Convirtió el dolor por la muerte de su hija en arte
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Giselle Rocha es microempresaria, pero antes de lograrlo tuvo que enfrentar la muerte de su hija Nicole, quien tenía entonces tan solo 14 años.
Desde pequeña, Nicole padeció de varios males. Problemas respiratorios y constantes afecciones estomacales desencadenaron en desnutrición. Su madre siempre supo que algo andaba mal y en el año 2000 recibió la peor noticia de su vida: su hija -de dos años- padecía de fibrosis quística de páncreas.
A partir de entonces, el Hospital Nacional de Niños (HNN) se convirtió en el hogar de ambas, por el tipo de tratamiento que Nicole requería y por lo débil de su estado de salud.
"Ella era una niña muy optimista… Empezamos a llevar una vida normal, pero sí sabíamos que cada cierto tiempo teníamos que ir al Hospital a recibir tratamientos y que pasaríamos ahí -mínimo- 15 días internada. Con los años la enfermedad la fue desgastando y ya los internamientos eran más continuos… Fue entonces cuando una amiga de ella le enseñó a hacer unos llaveros en forma de lagarto… Al principio los regalábamos pero la demanda creció y tuvimos que venderlos", dijo la vecina de Naranjo.
La venta les servía como una fuente de ingreso, pues el esposo de Giselle los había abandonado y ella debía hacerle frente a todas las obligaciones de la casa, incluida la crianza de su hijo mayor.
Así descubrió su pasión por la bisutería. "Me empezó a gustar; descubrí un talento y eso me sirvió para llenar una necesidad por todo lo que estábamos pasando con la separación de mi matrimonio… Esa fue una ayuda en ese sentido. A mis creaciones les puse ‘Pan de Dios' porque era la manera en la que -en ese momento- traía el pan a mi casa", recordó.
La enfermedad de Nicole se complicó y murió en agosto del 2013. Su madre aún llora su partida, pero prefiere recordar todo lo que aprendió de ella como las ganas de vivir, por ello, convirtió ese dolor en arte y ahora es microempresaria.
"Después de la muerte de ella empecé a participar más de lleno en ferias, a descubrir más las capacidades que Dios me estaba dando y empecé a llevar capacitaciones en la municipalidad en el INA. Aprendí a canalizar todo ese dolor, me encanta lo que hago", añadió.
Desde hace varios meses, Rocha decidió hacer bistería y artesanías con porcelana fría, pero destacando las bellezas de las matas de café.
"A raíz de una feria que participé, descubrí que me gustaba trabajar todo lo referente al café por mi cantón y ahora voy en esa línea.
Si usted desea contactar a doña Giselle puede hacerlo por medio de su página en Facebook Creaciones Pan de Dios o al teléfono 8501-6368.