“Diablo” se convirtió en criminal sin precedentes: su banda estaría detrás de 100 homicidios
Autoridades urgen a ciudadanía a dar pistas para dar con su ubicación
Algunas particularidades han convertido a Alejandro Arias Monge alias Diablo, en un criminal del cual Costa Rica no tiene precedentes, según reconocen en la policía judicial. El grado de violencia con el que actúa, la expansión territorial mediante alianzas delictivas y su forma de movilizarse, lo han convertido en el criminal más buscado y difícil de atrapar.
De acuerdo con Michael Soto, subdirector del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), en el país se han golpeado organizaciones con mucho mayor "poderío" económico que la banda de Diablo, sin embargo, estas suelen estar más dedicadas al trasiego internacional de estupefacientes.
También han existido otras que actúan de forma muy agresiva con armas de fuego de muy grueso calibre, pero estas suelen estar más concentradas en una región específica, a diferencia de este sujeto.
"Aquí ha habido a lo largo de la historia estructuras criminales con mayor capacidad de recurso económico, con mayor capacidad de personas o incluso con una capacidad de fuego bastante importante, pero han estado algunas muy enfocadas hacia el tráfico internacional de drogas como nos ha ocurrido en la provincia de Limón.
Otros también a lo largo de la historia con mucha violencia, la característica que ha diferenciado a esta persona (Diablo) es que él ha tratado de expandirse más allá de su provincia o de su zona de confort, utilizando una violencia importante y desmedida", explicó el jefe policial.
Soto insiste en que la forma de ocultarse de Diablo, ha sido también muy poco vista en un cabecilla. La cercanía con Nicaragua, que le permite moverse en zonas rurales de difícil acceso, además de ir y venir según la acción de policía, ha complicado su captura, a diferencia de otros sujetos que operan en regiones más urbanas y menos complicados de localizar.
Adicionalmente ocurre que a veces Arias Monge tiene perfil muy bajo y desaparece, y en otras ocasiones un perfil muy alto. Este imputado empezó a dedicarse a actividades ilegales en Guápiles, generando una violencia importante en el Caribe.

Formó una estructura en alianza con otros delincuentes, que le ha permitido expandir su influencia hacia otros lugares como Sarapiquí, San Carlos, algunos puntos de Guanacaste o el Pacífico Central.
Donde quiera que llega esa banda ha sembrado el temor con armas de fuego y hasta 100 muertes. Todo esto llevó a que por primera vez, el gobierno de Estados Unidos ofrezca una recompensa por encontrar a un costarricense.
Para el OIJ es muy importante dar con él, dado que ahora opta por acaparar las rutas de tráfico de drogas para consumo local, trayendo marihuana y cocaína de Colombia para el consumo nacional.
No se puede descartar que Diablo busque convertirse en estructura criminal con influencia en otros países y tomar el control en todo el territorio, monopolizando el movimiento y comercialización de estupefacientes.
Su nombre se volvió como una franquicia entre los vendedores de droga, que utilizan su alias sin que él esté presente en la zona o sin que siquiera tengan conexión.
"Esta estructura se convirtió en un proveedor interno, un proveedor nacional, que genera violencia, que se ha involucrado en otro tipo de delitos como legitimación de capitales, el robo de un camión remesero, robo de ganado y es una estructura criminal en todo el sentido amplio de la palabra", puntualizó Soto.
Por eso el OIJ y el gobierno de Estados Unidos insisten en solicitar colaboración para dar con su ubicación. Gracias a coordinaciones del Organismo y la Fiscalía General de la República, a finales de abril, EE. UU. —a través de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés)— anunció una recompensa que ofrece $500.000 por información que conduzca a la captura o detención de este cabecilla.
El gobierno estadounidense puso a disposición varios canales de comunicación para recibir la información, al +1-956-517-7023 (texto/WhatsApp/Signal) o por correo electrónico a CRInfo@dea.gov.
También se puede brindar la información a través de la Embajada de Estados Unidos en Costa Rica o en otros países del mundo.
Otra vía es remitir la información Pueden brindar información confidencial al teléfono 800-8000-645, mediante Whatsapp al 8800-0645 y al correo electrónico cicooij@poder-judicial.go.cr.
Jugosa recompensa
La DEA hizo público el ofrecimiento de medio millón de dólares como recompensa a cambio de información que conduzca al arresto y/o condena de Diablo, el cabecilla narco más buscado en Costa Rica, quien, por años, ha permanecido en fuga.
De acuerdo con la agencia estadounidense antinarcóticos, Arias es buscado por tráfico de narcóticos, asesinato y lavado de dinero en territorio tico, así como conspiración para fabricar, importar y distribuir sustancias controladas hacia EE. UU.
La DEA describe a Diablo como el jefe de una violenta organización criminal transnacional (TCO por sus siglas en inglés) y es señalado como el fugitivo más buscado en Costa Rica, debido a las múltiples órdenes de captura por tráfico de drogas, robo, homicidio agravado y lavado de dinero.
Las autoridades norteamericanas este supuesto capo ha conspirado con numerosos narcotraficantes y organizaciones de tráfico de drogas (DTO en inglés) para transportar cargas de cientos de kilogramos de cocaína originaria de Colombia.
Luego la cocaína se contrabandea a través de Costa Rica, Honduras y Guatemala hasta México, teniendo como destino final Estados Unidos.
"La organización de Arias también utiliza las redes sociales para intimidar a los ciudadanos costarricenses publicando imágenes de armas de fuego, mensajes amenazantes al público y a líderes gubernamentales y videos de asesinatos", señala la publicación del Departamento de Estado.
Además, la DEA y las autoridades costarricenses han identificado células criminales operadas por Arias en las siete provincias.
Por eso, la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley del Departamento de Estado ofrece la multimillonaria recompensa, equivalente a unos 255 millones de colones.