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Cómo el wokismo puede socavar el pensamiento crítico y la libertad

Por Dr. Álvaro Salas Castro | 9 de Jul. 2025 | 7:00 am

El término "woke" surgió como una expresión de conciencia ante la injusticia. Representaba la disposición a cuestionar estructuras de poder y a solidarizarse con quienes han sido históricamente marginados. Sin embargo, como muchas ideas llevadas a su extremo, su evolución produjo efectos contrarios a los que inicialmente buscaba. En su versión radical, el wokismo ya no promueve justicia, sino obediencia ideológica. Y en el proceso, está debilitando pilares esenciales de una sociedad libre: el pensamiento crítico, la libertad de expresión y la responsabilidad individual.

Presento a continuación siete formas concretas en que esta corriente, llevada a su extremo, erosiona los fundamentos de la vida democrática.

1- Sustituye la búsqueda de la verdad por la ideología

En espacios académicos, culturales y sociales, ciertas ideas ya no se valoran por su veracidad o lógica, sino por su alineamiento con narrativas ideológicas dominantes. Preguntar "¿es esto cierto?" ha sido reemplazado por "¿es esto aceptable?".

Ejemplo: profesores universitarios han sido sancionados por presentar puntos de vista que, aunque respaldados por evidencia, son considerados políticamente incorrectos.

El pensamiento crítico muere cuando hacer preguntas incómodas se convierte en herejía.

2- Reemplaza la razón por la emoción

En la lógica woke, sentirse ofendido equivale a haber sido dañado. La discrepancia puede ser interpretada como violencia simbólica, y el desacuerdo, como opresión.

Caso: en 2023, la Universidad de Stanford publicó una guía que sugería evitar términos como "americano" o "valiente" por ser considerados potencialmente ofensivos. Esto no fomentó inclusión, sino confusión y autocensura.

Si disentir se vuelve peligroso, entonces pensar se vuelve imposible.

3- Reemplaza la responsabilidad individual por culpa colectiva

El wokismo radical divide al mundo entre oprimidos y opresores según criterios grupales: raza, género, orientación sexual o historia familiar. Se juzga a las personas no por sus acciones, sino por las etiquetas que se les asignan.

Ejemplo: algunos activistas sostienen que "todos los hombres blancos son inherentemente opresores". Este tipo de generalización no solo es injusta, sino deshumanizante.

La libertad se erosiona cuando dejamos de ser individuos responsables y nos convertimos en representantes de una tribu.

4- Impone la ortodoxia mediante presión social

La llamada "cultura de la cancelación" utiliza la humillación pública, el señalamiento digital y la amenaza de daño reputacional como herramientas para silenciar el disenso. La autocensura se vuelve norma.

Caso: en 2020, la editora de opinión del New York Times renunció tras publicar un artículo con el que algunos colegas no estaban de acuerdo, no por ser falso, sino por no alinearse con la sensibilidad dominante.

Una sociedad que castiga la disidencia solo producirá obediencia, no sabiduría.

5- Destruye los matices y la complejidad

Temas complejos como la desigualdad, el racismo o la historia son reducidos a lemas simplistas y polarizadores. Se impone un pensamiento binario: "estás con nosotros o en contra".

Frases como "el silencio es violencia" eliminan cualquier posibilidad de reflexión, matiz o evolución de ideas.

La libertad vive en los grises. El wokismo radical exige blanco o negro.

6- Politiza las instituciones y destruye la confianza

Las instituciones que deberían operar con criterios técnicos —como la justicia, la ciencia, los medios o la educación— se ven presionadas a adoptar posturas ideológicas. La verdad cede ante la narrativa.

Ejemplo regional: en América Latina, múltiples ONGs e instituciones multilaterales condicionan sus recursos a posturas ideológicas, sin evaluar resultados o evidencia.

Cuando todo es político, ya nada es verdadero.

7- Fomenta la fragilidad en lugar de la resiliencia

Cuando todo desacuerdo se interpreta como trauma y todo reto como agresión, se desincentiva el carácter, el esfuerzo y la capacidad de enfrentar desafíos. Se promueve una cultura de victimización permanente.

Dato: estudios recientes en Estados Unidos muestran que el discurso constante sobre fragilidad e identidad está correlacionado con un aumento significativo de ansiedad y depresión en jóvenes.

La verdadera libertad no es la ausencia de ofensa, sino la capacidad de responder con claridad y fortaleza.

Reflexión final

El wokismo comenzó como una alerta de conciencia. Pero la conciencia sin criterio se convierte en dogma. Y todo dogma, por noble que parezca su origen, termina siendo enemigo de la libertad.

Una democracia sana necesita ciudadanos capaces de pensar por sí mismos, cuestionar ideas, debatir con respeto y disentir sin miedo. El derecho a disentir, la capacidad de argumentar y el valor de buscar la verdad (incluso cuando es impopular) son los pilares del pensamiento libre.

Defendamos esos pilares. Porque sin ellos, lo que está en juego no es una moda intelectual: es nuestra libertad.

Nota de referencia: La frase "Stay Woke" alcanzó visibilidad global gracias a la canción "Redbone" de Childish Gambino (Donald Glover), utilizada en la película Get Out (2017). Originalmente un llamado a la vigilancia frente al racismo sistémico, su evolución cultural refleja las tensiones entre conciencia, poder y control ideológico.

Comentarios
1 comentario
AA
Por Arnoldo Alvarez DesantiHace alrededor de 2 horas

Y el antiwokismo generó a Trump

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