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Día de los Fieles Difuntos

Por Agencia | 2 de Nov. 2024 | 4:32 am

Como una ancestral tradición, más o menos desde finales de octubre, la gran mayoría de los cementerios lucen un color diferente a su gris habitual; los nichos, otrora cubiertos del implacable musgo, ahora brillan bajo el intermitente sol de estos días, más bien de invierno, adornados con plantas y flores de colores que hacen que aquel lugar, por lo general de un aire frío y melancólico, luzca como un pequeño jardín donde las abejas y los colibríes se reúnen para aprovechar la inusual cosecha de néctar. Bajo estas circunstancias, para cualquier otra época del año, los nombres cementerio, panteón o necrópolis funcionan bien para aquel lugar de reposo, pero para un 2 de noviembre, y dada la pompa relacionada con la fecha, el nombre más apropiado siempre será, Camposanto.

Y es que se trata del preámbulo de un día muy especial, una festividad singular donde los agasajados parecieran estar ausentes. Un poco a destiempo, y aprovechando la oportunidad, algún trabajador ocasional y los vendedores de flores, habían hecho su tardío agosto, proveyendo a los vivos de los insumos necesarios para la ocasión; todos sabemos que no es bien visto, en especial para estas fechas, que una tumba esté ayuna de elegancia y encanto. Cada una de las sepulturas parecía competir con su vecina en el blanco resplandeciente que adornaba aquel paraje, en el Día de los Fieles Difuntos.

El ambiente del lugar, casi siempre lúgubre, había dado paso a un manto multicolor que, paradójicamente, llenaba de alegría el sitio donde tantos, alguna vez, hemos llorado (o lloraremos) de tristezas y nostalgias por la partida de un ser entrañable. Por doquier se escuchaban anécdotas, historias y recuerdos de los finados; sollozos o algún llanto ahogado de alguien que, pese al paso del tiempo, no sabe cómo superar la pérdida, del ser amado.

Al final de la jornada, los vivos vuelven a su afán, todavía con la tristeza del recuerdo, todavía con alguna lágrima…

Días después volví a pasar por ahí, era el mismo cementerio de siempre, o tal vez un poco distinto. Las flores, ya marchitas, a las que ninguno de aquellos visitantes de ocasión recordó retirar, habían perdido su belleza y ahora más bien despedían su natural olor en descomposición.

Fue entonces cuando pude divisar a un despistado difunto que, evidentemente, había olvidado la ubicación de su lugar de reposo, se detenía en una tumba, leía epitafios, se rascaba la cabeza y seguía con la tumba de al lado. Estaba en eso cuando se percató de mi presencia. Como si nos conociéramos desde el vientre, se acercó y sin timidez alguna me pidió que le ayudara. Juntos recorrimos el lugar, tumba por tumba, haciendo a un lado las flores (muertas también) para poder leer las lápidas. Mientras tanto, me hablaba de sus tiempos, entre bromas me decía que a él todavía le gustaba jugar de vivo, y que antes se vivía mejor, sin tanto apuro, que la gente no era tan jodida como ahora… Al fin dimos con su nicho, estaba cubierto con un reguero de flores que algún día habían sido blancas. Muy agradecido me contó un secreto:

"- No pierdas tu tiempo (me dijo con la expresión que tienen quienes están a punto de apuntar sabiduría), trayendo flores para estas fechas. De todos los que aquí estamos y, como podrás ver, somos muchos, solo unas cuantas damas recibieron flores cuando estaban vivas. A otros ya nos habían olvidado mucho tiempo antes de que nos trajeran aquí en triste y lenta procesión. Es por eso por lo que, desde hace mucho tiempo, para esos días, nos organizamos y nos vamos de paseo, muy lejos de este lugar, hacemos una fiesta y, como lo llaman el Día de Todos los Muertos, es decir, nuestro día, no estamos para visitas…"

Lo último que pude ver de él fue su sonrisa pícara mientras me guiñaba un ojo, desvaneciéndose poco a poco de mi vista, dejándome una extraña sensación.

Pensé en aquellas palabras, él tenía razón: "Las flores que vengan ahora, en vida; yo tampoco las quiero cuando no pueda disfrutar de su olor y belleza; espero, para esas fechas, ¡estar en la fiesta del Día de los Fieles Difuntos!".

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