Ciencia tica sin fronteras: los sueros del Clodomiro Picado salvan vidas en el mundo
La ciencia pública costarricense se abre paso en zonas rurales de África, Asia y América Latina, donde el antiveneno escasea.
Cada año, más de 100.000 personas mueren por mordeduras de serpiente, una de las enfermedades tropicales más letales y desatendidas del mundo. Principalmente afecta a trabajadores agrícolas y comunidades indígenas en África, Asia y América Latina, donde el acceso a tratamientos es limitado, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En medio de esta crisis, desde Costa Rica, el Instituto Clodomiro Picado (ICP-UCR) se ha convertido en un referente clave. En sus 55 años, la producción del instituto pasó de 10.000 a 120.000 frascos de suero al año, y gran parte de esos sueros han salvado vidas en países que enfrentan emergencias por mordeduras de serpiente.
CR Hoy conversó con Yamileth Angulo Ugalde, directora del ICP-UCR, y Andrés Sánchez Brenes, coordinador de Desarrollo Tecnológico, para profundizar en cómo este centro ha logrado consolidarse como un líder internacional en la producción de sueros antiofídicos.
Yamileth Angulo Ugalde – ¿Por qué las grandes casas farmacéuticas no producen suero antiofídico?

Desde Centroamérica hasta África
Los primeros años del ICP-UCR estuvieron enfocados en cubrir las necesidades locales, pero pronto quedó claro que ningún otro país centroamericano fabricaba estos productos. Así comenzaron las exportaciones a la región.
Con el paso del tiempo, países como Perú y Ecuador, que enfrentaban serios déficits en su producción local, se acercaron al ICP-UCR para cubrir sus necesidades. Sin embargo, el salto global ocurrió en la década de los 2000, cuando la escasez de sueros en África y Asia hizo que el ICP-UCR se comprometiera a desarrollar soluciones específicas para regiones como África subsahariana, Sri Lanka, Papúa Nueva Guinea y, más recientemente, el Medio Oriente y el norte de África.
Andrés Sánchez Brenes – Antiveneno en África

En sus 55 años, el ICP-UCR ha producido cerca de 3.8 millones de frascos de suero antiofídico, enviando tratamientos a países donde una mordedura de serpiente es cuestión de vida o muerte.
El equipo también trabaja en el desarrollo de nuevos productos para el continente africano y el Medio Oriente.

Colaboraciones globales
El ICP-UCR ha forjado alianzas internacionales con centros académicos y organismos públicos de más de 30 países. Estos vínculos han permitido transferencias tecnológicas, formación avanzada de personal y acceso a métodos de laboratorio que no están disponibles en Costa Rica. Además, han facilitado la movilidad académica de estudiantes e investigadores.
Un ejemplo destacado es su colaboración con la Universidad de Peradeniya en Sri Lanka y la ONG AVRI. Juntos desarrollaron un antiveneno específico para las especies más peligrosas del país, sustituyendo los tratamientos importados de India que no eran tan efectivos ni seguros. El proyecto incluye la transferencia de tecnología para que Sri Lanka pueda producir su propio suero de manera autónoma.

La organización Médicos sin Fronteras (MSF), ante el retiro del antiveneno que producía la empresa Sanofi-Pasteur en África, decidió utilizar el antiveneno del ICP-UCR en el tratamiento de envenenamientos en sus centros hospitalarios en la República Centroafricana.
Los desafíos
Uno de los principales retos del ICP-UCR es combinar su rol como instituto científico con una operación que, en la práctica, funciona como una empresa debido a la producción y venta de sueros. Esta dualidad obliga al instituto a seguir los procesos de compra y contratación del Estado, lo que en ocasiones dificulta la adquisición ágil de insumos y equipos clave para su funcionamiento.
Finalmente, Angulo hizo referencia a los desafíos de hacer ciencia en Costa Rica:
Yamileth Angulo Ugalde – Los desafíos de hacer ciencia en el país
