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Contraloría reafirma que MEP no logra consolidar herramienta evaluativa tras eliminar bachillerato

Órgano contralor asegura que modelo de evaluación impide obtener resultados integrales

Por Rachell Matamoros | 5 de Sep. 2024 | 9:01 am

Prueba estandarizada diagnóstica 2024. Escuela Brasil en Santa Ana

A nivel educativo, el país afronta una fuerte crisis en distintas áreas, entre ellas, en la evaluación de los aprendizajes de los estudiantes.

De acuerdo con el reciente informe de la Contraloría General de República (CGR), actualmente el Ministerio de Educación Pública (MEP) no logra consolidar una herramienta evaluativa tras la eliminación de las pruebas de bachillerato en 2019.

La Contraloría identificó además una limitada vinculación con la estrategia institucional, debilidades en los criterios de calidad y de indicadores definidos.

“A nivel de instrumentos, desde la eliminación de las Pruebas Nacionales de Bachillerato el MEP no ha logrado consolidar una herramienta evaluativa que coadyuve a la mejora continua. En particular, las Pruebas Nacionales de Bachillerato que estuvieron vigentes desde 1988 hasta 2019, año en el que fueron eliminadas

Posteriormente, se implementaron las pruebas FARO (Fortalecimiento de Aprendizajes para la Renovación de Oportunidades), que también fueron eliminadas por el Consejo Superior de Educación tras su aplicación en 2021, debido a los cuestionamientos surgidos respecto al cuestionario de factores asociados, cuyo fin era recopilar información contextual del estudiantado”, detalla la Contraloría.

En 2023 y 2024 se aplicaron pruebas comprensivas, con el propósito de determinar el dominio que posee el estudiante respecto a los aprendizajes previos, considerados fundamentales en cada una de las asignaturas o figuras afines.

No obstante, la metodología de estas pruebas fue cuestionada debido a que por la definición de su diseño, los resultados “no son comparables y no se consideró a toda la población estudiantil”.

Para estos ciclos lectivos también se han aplicado las pruebas estandarizadas, con las cuales el MEP espera suplir necesidades de información de manera oportuna y complementar con pruebas estandarizadas sumativas al final de primaria y secundaria.

Esta inestabilidad deriva en que el sistema educativo carece de información sistemática y comparable respecto de sus resultados, agrega la Contraloría en dicho documento.

Según el órgano, esta inestabilidad en pruebas nacionales hace que no haya una mejora continua en dicha área, además, de no tener resultados exactos sobre cuál es el estado de la educación en el país.

Sobre este tema, se consultó al MEP qué medidas se han tomado para que haya una estabilidad en la macroevaluación de los aprendizajes, sin embargo, al cierre de la nota no se ha obtenido una respuesta.

Contraloría General de la República.

Alerta Estado de la Educación

La inestabilidad en pruebas nacionales obstaculiza un sistema educativo efectivo. Según el IX informe del Estado de la Educación, uno de los desafíos más significativos en el ámbito de la macroevaluación educativa en Costa Rica es la constante modificación de objetivos y funciones, cada vez que hay un cambio de Gobierno.

Esta tendencia de alterar la macroevaluación educativa ha persistido a lo largo de diversas administraciones gubernamentales, incluyendo la actual y la anterior.

De acuerdo con la investigadora del Estado de la Educación, Katherine Barquero, los sistemas de macroevaluación efectivos deben contar con autonomía técnica y política, instrumentos válidos para medir los aprendizajes, mecanismos de rendición de cuentas, canales de información pública y participación activa de la audiencia en los procesos de evaluación.

El objetivo esencial de todo sistema de educación es mejorar el aprendizaje de la población estudiantil, y en el contexto de la crisis del apagón educativo quisimos analizar la trayectoria y funcionamiento del sistema de macroevaluación como un factor determinante para alcanzar este objetivo.

Nos encontramos con un sistema históricamente reducido a la aplicación de pruebas con alta inestabilidad y deficiencias en todos sus componentes, explicó la investigadora del programa.

Cada cambio de Gobierno trae consigo modificaciones en la forma en que se evalúa la educación en Costa Rica, lo que dificulta la construcción de una base de datos sólida y consistente para evaluar el progreso educativo de los estudiantes.

Por ejemplo, en el año 2019 en la administración de Carlos Alvarado, cuando se eliminaron las Pruebas Nacionales de Bachillerato y se introdujeron las Pruebas FARO.

No obstante, las Pruebas FARO fueron aplicadas solo una vez en 2021 y posteriormente eliminadas en 2022 debido a cuestionamientos técnicos, lo que generó una discontinuidad en la evaluación educativa.

Juez y parte

El proceso de evaluación también conlleva un “conflicto de interés”, según los investigadores del Estado de la Educación.

En el documento se destaca que las mejores prácticas de macroevaluación educativa a nivel internacional proponen independizar las instancias que evalúan la política educativa de los ministerios de educación.

“El MEP es juez y parte. Debido a esta simbiosis, los procesos de evaluación se han caracterizado por su vulnerabilidad e inestabilidad en momentos críticos para el sistema educativo cuando más necesitaba de información exacta y de alta calidad para mejorar los desempeños educativos. Pero, ningún jerarca querría evidenciar que su gestión no ofrece los resultados esperados, agregó Barquero.

Incluso, la misma contraloría en su reciente informe destaca esta situación, y la importancia de agencias independientes para llevar a cabo las tareas de medición y devolución de resultados.

Los sistemas con agencias independientes de evaluación poseen mayor autonomía administrativa y técnica, además, suelen llevar a cabo sus tareas de medición y devolución de resultados con más agilidad y consistencia que los sistemas dependientes de los ministerios.

Sobre el particular, desde 2017 la OCDE señaló la necesidad de fortalecer las capacidades del país en materia de evaluación de calidad de su educación; en concreto, señaló la necesidad de rediseñar las pruebas nacionales estandarizadas para hacerlas más frecuentes, evaluar los nuevos planes de estudio y tener mejores dato”, se lee en el informe.

En el país, la macroevaluación educativa siempre ha estado dentro del MEP, sin embargo, la ministra de Educación difiere en esto, ya que, según la misma, no es viable.

En octubre de 2023, Müller mencionó que el MEP tiene un “personal adecuado” para hacer esta labor, que pagarle a gente de “afuera”.

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