Crisis pasa factura en el consumo privado: bajan gastos e importaciones
Compra de productos desde el extranjero cayó a un -16% en abril

(CRHOY)
(CRHoy.com) El alto crecimiento del desempleo en el país este año ha venido cambiando los patrones de consumo de la gente, al punto tal que este año cerraría este indicador con cifras negativas.
El año pasado, ciertos sectores como el del comercio y la construcción pasaban problemas económicos, lo cual llevó al indicador conocido consumo privado a crecer apenas un 1,6%.
Esto es un crecimiento apenas modesto. El dato revela que la gente gastó menos en bienes y servicios en relación a un año antes empujado por los problemas de empleo que atravesó el país en ese momento.
Sin embargo la situación es preocupante para este año. Las proyecciones indican que el consumo privado cerrará este 2020 en un -1,3%, lo que indica una fuerte contracción en los gastos de la gente.
La cifra está estrechamente ligada con las proyecciones de desempleo el cual ya llegó a un 15,9% en abril pasado y se estima que cierre 2020 con cifras mucho más elevadas que con las que empezó el año.
El efecto de la pandemia es perfectamente medible con los productos que las empresas importan para vender en el mercado local.
Datos del Banco Central a abril pasado reflejaron una caída a un -16% en la importación de bienes de consumo dentro del régimen definitivo.
Este es el régimen normal de empresas (fuera de zona franca) que generalmente trae productos del extranjero para comercializar en el mercado local.
Daniel Suchar, economista, llamó la atención sobre el problema que esta cifra sea negativa, pues revela problemas no solo para la gente que se está conteniendo en gastar más debido a las dificultades que atraviesa, sino también en la menor facturación que eso genera a nivel comercial y empresarial, el empleo y en la recaudación.

Producto de la situación actual existen lo que el Banco Central denomina "fuerzas desinflacionarias" que están afectando los precios de los bienes y servicios que los ciudadanos consumen.
A nivel local el aumento en el desempleo y la menor capacidad de compra de la gente empuja fuertemente los precios de ciertos bienes y servicios a la baja, y a nivel internacional influyen los precios bajos de los hidrocarburos.
Así, el indicador que mide los precios se está moviendo desde marzo en el índice mensual, y desde abril en el acumulado del año, en cifras por debajo de cero; es decir, ha habido deflación.
Estos montos significan que la inflación se está moviendo muy por debajo de las proyecciones del Banco Central, de cerrar el año en aproximadamente un 3% de inflación.
De hecho algunas medidas implementadas por el gobierno han ayudado a que la línea del gráfico no haya caído más. Para mayo el IPC interanual se ubicó en un 0,6%, pero si no se hubiera aprobado la ley que congeló el precio de las gasolinas, se estima que la inflación hubiera tenido una variación interanual del 0,2% en mayo.
Tener una inflación baja tiene también efectos no del todo positivos. El indicador no es solo un síntoma de una economía desacelerada, sino que también puede afectar los cálculos salariales fijados a ese indicador y distorsionar los cálculos de liquidez monetaria y aumento en gastos del gobierno, de acuerdo con Suchar.

Según publicó el Central en su más reciente informe mensual de coyuntura económica, los pronósticos de inflación indican que para lo que resta de 2020, esta variable continuará por debajo del rango meta.