¿Cómo afecta el frenillo lingual corto y grueso en bebés y niños?
Movimiento de la lengua se puede ver limitado.
El frenillo lingual es el tejido que conecta la lengua con la base de la boca, si es demasiado corto o grueso, puede llegar tener diferentes afectaciones.
Esta situación puede limitar el movimiento de la lengua, afectando la alimentación, el habla y la salud bucodental en general, con consecuencias distintas según la edad del niño.
En el caso de los bebés, se les dificulta realizar un agarre adecuado al pecho materno, lo que deriva en una alimentación ineficiente, irritabilidad y una deficiencia en el peso del bebé.
Si los frenillos linguales no son tratados, pueden desarrollar problemas de mordida a largo plazo, por la posición anormal de la lengua durante la lactancia.
En los niños puede haber afectación en el habla, con la pronunciación de ciertos sonidos o palabras, afectando su capacidad para comunicarse. También, dificulta la limpieza dental, lo que puede incrementar caries, enfermedad periodontal y mal aliento.
De acuerdo con la Dra. Melissa Rojas, odontopediatra, es fundamental abordar este problema a tiempo para evitar complicaciones a largo plazo, como dificultades en la alimentación, problemas de pronunciación y alteraciones en el crecimiento y desarrollo facial.
Al identificar y tratar el frenillo lingual corto y grueso de manera temprana, podemos ayudar a garantizar un desarrollo oral adecuado y mejorar la calidad de vida de los niños a largo plazo. Es crucial que los padres estén atentos a cualquier señal de este trastorno y consulten a un profesional de la salud si tienen preocupaciones, destacó.
¿Cómo tratarlo?
Para tratar los problemas de frenillo hay desde opciones no invasivas, hasta procedimientos quirúrgicos como la frenectomía lingual -procedimiento quirúrgico que se realiza para liberar el frenillo lingual corto-.
Elegir el tratamiento dependerá de factores como la gravedad del frenillo y las necesidades individuales del paciente.
La frenectomía lingual se recomienda en casos en los que el frenillo está causando problemas significativos en la alimentación, el habla o la salud oral en general.
Otro de los tratamientos es la terapia del habla, especialmente en niños mayores para mejorar la pronunciación y la fluidez del habla.
