Desde la Basílica hasta carros para futbolistas: país suma 1.339 exoneraciones
Último gobierno de Figueres Ferrer fue el que más incentivos de este tipo impulsó
El agotamiento de suelos y enfermedades como la sigatoka negra ya habían hecho estragos en el Caribe y estaban reduciendo drásticamente el nivel de exportaciones de banano en el Pacífico Central.
Bajo el nombre de Compañía Bananera, la United Fruit Company se fue extendiendo hacia el Pacífico Sur, y Costa Rica, en férrea competencia con países como Honduras, era notoriamente flexible con el apoderamiento de tierras y los incentivos entregados a los grandes latifundistas del momento.
Bajo este contexto se aprobó en 1953 la primera exoneración fiscal de la cual tiene registro el programa Estado de la Nación en 67 años de historia. Dos años antes – en 1951- se habían planteado ya algunas relacionadas con el sistema bancario nacional pero no fue sino hasta después de la exoneración a la Compañía Bananera que vieron la aprobación.
La Compañía Bananera manejaba prácticamente a su antojo toda la zona sur, desde lo que hoy es Ciudad Neilly y Golfito hasta puerto Armuelles en Panamá, no solo dividiendo administrativamente el territorio, sino también influyendo en la política económica.
Para mantener sus plantaciones y fortalecer su presencia, necesitaba dar servicio a los obreros y eso implicaba construir dispensarios. Fue así como bajo la ley 1615 el gobierno del entonces presidente José Figueres Ferrer autorizó exonerar de todo tipo de impuestos la construcción de un edificio de este tipo en Puerto Jiménez, valorado entonces en ₡53.200.
Este fue el último incentivo registrado en favor de un dispensario de la Compañía Bananera mediante ley de la República, pero el primero de una lista de 1.339 leyes de exoneraciones que aún hoy día se mantienen en el inventario del ministerio de Hacienda y que no han sido tan siquiera sometidas a revisión para saber cuáles de ellas son necesarias mantener y cuáles eliminar.
Un análisis realizado por CRHoy de la base de datos del Estado de la Nación sobre las exoneraciones en el país demuestra que en esos 67 años de historia un 44,6% de ellas fueron promovidas por iniciativa de diputados, otro 24 % por los gobiernos de turno, y el restante obedece a convenios internacionales.
De las promovidas por gobiernos el que más proyectos de exoneración planteó fue el último gobierno de José Figueres Ferrer entre 1970 y 1974. En total promovió 55 exoneraciones. Después de Figueres los presidentes que más presentaron planes para librar del pago de impuestos fueron Rodrigo Carazo y Luis Alberto Monge.
Los que menos incurrieron en este tipo de propuestas fueron Daniel Oduber con ninguna (aunque en su Administración avanzaron 76 procedentes del legislativo y convenios internacionales), seguido de Abel Pacheco con dos.
Rocío Aguilar, ministra de Hacienda, ya planteó ante los diputados la necesidad de revisar todas estas iniciativas, para determinar cuáles de ellas tienen aún razón de ser y cuáles no.
El problema es que muchas de ellas pueden interpretarse como vigentes, aún y cuando en gran medida se aprobaron para un aspecto específico.
Lo mismo ocurre con los beneficiarios. Por ejemplo, la ley 2637 aprobada en 1960, se impulsó para permitir la exoneración de impuestos en la importación de materiales de construcción para la Basílica de los Ángeles en Cartago, así como para la Ciudad de los Niños y el Convento de los Capuchinos.
Similar ocurrió en 1990, que a iniciativa de diputados de varias fracciones, en una Asamblea entonces dominada por el bipartidismo, se autorizó al gobierno a comprar 30 carros para regalarlos a los seleccionados y cuerpo técnico del Mundial de Fútbol de Italia 90.El premio, libre de impuestos, corrió por cuenta de las arcas del Estado.Otros deportistas como la nadadora Claudia Poll y su entrenador Francisco Rivas recibieron reconocimientos similares y más recientemente el gobierno de Laura Chinchilla exoneró de todo pago de impuestos la celebración del mundial de fútbol femenino sub 17 en el país en 2014, organización por cierto pringada por el denominado Fifagate, en donde una investigación aún en curso señala supuestas transferencias de una cuenta de la Fedefútbol utilizada para el Mundial que habrían ido a parar a Panamá.
En los siguientes cuadros usted puede revisar algunas de las exoneraciones más importantes impulsadas por cada presidente.
Haga click sobre cada fotografía para obtener la información:
Si bien las exoneraciones para los carros de los seleccionados o bien el dispensario de la Compañía Bananera implican aspectos muy específicos en los cuales se sobre entiende que fueron por una única vez, existen otros casos que ni siquiera se sabe si se siguen ejecutando, o incluso que puedan volverse a poner en vigencia, dado que no existen leyes que las hayan eliminado.
Por ejemplo, en 1972 y por iniciativa del expresidente Figueres, la Asamblea aprobó una ley para la industria de ensamblaje de vehículos que incluyó exoneraciones fiscales en todos los ámbitos.
El plan era promover que en el país se trajeran partes prefabricadas para ensamblarlas en el país. Este mercado funcionó por algún tiempo, pero cerca de una década después se concluyó que era más barato importar el producto terminado que armarlo aquí.
En teoría la ley sigue vigente, por lo cual la puerta sigue abierta en caso de que alguna empresa quiera aprovecharla.
La respuesta para tratar de ordenar el tema se encuentra en manos de los diputados. Existe ya un proyecto de ley tendiente a hacer una revisión del tema y, por propuesta de Hacienda, se haga una revisión periódica de todas las exoneraciones que vaya aprobando el Congreso para determinar si es necesario mantenerlas o no.
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La necesidad de esta revisión radica en que algunas iniciativas contienen un fin social detrás.
En la lista existe una importante cantidad de donaciones de terrenos o bienes en favor de organizaciones de ayuda o entre entidades del Estado, cuyos trámites de exoneración se limitan a timbres, gastos de traspaso y otros de índole administrativo.