Dejó un trabajo estable para convertirse en su propia jefe
En medio de un bosque ubicado en San Rafael de Heredia, vive Jéssica Sánchez. Allí esta artesana de 34 años tiene su taller de bisutería y a diario -entre piedras semipreciosas, alambres y cueros- crea piezas exclusivas.
Ella es una microempresaria quien -desde hace un par de años- decidió dejar las ventas para dedicarse a su pasión que son las manualidades. Este gusto, dice, viene desde la niñez, "cuando junto a mi mamá veía un programa de televisión que enseñaba a hacer muñequitas de trapo, pinturas, decoraciones para el hogar".
La joven cuenta que trabajó mucho tiempo en empresas privadas como asistente de ventas, pero un problema cardiaco la hizo reordenar su vida y parar. En ese periodo se casó, fue mamá y comenzó a tomar clases de manualidades.
Con el tiempo aprendió tarjetería, mix media, técnicas mixtas y ello le abrió una oportunidad para dar clases, lo que hizo por dos años aproximadamente.
La joven señala que casi por casualidad derivó en la bisutería. Esto debido a que en cada clase debía lucir diferente, y por esa razón, comenzó a hacerse ella misma aros y collares.
"Para trabajar necesitaba andar "más bonita", pero era muy costoso adquirir a cada rato accesorios nuevos y como me gustaban mucho las manualidades, me puse a hacer un par de aretes… así surgió todo. Ahí me di cuenta que me enamoré de este arte", explicó.
Nueva microempresaria
El hobbie de esta artesana se convirtió en su trabajo hace ya un año. Poco a poco televidentes, familiares y amigos comenzaron a hacerle encargos. Esto la llevó a instalar su taller y comenzar a crear.
Hoy es dueña de la marca Arts JS, con la que vende y distribuye a sus proveedores las piezas que elabora con cariño y paciencia.
"Cada pieza es creada con amor y hecha a mano. Me encanta trabajar con las piedras, con cristales… Moldear cada pieza es muy bonito", señala.
"A veces apenas veo una piedra me imagino su diseño (…) y en la medida de lo posible y que el cliente me lo permita, quiero que cada accesorio sea exclusivo. Eso es lo importante de la artesanía", dijo.
Hasta ahora lo más complicado para ella ha sido coordinar el día a día, la disciplina. "Porque para ser su propio jefe como emprendedor, hay que combinar la pasión a la que nos dedicamos, junto con ser mamá y esposa, como es mi caso. Esto hay que saberlo llevar para no sacrificar a la familia ni dejar de lado los sueños".
Pese a todo lo que ello implica, Jéssica ha logrado adaptarse a su nueva vida de microempresaria. A diario elabora 10 piezas aproximadamente y trabaja de 8 a 10 horas, con la intención de tener material suficiente para sus proveedores.