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El estrés también tiene cara de niño: Estos son los síntomas

Técnicas de respiración y masajes pueden ayudarle a los menores a sentirse mejor

Por Jéssica Quesada | 1 de Oct. 2018 | 6:12 am

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El estrés no es solo una enfermedad de adultos. Los bebés, niños y adolescentes también se ven sometidos a entornos y situaciones que les provocan estados de ansiedad y preocupación.

Imagen con fines ilustrativos.

Marta Vindas y Alfonso Villalobos, ambos de la Coordinación Nacional de Psicología de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), explicaron las razones, síntomas y técnicas para el manejo del estrés en los menores de edad.

Vindas asegura que algunos de los factores que alteran el estado de este grupo de la población están relacionados con su entorno familiar, afectivo y escolar; los periodos de exámenes o las exposiciones en clase representan – para algunos niños – un momento de tensión y hasta miedo y empiezan a mostrar episodios de estrés.

Síntomas

Los padres, tíos, abuelos y educadores deben estar alerta y detectar cualquier cambio en el comportamiento de los menores, pero sobre todo, deben aprender a no desestimar esos cambios o pensar que todo se trata de una "rabieta". De hecho, detrás de cada "berrinche" hay una situación de frustración que los niños -por su edad- no saben manejar adecuadamente.

Si usted es responsable de niños ponga atención a la siguiente lista de comportamientos que evidencian que hay estrés:

  • Se aíslan
  • Disminuyen la socialización
  • Pérdida de apetito
  • Se enojan con frecuencia
  • Se desconcentran

Técnicas para controlar el estrés

Hay varias formas y ejercicios que los padres de familia, abuelos y educadores pueden practicar con los menores para reducir los niveles de estrés. Alfonso Villalobos explicó que la respiración y la música son dos excelentes aliados para mejorar el estado de ánimo y de salud.

Por ejemplo, quienes estén en el rango entre 3 y 7 años pueden hacer la Técnica del Globo. Esta consiste en pedir a los niños que imaginen que son un globo, respiren profundo y llenen sus pulmones al máximo. Deben entonces sostener la respiración por unos instantes y después dejar salir el aire por la boca muy lentamente; como si estuvieran desinflando un globo.

Estas son otras técnicas:

 

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