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Ciencia

Depresión posparto: mejores remedios y, ahora, un análisis de sangre predictivo

Los científicos están aprendiendo más sobre esta complicación frecuente del parto. Los tratamientos están mejorando y los médicos pueden realizar pruebas para detectar marcadores biológicos que indican un mayor riesgo

Por Agencia | 9 de Nov. 2025 | 7:20 pm

(Michele Cohen Marill/Knowable en español)) Como muchas madres primerizas, Lisette López-Rose pensaba que el parto marcaría el comienzo de una época de alegría. En cambio, sufría ataques de pánico al imaginar que algo malo le iba a pasar a su bebé y se sentía abrumada por una tristeza que no desaparecía. Esta madre de la zona de la bahía de San Francisco sabía que sus emociones extremas no eran normales, pero le daba miedo contárselo a su obstetra. ¿Y si le quitaban a su bebé?

Aproximadamente seis meses después del parto, descubrió una red en línea de mujeres con experiencias similares y finalmente se lo contó a su médico de cabecera. "Unos dos meses después de empezar la medicación, empecé a sentir que salía de un agujero profundo y volvía a ver la luz", afirma. En la actualidad, López-Rose trabaja en Postpartum Support International, coordinando a voluntarios para ayudar a las nuevas madres a establecer conexiones en línea.

Aproximadamente una de cada ocho mujeres estadounidenses pasa por un periodo de depresión posparto, lo que la convierte en una de las complicaciones más comunes del parto. Suele producirse en las primeras semanas después del parto, cuando se produce una caída repentina de las hormonas reproductivas estrógeno y progesterona. A medida que los científicos desentrañan los cambios químicos y genéticos causados por esas hormonas cambiantes, están descubriendo nuevas formas de diagnosticar y tratar la depresión posparto, e incluso formas de identificar quiénes corren el riesgo de padecerla.

Las hormonas estradiol y progesterona aumentan durante el embarazo. En algunas mujeres, su caída repentina después del parto desencadena la aparición de la depresión posparto.

El primer fármaco para la depresión posparto, que contiene un derivado de la progesterona, recibió la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos en 2019. Esto supuso un nuevo enfoque para tratar este trastorno. Este invierno, en otro gran avance, una empresa emergente con sede en San Diego lanzará un análisis de sangre que predice el riesgo de depresión posparto de una mujer embarazada con una precisión superior al 80 %.

El producto, llamado myLuma, será la primera prueba comercialmente disponible que utilice biomarcadores —moléculas del cuerpo, en este caso de la sangre— para predecir la aparición de un trastorno psiquiátrico, de forma muy similar a como los análisis de sangre pueden detectar signos de enfermedades como el cáncer y la diabetes. Las mujeres embarazadas que sepan que corren el riesgo de sufrir depresión posparto podrían tomar medidas preventivas, como tomar antidepresivos después del parto o buscar apoyo adicional.

Un análisis de sangre podría reducir el estigma que impide a muchas mujeres buscar ayuda, afirma Jennifer Payne, psiquiatra reproductiva de la Universidad de Virginia en Charlottesville e investigadora principal de los estudios que dieron lugar a la nueva prueba. Es fundadora y miembro del consejo asesor científico de la empresa que fabrica myLuma, Dionysus Health.

"Si disponemos de un análisis de sangre, la psiquiatría se sitúa al nivel de la biología, lo que creo que la gente normal puede entender como algo que necesita tratamiento y que no es solo algo que está en la cabeza de alguien", afirma.

Efectos impredecibles de las hormonas

Payne era becaria del Instituto Nacional de Salud Mental en 2001 cuando se interesó por la depresión posparto como ventana al inicio de los trastornos del estado de ánimo. Eso la llevó a una pregunta clave: ¿por qué la caída repentina de hormonas después del parto afecta en gran medida a algunas mujeres y a otras no? Aunque no es raro que las mujeres experimenten sentimientos transitorios de ansiedad y tristeza en los días posteriores al parto, solo en algunas se instala una depresión más profunda y persistente.

