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Cuatro grupos narco estarían tras baño de sangre que explotó en San José

Organizaciones de Tirrases de Curridabat y Aserrí habrían entrado en disputa territorial por narcomenudeo

Por Pablo Rojas | 25 de Mar. 2025 | 12:51 am

A esa fecha, San José reportaba 74 homicidios dolosos de los 217 casos ocurridos en el país. Era la provincia más violenta y superaba, por mucho, a Limón (42 casos) o Puntarenas (33).

El recrudecimiento de los asesinatos, bajo el móvil del sicariato, está estrechamente relacionado con las disputas entre 4 organizaciones que pujan por el control del narcomenudeo en localidades de Alajuelita, Hatillo y el sur del cantón central de la capital.

Las autoridades policiales señalan una disputa en Hatillo entre las organizaciones conocidas como “Los Lara” y “Los Myrie”. No obstante, el Ministerio Público y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) sospechan que en la disputa habría 2 agrupaciones más: una de Tirrases de Curridabat y otra de Aserrí.

“Hay varios (grupos ligados a las pugnas por narcomenudeo). Hicimos un recuento de que por lo menos 3, pero yo creo que hay un cuarto. Alajuelita, por la cantidad de población y las condiciones, para ellos es bastante llamativa esa zona”, comentó Carlo Díaz Sánchez, fiscal general del Ministerio Público.

Durante la tarde del martes 18 de marzo, la Fiscalía Adjunta de Narcotráfico y Delitos Conexos y el OIJ allanaron “búnkeres” para la venta de droga en Hatillo, presuntamente operados por las organizaciones de “Los Lara” y “Los Myrie”.

Díaz señaló que las otras 2 agrupaciones que entraron en la disputa ni siquiera están arraigadas a Hatillo o a Alajuelita. “Nacen por aparte y ni siquiera en el lugar. Son de zonas aledañas. Creo que hay uno de Aserrí, el cual quiere trasladar sus operaciones a Alajuelita”, enfatizó.

Ataque de 5 gatilleros que provocó doble homicidio en Hatillo quedó grabado en cámara. El hecho ocurrió a mediados de marzo. Archivo CRH/Con fines ilustrativos

Pugnas sangrientas

La mayoría de los crímenes por sicariato que ocurren en el país están vinculados a la disputa territorial para la venta de droga. Pese a que no se descarta que sucedan casos por narcotráfico internacional, el grueso está enfocado en las disputas dentro del país. Además de San José, existen pugnas por narcomenudeo focalizadas en Limón, Puntarenas o Pococí.

“Costa Rica es estratégica para el tráfico de drogas, tanto hacia el norte como hacia Europa. De alguna manera, hemos visto que ha sido un incentivo para narcotraficantes extranjeros. Se nacionalizan de manera muy fácil y no pueden ser extraditados. Ellos continúan desarrollando esa actividad en el país.

“También, existe este tráfico local, el cual se ha visto incrementado porque en los países productores de cocaína, como Colombia, han aumento la producción y ya no funciona como antes. Mucho de ese tráfico se paga con la misma droga. Del cargamento que envían, una parte va para el traficante. Ya no es con dinero. Mucha de la cocaína se queda en el país y es vendida por los traficantes”, citó el funcionario, en referencia al incremento del narcotráfico local.

Randall Zúñiga, director general del OIJ, explicó a mediados de marzo que la principal alternativa para frenar la ola de homicidios que azota el país es el control territorial por parte de la policía.

Para el funcionario, los resultados así lo demuestran. Intervenciones recientes del OIJ en Batán, Limón, Puntarenas y Alajuelita consiguieron temporalmente reducir a 0 los asesinatos mientras los agentes mantenían la presencia sitios determinados.

“Ya ha quedado demostrado con 4 intervenciones que ha hecho el OIJ: una en Limón centro el año pasado, una en Puntarenas en julio del año pasado, y otra muy evidente en los barrios del sur, estamos hablando de Hatillos, Desamparados y Alajuelita. Estuvimos ahí 22 días y no hubo un solo homicidio. Después, estuvimos en Batán un mes y 21 días, y no hubo un solo homicidio. Es más, el día que nos retiramos de Batán, que fue el viernes en la noche, se dieron homicidios los días siguientes, sábado y domingo”, señaló el jerarca policial.

Otro ejemplo de la efectividad de esta medida es la reducción de hasta un 40% de otros delitos en la zona, justo durante ese operativo en la comunidad de Matina, Limón. Hubo despliegue de los agentes judiciales a inicios de 2025, en horario continuo y especialmente en horas de la noche.

Allanamientos en Hatillo en búnker de banda "Los Lara". Archivo CRH/Con fines ilustrativos

La presencia policial permanente no es responsabilidad del OIJ, sino que le corresponde a la Fuerza Pública y a los demás cuerpos adscritos al Ministerio de Seguridad Pública (MSP). Pese a los operativos especiales que ejecuta el OIJ y al apoyo que brinda, la falta de recursos, los altos costos y la necesidad de avanzar con las investigaciones de delitos impiden que extiendan prolongadamente ese control territorial.

“Aquí el tema de control territorial que se tiene que ejercer evidentemente le corresponde a la Fuerza Pública. Nosotros colaboramos por un tema de disuasión, pero se requiere generar estos espacios de control territorial para que no se generen tantos homicidios”, indicó Zúñiga.

El país cerró 2024 con 880 asesinatos, siendo el segundo año más violento en la historia de Costa Rica.

El 2023 fue el año más violento jamás registrado, con 907 homicidios dolosos (la mayoría vinculados a ajustes de cuenta por pugnas locales entre grupos narcotraficantes).

En tanto, 2022 cerró con 654 homicidios dolosos (66 más que en 2021). Así las cosas, con los datos existentes a la fecha, durante la Administración Chaves Robles se han experimentado los 3 años más violentos en la historia costarricense desde que existen registros: 2022, 2023 (el más violento hasta la fecha) y el 2024.

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