Casos de violencia intrafamiliar se duplicaron desde el 2022
Hasta el 16 de febrero de 2025, ya se contabilizan 2.659 casos

Imagen con fines ilustrativos.
Los casos de violencia intrafamiliar en Costa Rica se duplicaron entre 2022 y 2024, según datos del Ministerio de Salud.
En 2022 se registraron 11.122 incidentes, cifra que aumentó a 18.933 en 2023 y alcanzó su punto más alto en 2024, con 23.046 casos. Es decir, entre 2022 y 2024 hubo un aumento del 107 %.
Esta tendencia al alza evidencia una problemática creciente en el país. Hasta el 16 de febrero de 2025, ya se contabilizan 2.659 casos, lo que sugiere que el presente año podría mantener esa línea ascendente.
La violencia intrafamiliar se considera un problema de salud pública, dada su extensión, magnitud y consecuencias. Según el Ministerio de Salud, afecta de forma desproporcionada a las mujeres, así como a niños, niñas, adolescentes, adultos mayores y otros grupos en condiciones de mayor vulnerabilidad, ya sea por su orientación sexual, identidad de género, condición de discapacidad o padecimientos de salud.
El año 2024 se caracterizó por un aumento sostenido de los casos de violencia en ambos sexos, aunque fue más pronunciado en la población femenina. En términos absolutos, las mujeres representaron el 68,4 % de los casos notificados en 2024.
En 2023, este porcentaje fue del 69,7 % y, en 2022, del 73,6 %. Esta distribución muestra que la violencia intrafamiliar continúa siendo un grave problema que afecta principalmente a mujeres, niñas, adolescentes y adultos mayores.
Durante el período 2021-2024, los grupos etarios más afectados por la violencia intrafamiliar fueron los menores de un año, los adolescentes y jóvenes entre 10 y 19 años, así como las personas adultas mayores de 75 años en adelante.
Estos sectores comparten un alto grado de dependencia, lo que los hace más vulnerables a ser víctimas de violencia por parte de padres, cuidadores, hijos o personas a cargo.
En cuanto a los tipos de violencia diagnosticados, la negligencia y el abandono fueron los más reportados en casi todos los años analizados.
En 2024, esta categoría alcanzó los 5.786 casos, seguida del abuso físico (5.738) y el abuso psicológico (4.312). También se registraron cifras elevadas de abuso sexual (4.054), otros síndromes de maltrato en formas mixtas (1.918), violencia patrimonial (203) y síndrome de maltrato no especificado (1.035).
Cabe destacar que la violencia no se limita a lo físico. También incluye manifestaciones psicoemocionales y sexuales, como humillaciones, dominación, omisión y negligencia.
La cartera advirtió que todas estas expresiones de violencia dejan daños que pueden llegar a ser irreparables y que se manifiestan como problemas en el desarrollo físico y mental de las personas menores de edad.
A nivel territorial, la provincia de Puntarenas presentó la mayor incidencia de casos en 2024, superando ampliamente las tasas de años anteriores. Esta región, con marcados rezagos en indicadores sociales y económicos, enfrenta altos niveles de inseguridad y violencia, lo que la convierte en una zona de especial preocupación para las autoridades.
También destacan los aumentos en Limón y, especialmente, en Alajuela, que ha mostrado un crecimiento exponencial en su incidencia.
Tal como se resaltó desde Salud, la familia es el primer grupo de pertenencia, donde se recibe nutrición, afecto y seguridad para el desarrollo. Es también el entorno en el que se forma la autoestima y se interiorizan normas y formas de interacción social.
Los actos violentos que ocurren dentro del hogar tienen consecuencias significativas en la vida de las personas, especialmente en niñas, niños y adolescentes, afectando su desarrollo en todos los ámbitos.