Contraloría plantea cuestionamientos al tercer presupuesto extraordinario 2025
La Contraloría General de la República (CGR) planteó esta noche varios cuestionamientos al tercer presupuesto extraordinario de la República para este año, propuesto por el Gobierno.
Así lo expuso la jerarca de la entidad fiscalizadora, Marta Acosta, durante una audiencia con los diputados de la Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa.
Según explicó Acosta, el incremento más significativo se registra en la partida de remuneraciones, específicamente en el rubro del pago de aguinaldos a funcionarios del Ministerio de Educación Pública (MEP).
"De aprobarse el presente proyecto de ley, el objeto del gasto correspondiente al decimotercer mes presentaría el mayor aumento presupuestario", indicó.
La contralora mencionó las siguientes observaciones:
- El ajuste a la baja de las proyecciones del Ministerio de Hacienda en los ingresos se materializa en un deterioro de 0,3 puntos porcentuales (p. p.) del producto interno bruto (PIB) de la carga tributaria.
- Como consecuencia de la caída en la recaudación tributaria y al combinarse con un aumento del gasto primario, el efecto de este proyecto es un deterioro en los resultados fiscales.
- La presupuestación inicial debe estar basada en aspectos técnicos, contener la totalidad de los gastos y evitar la sobreestimación de partidas, como intereses y comisiones.
- Persiste una brecha entre las estimaciones para 2025 por parte de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y lo asignado por el Ministerio de Hacienda al Régimen No Contributivo (RNC).
- La presupuestación de recursos en el cuarto trimestre del año podría afectar la ejecución de los fondos adicionales destinados al sector seguridad.
"Las cifras de este presupuesto extraordinario confirman la preocupante tendencia a la baja en la carga tributaria, que se aproxima al 13 % del PIB, una situación ya advertida por la Contraloría en análisis previos. Esto deriva en la presente discusión sobre cómo financiar el gasto público", señaló Acosta.
"Es imperativo recordar que nos encontramos en un contexto de un presupuesto esencialmente desequilibrado desde su origen, aspecto que es recurrente. Por ello, el foco de la discusión no debería centrarse en cuál partida rebajar, sino en decidir en cuánto más el país se seguirá endeudando para atender sus ineludibles necesidades. Y, en vista de ello, cuáles son las acciones que la sociedad debe consensuar para ajustar su modelo de financiamiento a los grandes desafíos de naturaleza social y económica que experimentamos actualmente", concluyó.