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Cártel del Caribe Sur tuvo arsenal oculto suficiente para “armar mini ejército” ¡Vea las fotos!

Caso Lost y Caso Traición están estrechamente relacionados a otros grandes decomisos de droga

Por José Adelio Murillo | 4 de Nov. 2025 | 10:39 am
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El Cártel del Caribe Sur —como denominó la policía judicial a la organización trasnacional dedicada a monopolizar la importación de cocaína y marihuana en el país para su comercialización y exportación, desmantelada hoy— llegó a tener entre sus manos un arsenal de fusiles y pistolas suficiente para armar un pequeño ejército, hace apenas unos meses.

Este martes, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) consiguió la captura de al menos 33 sujetos ligados a esta operación narco conducida por Luis Manuel Picado Grijalba, alias Shock, y su hermano Jordie Kevin, alias Noni.

El 12 de junio pasado, previo al megaoperativo de hoy por el caso Traición, el OIJ realizó un gran despliegue operativo y más de 24 horas de seguimiento que permitieron el hallazgo y decomiso de un importante arsenal de fusiles tipo AR-15, ocultos dentro de una vivienda en La Guácima de Alajuela.

Se trató de al menos 37 fusiles de asalto de ese tipo, además de 19 pistolas calibre 9 milímetros: un arsenal de más de medio centenar de armas, suficientes para "armar un mini ejército", según dijo el director interino del OIJ, Michael Soto.

Ese día, un sujeto de apellido Montenegro, originario de Limón, fue detenido en el inmueble donde se halló el armamento. El hombre se encontraba custodiando el arsenal de armas, 755 paquetes de marihuana y 253 de cocaína.

Fueron muchas horas de seguimiento, inclusive días, en el marco de una investigación de fondo. Producto del trabajo realizado durante semanas, se tomó la decisión de detener en vía pública un vehículo relacionado con la banda criminal investigada.

La Fuerza Pública colaboró con la interceptación del automóvil, pero fueron la Fiscalía y el OIJ quienes estuvieron a cargo del operativo. Una vez que los uniformados entregaron la escena a la policía judicial y al Ministerio Público, se procedió a una inspección que derivó en el hallazgo de 250 kilogramos de marihuana.

A partir de ese momento, se desplegaron operaciones de vigilancia sobre dos viviendas vinculadas con los sospechosos detenidos junto al vehículo. En una rápida respuesta y tras 24 horas, la Fiscalía Antinarcóticos obtuvo las autorizaciones necesarias para allanar ambas propiedades.

Dentro de una de las casas, los agentes del OIJ localizaron una especie de terraza sin piso, donde había una caleta cubierta con piedra cuartilla y algunas sillas encima. En el centro de la terraza hallaron una tapa metálica; al remover la piedra, descubrieron una bodega subterránea de importante tamaño.

Ese aposento estaba lleno de armamento: fusiles de asalto, pistolas, cargadores y munición, que aún se encuentran bajo revisión. Este es uno de los decomisos de armas más importantes efectuados en los últimos tiempos.

Soto aseguró es día que, en sus tres décadas de experiencia policial, nunca había visto un arsenal de tal magnitud en manos de bandas delictivas.

Los 37 fusiles de asalto —principalmente tipo AR-15— ocultos dentro de un sótano eran armas hechizas: habrían sido importadas por partes y ensambladas en Costa Rica. Entre ellas había 26 fusiles semiautomáticos tipo AR-15, 10 rifles tipo M-16 y un fusil Galil SAR.

La hipótesis principal que investiga el OIJ es que estos fusiles no ingresaron al país como armas completas, sino que fueron desarmados en piezas separadas. Es probable que hayan sido importados legalmente, pero con información falsa o engañosa.

Por ejemplo, algunas secciones o componentes podrían haber sido declarados como accesorios para teléfonos celulares, repuestos para refrigeradoras o incluso como chatarra metálica. Esta maniobra dificulta la trazabilidad del armamento.

Otro indicio que refuerza esta tesis es que, tras la inspección, los peritos no encontraron números de serie ni identificadores, como los que usualmente incluyen las armerías. Esto hace pensar que los AR-15 fueron ensamblados en suelo costarricense.

Utilizar este método resulta mucho más económico para los grupos criminales, en comparación con la compra de un fusil completo, que es más costosa, compleja y sujeta a controles aduaneros más estrictos.

