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Casi un año de su captura: Peña Russell, temido jefe de sicarios, afronta al menos 12 causas penales

Por José Adelio Murillo | 11 de Jun. 2025 | 2:42 pm

Durante los últimos años Tony Alexander Peña Russell alias "La T", se consolidó como el jefe de sicarios asentado en Atlántida de Limón, dirigiendo una organización criminal ligada a unos 50 asesinatos. Ahora está cerca de cumplir su primer año tras las rejas. 

No ha sido condenado, sino que descuenta prisión preventiva: una medida cautelar que vence el próximo 10 de agosto, según confirmó la Fiscalía Adjunta de Limón a CR Hoy. 

La investigación y proceso en su contra no es nada sencillo: el cabecilla es procesado judicialmente por al menos 12 causas penales en las cuales él está vinculado directamente, según reveló el Ministerio Público a solicitud de este medio.

Son 12 expedientes en los que figura como imputado por los delitos de tentativa de homicidio, homicidio calificado, acopio de armas, asociación ilícita y legitimación de capitales. Algunos de sus hombres de confianza, sus cómplices más cercanos, también figuran en estos casos.

Los procesos contra este sujeto están en etapa preparatoria: es decir, la Fiscalía alista todo para hacer la solicitud de apertura a juicio para que Peña Russell finalmente se vea las caras con la justicia costarricense. Las causas se encuentran en una fase que todavía es privada.

Tony cayó el 21 de junio del año pasado y su arresto fue denominado como la captura del año por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), debido a la complejidad, riesgo e innovación que requirió dar con su localización.

Tenía mucho tiempo de ser un objetivo policial, pero en ese momento llevaba 4 meses de estar en fuga. El día de la detención estaba distraído viendo un encuentro de la Euro, situación que sumada a una compleja planificación, convirtió en un éxito el operativo del OIJ.

El día de los allanamientos, el presunto capo estaba 'entretenido' con la Eurocopa, torneo de fútbol que enfrenta a los países del Viejo Continente. Estaba aguardando un Países Bajos – Francia de la fase de grupos.

Peña Russell estaba viendo el encuentro enfrentaba a Austria vs. Polonia, previo a otro partido, el principal de ese día. El OIJ sabía de su afición por el fútbol y que para ese momento, tenía la guardia baja.

A su distracción por el fútbol, se suma un amplio trabajo de labores de inteligencia, vigilancia y planificación estratégica que resultaron un exitoso allanamiento.

La preparación incluyó cambio de táctica clave para que los agentes pasaran inadvertidos: no ingresar hasta el barrio Atlántida, donde permanecía, en vehículos policiales con distintivos y todo un "convoy" como habitualmente lo hacen, sino que se trasladaron ocultos hasta afuera de la vivienda dentro de camiones y busetas. 

Este cambio de estrategia permitió a los oficiales evitar ser detectados por las "campanas", personas contratadas por la banda criminal para alertar la presencia policial y que de esta forma los sospechosos puedan escaparse antes del arribo.

El 'jefe de sicarios' optó por mantenerse en la Urbanización Atlántida y no huir a ningún otro sector del país. Se trata de una pequeña urbanización localizada en al filo del distrito central de Limón: una franja de unos 700 metros que se ubica "al fondo" de Barrio Ceibón.

A este sujeto se le perfila como jefe de una estructura de sicarios que sería responsable de unas 60 muertes. Fue detenido en una de sus viviendas, debido a que tenía control de varias casas para trasladarse entre una y otra.

Directamente, se le liga con unos 10 asesinatos y 2 tentativas de homicidio. Al capturarlo, le decomisaron dos armas AK-47, un fusil AR-15, tres pistolas, dinero, aparente droga, joyas y un vehículo.

Tras su captura, fue movilizado por OIJ a celdas ubicadas en San José, donde pasó un fin de semana. Posteriormente, se dictó prisión preventiva sobre el imputado, quien permanece en celdas de máxima seguridad en La Reforma.

Durante su estancia en la cárcel, le han encontrado varios celulares con todo y cargador, chip y hasta dos espigas. Han sido al menos cuatro teléfonos que llegaron a manos del capo estando en máxima reclusión.

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