite una segunda apelación, por lo que el caso quedaría archivado en forma definitiva.
La única razón para impugnar la permanencia de los jueces sería una condena. En ese caso, la defensa sí podría apelar bajo ese argumento, dado que aún no ha agotado esa vía. Así lo manifestó también Juan Marcos Rivero, otro de los abogados de Johnny Araya.
"Por supuesto, es evidente. Estamos claro que si hay una nueva absolutoria ahí se acabó todo por el principio de la doble conformidad, nadie podría apelar nada. Si el caso fuera desfavorable, estos sería argumentos si se analizan o no en la vía de apelación.
De hecho, ha habido varias observaciones reiteradas sobre problemas que pueden atentar contra el debido proceso en este caso, y esta es otra situación más que se acumula", señaló el jurista.
Francisco Dall'Anese, exfiscal general y abogado defensor de Berenice Smith, compartió la misma postura:
"Es un vicio más de una larga lista que ya llevamos. No los quiero decir ahora, pero cualquier abogado tiene que llevar una lista de los vicios que se van cometiendo para la construcción de un eventual recurso", detalló el jurista.
CR Hoy intentó en dos ocasiones —al mediodía y en horas de la tarde— conocer si Natalia Gamboa, hermana y abogada de Celso Gamboa, compartía esta posición. Sin embargo, se negó a dar declaraciones.
¿Por qué quisieron apartar a jueces?
Los equipos legales presentaron una recusación contra los tres jueces del Tribunal Penal de Hacienda a cargo del debate, alegando que estaban "contaminados", es decir, con conocimiento previo de los hechos acusados, posturas sobre la investigación o valoraciones de fallos anteriores, lo que —a juicio de la defensa— afecta su objetividad en el nuevo juicio.
Pese a que la recusación fue rechazada, la abogada apeló la decisión, lo que obligó a conformar una nueva triada de jueces —Vinicio Fernández, Ericka Calvo e Iván Sánchez— para analizar si existían méritos suficientes para apartar a los jueces cuestionados.
La situación surgió cuando Francisco Dall'Anese, abogado de Smith, solicitó advertir a la testigo principal, Natalia Rojas, sobre su derecho a no declarar sin asesoría legal, debido a que podría incurrir en autoincriminación. En el juicio anterior, se le había abierto una causa por supuesto falso testimonio, a raíz de sus declaraciones en ese proceso.
Los jueces denegaron esa advertencia, argumentando que tenían conocimiento pleno de lo ocurrido en el juicio previo. Así se confirmó que los jueces habían leído los fallos anteriores, lo cual —según la defensa— compromete su imparcialidad al tener criterios formados sobre el caso.
La nueva triada concluyó que la lectura de sentencias previas es un trámite ordinario y obligatorio para los jueces, quienes deben conocer las razones de anulación para preparar el nuevo juicio. Además, no accedieron a testimonios ni valoraron pruebas del debate anterior.
Atrasó juicio
Esta gestión retrasó el testimonio de la principal testigo del caso, pero finalmente se pudo iniciar. Natalia Rojas Méndez, funcionaria del Ministerio Público, relató cómo recibió presiones para eliminar el nombre de Johnny Araya de una causa penal.
Según su testimonio, en enero de 2016 fue llamada por Berenice Smith a una reunión sorpresiva en la que también participó Celso Gamboa, entonces subjefe del Ministerio Público. Ambos le preguntaron por el estado de la investigación contra Araya.
"El documento iba dirigido a la licenciada Berenice Smith como fiscal adjunta uno de la Fiscalía Adjunta de Probidad, Transparencia y Anticorrupción. No recuerdo la fecha del documento, venía firmado por el ingeniero Johnny Araya.
El documento en términos generales lo que indicaba era lo siguiente: que había una causa en esa fiscalía donde él tenía conocimiento que él era imputado, pero que él solicitaba se actualizara su condición y solicitaba una certificación donde se indicara que él no era imputado, sino denunciado; y que se actualizara el asiento informático en la oficina.
Yo me fui a la oficina de la licenciada Berenice, yo no llevé el documento. Cuando llegué a la oficina de la licenciada Berenice, estaba el licenciado Celso Gamboa. Por la experiencia que yo ya tenía, el proceso que yo ya tenía con el fiscal, a mí me extrañó no ver al licenciado Celso Gamboa, sino al subjefe del Ministerio Público en la oficina de una fiscal adjunta.