Lisette López-Rose superó su depresión posparto y ahora ayuda a coordinar grupos de apoyo a través de Postpartum Support International. Ella y su hija, que ahora tiene 4 años, están prosperando. Cortesía de Lisette López-Rose.

A medida que avanzaba su investigación, Payne se asoció con Zachary Kaminsky, entonces colega suyo en la Universidad Johns Hopkins, que estudiaba los efectos del estrógeno en el cerebro de los ratones. Kaminsky es epigenetista: investiga cómo pequeñas sustancias químicas llamadas grupos metilo pueden adherirse a los genes y afectar a su actividad. Factores ambientales que van desde la contaminación hasta la nutrición pueden afectar al grado de esta metilación reversible.

Al comparar ratones hembras a las que se les administraron altos niveles de estrógeno con otras que no lo recibieron, Kaminsky descubrió que el estrógeno provocaba patrones específicos de metilación génica dentro de las células del hipocampo, una parte del cerebro que ayuda a controlar el estado de ánimo. Estos hallazgos sugirieron qué buscar en las muestras de sangre que Payne había recogido de 51 mujeres con antecedentes de trastornos del estado de ánimo. Se había realizado un seguimiento de estas mujeres durante sus embarazos y después de ellos, y algunas desarrollaron depresión posparto en las cuatro semanas posteriores al parto.

De la investigación surgieron dos genes sensibles al estrógeno: HP1BP3 y TTC9B. Más del 80 % de las mujeres que padecían depresión posparto mostraban un patrón distintivo de mayor metilación en un gen y menor metilación en el otro. Es más, los cambios en los genes podían detectarse a lo largo de cada trimestre del embarazo, afirma Kaminsky, que ahora trabaja en el Instituto de Investigación en Salud Mental de la Universidad de Ottawa en el Royal; también es cofundador de Dionysus. En otras palabras, incluso en las primeras etapas del embarazo, afirma Kaminsky, "se puede predecir qué mujeres van a sufrir depresión posparto".

Kaminsky, Payne y sus colaboradores replicaron repetidamente esos hallazgos. Tal y como se publicó en un artículo de 2016 en Neuropharmacology, descubrieron que, a través de los patrones de metilación de esos genes, podían predecir correctamente más del 80% de los casos de depresión posparto en 240 mujeres embarazadas que no tenían antecedentes de trastornos psiquiátricos. En otra colaboración publicada en 2020 en Psychiatry Research, científicos de la Universidad Johns Hopkins, la Universidad Emory y la Universidad de California en Irvine, entre los que se encontraban Payne y Kaminsky, analizaron muestras de sangre de 285 mujeres embarazadas y también confirmaron los hallazgos.

Esa investigación epigenética constituye la base de la prueba myLuma, que también incorpora biomarcadores adicionales que mejoran su precisión, afirma Kaminsky. Se espera que a partir de enero de 2026 esté disponible en algunas consultas médicas de tres estados: Florida, Texas y California. Aunque aún no ha sido aprobada por la FDA, los médicos pueden utilizar estas pruebas de laboratorio para ayudar a tomar decisiones clínicas.

Enfocándose en los esteroides

No todas las personas con depresión posparto presentan estos cambios epigenéticos, por lo que Payne y otros investigadores continúan buscando otros biomarcadores para comprender cómo los cambios hormonales desencadenan la depresión posparto. Se están centrando, por ejemplo, en los esteroides neuroactivos, que el cuerpo produce a partir de moléculas como la progesterona en el cerebro y otros tejidos.

Uno de esos metabolitos, llamado alopregnanolona, tiene un efecto calmante —afecta a un receptor del cerebro llamado GABA-A, que se sabe que interviene en la reducción del estrés—. La alopregnanolona aumenta durante el embarazo y desciende rápidamente después del parto. Otro esteroide neuroactivo, la pregnanolona, tiene propiedades similares. Un tercero, la isoalopregnanolona, atenúa el efecto antidepresivo de la alopregnanolona, lo que aumenta la sensación de estrés.

