Hay razón en que el joven Benito Antonio Martínez Ocasio haya encontrado inspiración en el olor de un perfume para referirse a él en uno de sus temas, aunque solo lo mencione al principio de: Me porto bonito. Escuché la canción completa para ver qué más decía y, cuestión de gustos, el resto no daba para más; el ritmo y el balbuceo de los intérpretes, le da su pegue y, como dice una amiga: "Ese no canta nada, pero cuando echan una pieza de él… ¡Todo mundo se manda a pista!".
Antes de continuar, quiero mencionar brevemente el por qué no usé su "nombre artístico" y es que, entre otras cosas, el mismo me resulta contradictorio; a parte del ser humano, creo que no hay animales malos, ellos van por la vida movidos por sus instintos, no por ser buenos o malos. Los seres humanos somos otra historia…
El perfume. La memoria olfativa es poderosa. Hay recuerdos que siempre estarán ligados con los olores. Por ejemplo, el olor del perfume en la piel de la mujer que se amó; ese que, por la vía nasal, a paso firme y con el mayor de los descaros, se alojó para siempre en el hipotálamo. Sin importar cuántos años hayan pasado, cuando lo vuelvas a percibir, irremisiblemente volverás a ese recuerdo feliz.
Entonces, era de esperar que Benito se dispersara en la facilidad de hablar de otras cosas, y es una lástima, porque el asunto de que, hecha la traducción: En el bus se quedó el olor de tu perfume, estaba para algo mejor o, tal vez, siguiendo la línea de su trabajo (reconozco que de su trabajo conozco poco), se pudo referir a la ingrata labor que en principio tenían los perfumes, y que consistía en disimular la fetidez emanada por humanos de cuestionable higiene personal.
El señor Martínez ha sido fuertemente cuestionado por la letra de sus canciones, donde, según sus críticos, denigra a la mujer, usa frases vulgares, promueve un libertinaje contrario a la moral, las buenas costumbres y los preceptos de Nuestro Señor; además de ser un pésimo ejemplo para la juventud. Quienes así opinan, tal vez no sepan que este sujeto, por mucho, no ha sido el primero en proclamar controvertidas opiniones en la letra de sus canciones, de ninguna manera. Esta criatura sería lo que llamarían un alma de Dios, una ternurita de ser humano, comparado con otros conocidos por "aberraciones" mucho más ácidas, expresadas sin pudor ni disimulo en sus obras.
Para usar un ejemplo casi impensable, el gran maestro de la música clásica, W. A. Mozart escribió, en 1782, Leck mich im Arsch, el cual es un canon para 6 voces en Si♭, basado en un verso del que es considerado el más grande exponente de la literatura alemana, Johann Wolfgang von Goethe. En definitiva, una exquisita e inspiradora composición del gran Mozart, en especial si desconocemos en absoluto la lengua germana…
Quienes en los años ochenta ya teníamos ciertas libertades de ir por ahí, conocimos de primera mano lo complicado que era entonces degustar algunos placeres de la juventud. En principio, y solo por mencionar un par de situaciones ¡Todo era satánico! no solo la música que solíamos escuchar (y que, por lo general, no era en español), también eran asuntos del pisuicas ciertos programas de televisión y, en algunos casos, el mismo aparato, nombrado por no pocos radicales, como el cajón del diablo.
Sin lugar a duda, fueron años difíciles, pero la gran mayoría sobrevivimos sin secuelas que nos impidan ir por la vida con un comportamiento socialmente aceptable, observando (casi) todas las buenas costumbres propias de una sociedad civilizada.
Puede que lo de Benito y sus pares sea solo una moda, para algunos vulgar y misógina; para otros, arte en su más pura expresión; algo que adoptaron algunos jóvenes y adolescentes y hasta niños, con o sin el consentimiento de sus padres, simplemente como una forma de expresar su pensamiento rebelde, contrario a lo establecido por los mayores, y que son actitudes propias de la edad que atraviesan. Si eso resulta conocido, es porque ya ha sucedido y volverá a suceder, generación tras generación.