El desmoronamiento continuo de la educación costarricense como consecuencia de una pobre ética profesional e inteligencia emocional en los dirigentes
Se ha criticado ya desde diferentes aristas las múltiples razones del decaimiento en la educación costarricense, se ha señalado la falta de presupuesto, infraestructura, salarios desproporcionados entre funcionarios, pésima administración de los recursos, falta de una ruta educativa, padres de familia permisivos, estudiantes generación cristal, algodón entre otras.
Sin embargo, en esta ocasión quiero hacer énfasis en el principal origen del problema, y es que: ¿cuántos líos podrían evitarse si las principales jerarcas contaran con ética profesional e inteligencia emocional, a la hora de tomar decisiones importantes que repercuten de manera directa en las aulas.
Me refiero, específicamente a los Directores Regionales, Jefes de Departamento de Asesorías Pedagógicas, Asesores, Jefes del Departamento de Servicios Administrativos y Financieros, Supervisores, Directores y finalmente Docentes. Quienes cargan con las decisiones de los primeros, no tomadas en pocas ocasiones desde su "Yo herido", es decir bajo la sombra de la ira, el enojo, la descortesía, la competencia desleal, las calumnias. Si tan sólo comparo por un instante la cadena alimenticia del fondo oceánico de la bella Costa Rica, éste se queda realmente corto con el gremio en mención. En lo personal, observar los toros desde la barrera permite ser objetivo y apreciar lo que ellos no. Me cuestiono ¿a qué se debe? Y sencillamente después de un tiempo en observación llegué a una conclusión: Carecen de ética profesional e inteligencia emocional, estudiaron Doctorados, Maestrías, Licenciaturas en diversas Universidades Nacionales e Internacionales, pero lamentablemente ninguna de ellas, pasó por ellos, quizás "no tuvieron la oportunidad" o el interés de educarse en este tema tan pero tan relevante. Vital en las relaciones humanas. Y por ende trascendental en la educación, donde se presume que el docente extrae lo mejor del estudiante, según las diversas disciplinas académicas.
Y es que, al conmemorar, la frase de Emma Gamboa, brillante educadora costarricense, que afirmó: La comprensión humana, la convivencia creadora y un sentido de justicia humana, tanto material como espiritual hay que trabajarlos por proceso de desenvolvimiento y no revolucionario a través de la educación. (1901-1976) Esta frase, engloba sin duda alguna mi inclinación hacia una educación más humana, más consciente, comenzando con los jerarcas, pues son ellos los primeros llamados en dar el ejemplo, como Educadores que fueron y son.