Tumbonazo y otros cargamentos

Los inicios de la investigación, denominada Lost, se remontan al 9 de febrero, cuando comenzaron a indagar un aparente tumbonazo de droga: cerca de media tonelada de marihuana fue encontrada dentro de una vivienda en la urbanización Doña Mercedes, en La Isla de Moravia.

La alerta inicial fue por un supuesto rapto: varias personas con pasamontañas habrían ingresado a la casa y sacado a un sujeto de apellido Mora. En apariencia, todos abandonaron el sitio en dos vehículos.

Sin embargo, cuando llegaron los agentes judiciales, no había nadie en la vivienda, pero sí una cuantiosa cantidad de marihuana, cercana a una tonelada. A partir de ahí comenzaron las indagaciones que se han extendido por varios meses.

Posteriormente, la supuesta víctima de secuestro apareció y se determinó que, en realidad, estaba vinculada al tráfico de drogas. Ese hallazgo dio pie a los seguimientos que culminaron en junio.

En las inmediaciones del Parque de la Paz, en San José, se logró detener un vehículo en el que viajaba este sospechoso, y se decomisaron 250 kilogramos de marihuana. Las vigilancias permitieron identificar que el punto de origen de ese traslado era una propiedad en La Guácima.

Cuando el OIJ y la Fiscalía Adjunta Especializada en Delincuencia Organizada (FAEDO) obtuvieron la orden judicial para allanar la casa, encontraron un arsenal suficiente para "armar a un pequeño ejército".

Un sujeto de apellido Montenegro, originario de Limón, fue detenido en el inmueble. El hombre se encontraba custodiando tanto los fusiles como las pistolas, además de otro cargamento con gran cantidad de droga.

El director del OIJ explicó que, pese al buen estado exterior de las armas, al iniciar la revisión se determinó que no es posible utilizarlas en ningún cuerpo policial debido a su origen.

El arsenal confiscado fue remitido a la Dirección General de Armamento del Ministerio de Seguridad Pública para su destrucción.

Existe otro cargamento muy importante de droga que estaría también relacionado con el mismo grupo criminal. Se trata de acciones operativas que, a inicios de mayo, permitieron confiscar casi dos toneladas de droga en la Zona Sur.

Dentro de la investigación de fondo se ejecutaron dos golpes contundentes. El 7 de mayo, un hombre de apellidos Fonseca Jiménez fue detenido mientras transportaba 1.600 paquetes de marihuana y cocaína dentro de un camión que transitaba en Jardín de Pérez Zeledón.

Gracias a información de inteligencia, se ejecutó un retén policial para interceptar un primer camión. Poco después, se logró ubicar un segundo automotor que llevaba otros 989 paquetes del producto ilícito, además de capturar a un segundo conductor, de apellidos Herrera Villalobos, de 29 años.

Fonseca Jiménez fue juzgado rápidamente: fue procesado por flagrancia, aceptó los cargos y se sometió a un procedimiento abreviado. Por esa razón, le impusieron 10 años de cárcel. Su colega enfrentará juicio el próximo 1.º de julio.

Primer cártel de Costa Rica

El Cártel del Caribe Sur era la poderosa organización que controlaba gran parte de la importación de cocaína y marihuana al país, para exportarla y proveer a otros grupos delictivos dentro del país.

Esta agrupación era comandada por los hermanos Picado Grijalba, ambos sometidos a procesos de extradición hacia Texas, Estados Unidos. Shock el mayor, fue capturado en Londres y permanece allí mientras se dicta una resolución.

Con el megaoperativo de este martes, que incluye 64 allanamientos y la participación de 1.200 agentes, el OIJ espera desmantelar el gran grupo. La poderosa coalición tenía líneas de exportación hacia Europa y Estados Unidos, y era el principal grupo que disputaba el control de la Terminal de Contenedores de Moín (TCM), en Limón, para el envío de cargamentos ilícitos.

Shock y Noni, a su vez, habrían logrado vincularse con Tony Alexander Peña Russell, alias La T, jefe de una banda de sicarios que operaba en el sur del centro de Limón como brazo armado de la alianza.

Según las autoridades estadounidenses, Shock estaría enviando cocaína desde hace al menos 12 años y enfrenta cargos por tráfico internacional de drogas y asociación ilícita. Su hermano Noni afronta una acusación similar, al ser considerado uno de sus principales aliados.

Jordie Kevin fue capturado a finales de agosto para someterlo a otro proceso de extradición, convirtiéndose así en el quinto costarricense detenido con ese fin. La Dirección del OIJ reveló a CR Hoy que, tras la detención de su hermano en Europa, este asumió el mando de la organización.

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