Día Internacional de la Mujer: La verdadera amistad femenina es un abrazo que dura toda la vida y trasciende el tiempo y el espacio
El trabajo no solo nos brinda la oportunidad de crecer profesionalmente, sino también de encontrar tesoros invaluables en forma de amistades. Hoy, quiero expresar mi más sincero agradecimiento al trabajo, porque gracias a él, he tenido el privilegio de conocer a personas increíbles, amigas que han iluminado mi camino y han enriquecido mi vida de maneras inimaginables.
En ese caminar hay mujeres y amigas que trascienden el tiempo y dejan una huella imborrable en nuestras vidas. Aida Castro González fue una de esas personas excepcionales que no solo compartió su éxito profesional y personal, sino que también cultivó un sentido profundo de comunidad y apoyo entre quienes la conocimos.
Aida, además de ser una mujer destacada en el ámbito empresarial, dejó una huella imborrable como activista comprometida con la defensa de los animales y fue una ferviente impulsora de la sostenibilidad, abogando por prácticas respetuosas con el medio ambiente y promoviendo el respeto hacia todas las formas de vida en la Tierra.
Ella entendió hace 20 años que hablar abiertamente y sensibilizar sobre la donación de órganos era esencial para derribar mitos y superar el estigma que rodeaba a este tema. Su compromiso con la campaña de donación de órganos no solo fue impulsado por un sentido de responsabilidad social corporativa, sino también por su profundo deseo de hacer una diferencia tangible en la vida de quienes necesitaban un trasplante para seguir viviendo.
Su legado va más allá de los logros profesionales; Aida encarnaba la verdadera esencia de la sororidad. Su filosofía de "tener paz y enfocarse" no solo era un consejo práctico entre su equipo, sino también un recordatorio constante de que la colaboración y el apoyo mutuo son fundamentales en la vida.
Aida no solo abría puertas para sí misma, sino que también se dedicaba a sostenerlas para que otras mujeres pudieran atravesarlas con confianza. Su capacidad para buscar soluciones en lugar de centrarse en problemas la convertía en una líder inspiradora. Era una mujer que no temía al éxito de otras, sino que lo celebraba y lo compartía como parte de su filosofía de vida. Por eso es por lo que hoy muchas de sus pupilas ha llegado lejos.
En sus hermosos viajes, Aida no solo exploraba destinos exóticos, sino que hasta tenía la intención de echarnos a todas en la valija para llevarnos con ella. Sus viajes no eran simplemente escapadas, sino un álbum de recuerdos que perdurarían en el tiempo. ¡Ay Aida, cuánto te extrañamos!
En este Día Internacional de la Mujer, recordemos a mujeres como Aida Castro González y muchas otras que todavía viven o que ya nos dejaron pero que no solo rompieron barreras, sino que también construyeron puentes para que otras mujeres pudieran seguir sus pasos o conquistar cimas. El legado de cada una de ellas nos llama a ser mujeres que empoderan, que buscan soluciones en medio de desafíos y que crean lazos de amistad que resisten las pruebas del tiempo, la distancia y el espacio.
Nuestra responsabilidad como mujeres va más allá de nuestros propios logros. Radica en levantar a aquellas que están a nuestro lado y también a las que aún no han llegado. Recordemos que alrededor nuestro siempre que hay madres, hermanas, colegas y amigas que, a través de su ejemplo, nos enseñan que el verdadero empoderamiento radica en crear un tejido de apoyo mutuo que fortalezca cada hilo de nuestra existencia.