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Crisis en el rodriguismo desnudó fragilidad, falta de rumbo e intereses personalistas, asegura analista

Por Carlos Mora | 4 de Ago. 2025 | 5:51 am

La crisis por la que atraviesa el movimiento rodriguista dejó al descubierto la fragilidad de ese grupo ante los conflictos, la falta de una visión y de una agenda para el país, así como los intereses personalistas de sus figuras con miras a los comicios de 2026.

Así lo afirmó el politólogo Gustavo Araya Martínez, consultado por este medio sobre los tropiezos del oficialismo y la reciente renuncia de Pilar Cisneros como líder del comando chavista para las elecciones del otro año.

Previo a su renuncia como estratega política del oficialismo, Pilar Cisneros manifestó sus reservas con respecto a la elección del Partido Pueblo Soberano (PPSO) como vehículo electoral, a la designación de la exministra de la Presidencia, Laura Fernández Delgado, como candidata a la Presidencia de la República, y a las manifestaciones de apoyo y asesoría a Fernández por parte de Calixto Chaves Zamora, financista, asesor y amigo cercano del presidente Rodrigo Chaves Robles.

Araya aseguró que la crisis interna del chavismo evidencia la ausencia total de mecanismos de resolución de conflictos, como los que existen en cualquier partido político. El experto cuestionó que temas que deberían resolverse en espacios internos se expongan, más bien, ante la opinión pública.

"No existe una instancia de mediación, un grupo de "embrague" que amortigüe las tensiones, como ocurre en los partidos consolidados. El conflicto se expresa en su forma más cruda, sin filtros, sin procesamiento político. Lo que debería resolverse mediante negociación partidista interna se expone, con toda su violencia, ante la opinión pública. Nos damos cuenta de lo que sucede de inmediato, tal cual, en su mayor descomposición", dijo Araya.

El analista añadió que, para algunas figuras del chavismo —en especial dentro del grupo de exjerarcas que recién renunciaron con la aparente intención de buscar una diputación—, "la disputa por el poder y el control no es simplemente una competencia electoral, sino un escudo judicial".

"La candidatura no representa un proyecto colectivo, ni siquiera una trayectoria individual destacada, sino la única garantía de inmunidad frente a casos judiciales concretos. La corrupción demanda siempre atención y, sobre todo, responsabilidad. Aquí no se compite por mérito organizativo, liderazgo territorial o capacidad de movilización, sino por la posibilidad de evitar la cárcel. Esa es la verdadera moneda de cambio. Insisto: no es por capacidad, sino por inmunidad", subrayó.

Agregó que la crisis dentro del chavismo se agudiza por una contradicción interna respecto al papel de los partidos políticos, motivada por la propia Cisneros.

"El proceso que atraviesan no es de consolidación, sino de descomposición. Lo que ha emergido es una criatura híbrida, sin programa, sin estructura, sin identidad colectiva. Un vehículo despolitizado, capturado por intereses personalistas. No hay proyecto, solo cálculos. No hay visión compartida, solo disputas por cuotas de protección institucional. Nace con el desprecio de una de sus principales autoras por los partidos políticos y, por lo tanto, nace abortado" , dijo.

Arranque convulso

A mediados de julio, Pilar Cisneros reveló que el PPSO fue la organización elegida por el chavismo para la contienda electoral de 2026. Sin embargo, solo un año antes, Cisneros había emitido duras críticas contra el partido.

"Sé que con Pueblo Soberano definitivamente no va a ser: es un partido que a mí no me gusta, ni cómo han armado las estructuras ni la gente que está metida ahí, así que definitivamente no", declaró en julio de 2023.

Ese mismo mes se anunció que el PPSO sería apoyado por cuatro partidos: Movimiento Tiempo de Valientes, Creemos, Renacer Democrático y Esperanza y Libertad. No obstante, esta integración duró apenas cuatro días.

El 16 de julio, Esperanza y Libertad envió una carta a la dirigencia del PPSO anunciando su salida del bloque. En la misiva calificó de "tóxicos" a los líderes del movimiento chavista y denunció haberse sentido "utilizado y burlado".

A finales de julio se desató otra controversia. La inscripción de la precandidatura presidencial de Laura Fernández en el PPSO derivó en un comunicado de la agrupación que desconocía y excluía de sus filas a Calixto Chaves Zamora, exfinancista, asesor y amigo cercano del presidente Rodrigo Chaves.

Cisneros ya había expresado su desacuerdo con la participación de Chaves en la campaña. De hecho, en una entrevista con un canal regional, explicó que cambió de criterio respecto al PPSO porque Calixto Chaves ya no formaba parte de la organización.

En esos mismos días, el Partido Renacer Democrático (PRD) se convirtió en la segunda agrupación en abandonar la alianza. Su presidente, Daniel Fernández, alegó que el PRD fue sistemáticamente invisibilizado desde el banderazo inicial de la campaña. Además, acusó al PPSO de contactar directamente a líderes de su partido para pedirles que renunciaran a la agrupación.

Finalmente, el jueves anterior, Pilar Cisneros anunció su renuncia a la dirección del comité de estrategia y comunicación del comando de campaña, alegando falta de tiempo por sus obligaciones en el Congreso. No obstante, reiteró su apoyo a Laura Fernández y aseguró que la acompañará en la campaña "siempre que tenga disponibilidad".

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