¿Por qué? Porque los años que yo tengo de ser fiscal y en lo que trabajé en la Fiscalía General con el señor Francisco Dall'Anese en sus dos periodos, ningún subjefe visitaba a los adjuntos.
Yo cuando vi el licenciado Celso Gamboa, yo no sabía por qué él estaba ahí, ni tampoco sabía por qué la licenciada Berenice había dado la indicación de llamarme. Yo no tenía conocimiento del motivo por el cual tenía que ir a la oficina.
Yo llegué y el licenciado Celso estaba sentado en un sillón. Yo me senté en la esquina. El licenciado Celso Gamboa me dijo a mí: Natalia, hay una causa donde figura Johnny Araya. ¿Usted podría indicarme la situación jurídica?", narró Rojas.
Posteriormente, Gamboa y Smith se pusieron a conversar entre ellos y fue en ese momento cuando se habría gestado el plan para hacer la eliminación de Araya.
Doña Berenice señaló que el sistema de gestión no distingue imputados de denunciados. El sistema de gestión no distingue quién está indagado y quién no. Es que hay una causa donde él ha sido denunciado, que él no es imputado y que se va a proceder a actualizar el sistema informático de la Fiscalía.
Ellos se volvieron a ver y hablaron entre ellos. Esa indicación la hizo la licenciada Berenice a don Celso. Yo permanecí ahí sentada.
Después el licenciado Celso me vuelve a preguntar: ¿Johnny Araya está indagado? Y yo le contesté: "No, señor, pero él es investigado y él fue denunciado".
Yo en este momento me quedé pensando que efectivamente el sistema de gestión no distingue cuando un imputado está indagado o no.
En eso, el licenciado Celso me dijo: "¿Me entendió, Natalia?" Y yo le dije: "Bueno". Entonces, ¿qué le contesto a don Johnny Araya? Porque ahí yo asocio el documento que me habían entregado. Y me dijo, "Eso." Eso" haciendo referencia a lo que la licenciada había comentado con nosotros..
El licenciado se puso de pie y cuando iba a salir de la oficina, me dijo: "A mí me urge que esa gestión sea contestada el día de hoy, porque ya yo hablé con Johnny Araya y yo le dije que esa gestión iba a estar lista el día de hoy". Yo solo me quedé viéndolo y le dije: "sí señor".
Me dijo: "Hable con Gabriela Quirós". Para ese momento, era la coordinadora judicial de la Fiscalía Adjunta de Probidad y Anticorrupción y esas fueran palabras textuales del licenciado Celso: "Hable con Gabriela Quirós y proceda a actualizar el sistema de gestión del despacho y que no aparezca más el nombre de Johnny Araya.
Yo me quedé en silencio y le dije, "Sí, señor". A mí me fueron a dejar un documento y me dijeron que la licenciada Berenice me dio la orden de ir a la oficina. Yo ingresé y el licenciado Celso Gamboa me pide explicaciones de esa causa, quiénes estaban indagados y quiénes no. Dos o tres veces me preguntó si don Johnny Araya estaba indagado.
A mí no me dieron opinión y absolutamente nada. No fue un intercambio ni una retroalimentación cuando un jefe lo llama usted a una oficina a hablar de un caso", detalló Rojas.
Relato fundamental
Según la acusación, entre el 4 y el 5 de enero de 2016, en la oficina de Smith en los Tribunales de San José, Gamboa y Smith —actuando supuestamente de forma conjunta y prevaliéndose de sus cargos— habrían influido en la fiscala Natalia Rojas para beneficiar indebidamente a Johnny Araya.
Este último utilizó el beneficio para presentar información a una periodista de La Nación, quien preparaba una publicación sobre candidatos con deudas pendientes con la justicia.
El 6 de enero, la fiscala Rojas emitió el oficio FAPTA-08-2016, en el que informaba que Araya solo figuraba como denunciado, y que el sistema sería actualizado. El 7 de enero, se eliminó su nombre como imputado del sistema informático. Y el 8 de enero, se confeccionó una nueva carátula del expediente.
Ese mismo día, Araya envió el oficio a la periodista Mercedes Agüero mediante WhatsApp.
Según la Fiscalía, con esta acción se consolidó una ventaja indebida en favor de Araya, quien evitó que su nombre apareciera como imputado en una publicación de prensa durante la campaña electoral.