En un estudio realizado con 136 mujeres embarazadas publicado en 2025 en la revista Neuropsychopharmacology, las mujeres con un desequilibrio de pregnanolona e isoalopregnanolona durante el embarazo eran más propensas a desarrollar depresión posparto. Medir la proporción de estas sustancias químicas en la sangre podría ser otra forma de predecir la depresión posparto, afirma la psiquiatra reproductiva Lauren M. Osborne, de Weill Cornell Medicine en Nueva York, que codirigió el estudio con Payne.

Por su parte, la alopregnanolona ya ha demostrado ser una herramienta valiosa para el tratamiento. Sage Therapeutics, con sede en Cambridge, Massachusetts, desarrolló una versión sintética llamada brexanolona, que fue aprobada por la FDA en 2019, el primer fármaco aprobado específicamente para la depresión posparto. Originalmente se administraba por vía intravenosa, pero ha sido sustituido por una versión oral, la zuranolona, que fue aprobada por la FDA en 2023.

Se trata de "terapias transformadoras" porque actúan rápidamente, según escriben los autores de un artículo de 2025 publicado en Annual Review of Medicine. Las mujeres con alto riesgo de depresión posparto podrían incluso beneficiarse de la administración proactiva de zuranolona, aunque esto aún no se ha probado, afirma la coautora del artículo Samantha Meltzer-Brody, psiquiatra reproductiva de la Universidad de Carolina del Norte, que fue investigadora principal académica en estudios sobre la brexanolona e investigadora en ensayos con zuranolona.

La disponibilidad de un análisis de sangre "abre toda una línea de preguntas sobre cómo adelantarse a ella, para no tener que esperar a que alguien empiece a sufrir", añade.

Hay otros posibles objetivos para una prueba de depresión posparto. En un artículo de 2022 publicado en Molecular Psychiatry, el neurocientífico de Johns Hopkins Sarven Sabunciyan, junto con Osborne, Payne y Morgan Sherer, entonces inmunólogo de Johns Hopkins, describieron un pequeño estudio en el que los tipos de ARN transportados a través de la sangre en burbujas grasas eran diferentes en las mujeres que desarrollaban depresión posparto, tanto durante el embarazo como después. En concreto, se observó una disminución de los tipos de ARN relacionados con la autofagia, es decir, la limpieza de los residuos de sus células. La autofagia se ha relacionado con otros trastornos psiquiátricos.

En otra posible pista, Eynav Accortt, psicóloga clínica especializada en salud mental perinatal en el Cedars-Sinai Medical Center de Los Ángeles, encontró un patrón de proteínas alteradas en muestras de plasma de mujeres que desarrollaron trastornos del estado de ánimo y ansiedad perinatales, un grupo de afecciones que incluye la depresión posparto. Entre ellas se encontraban proteínas implicadas en la función neuronal y en la inflamación, que se sabe que desempeña un papel en la depresión.

Mientras los investigadores continúan explorando estas posibilidades, Payne está dirigiendo un gran ensayo clínico que proporcionará información más detallada sobre el valor predictivo de la prueba myLuma. Por ejemplo, explorará las tasas de falsos positivos (mujeres identificadas como de riesgo que no desarrollan depresión posparto) y falsos negativos (mujeres que desarrollan depresión posparto pero que no fueron identificadas por la prueba). Este es un paso necesario para obtener la aprobación de la FDA, lo que podría hacer que la prueba estuviera disponible directamente para las mujeres embarazadas.

López-Rose recuerda lo asustada que se sintió en los meses posteriores al nacimiento de su hija. En esos momentos oscuros, dejó su trabajo, apenas dormía y se sentía abrumada por pensamientos negativos. Tenía muchas dudas sobre sí misma, pero ahora sabe que pedir ayuda fue una señal de que era una buena madre.

Hoy, su hija tiene cuatro años y está muy bien, al igual que López-Rose. Pero una prueba de sangre, dice, le habría advertido de lo que debía tener en cuenta, "en lugar de ser tan impactante cuando estaba pasando por mi depresión".

Este artículo apareció originalmente en Knowable en español , una publicación sin ánimo de lucro dedicada a poner el conocimiento científico al alcance de todos. Suscríbase al boletín de Knowable en español.

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