Cartel de Sinaloa podría estar detrás del mayor cargamento de droga sintética decomisado en Costa Rica
Operación conjunta de Fiscalía y DEA permitió golpe al trasiego de peligrosa sustancia
Los 48 kilogramos de metanfetamina incautados este lunes por autoridades costarricenses podrían tener su origen en el Cártel de Sinaloa, considerada la mayor y más poderosa organización de narcotraficantes del hemisferio occidental.
Una operación desplegada en Tibás y San Francisco de Dos Ríos en horas de la tarde y noche, permitió asestar un importante golpe al trasiego de estupefacientes sintéticos.
Aunque las investigaciones aún son preliminares, la línea de producción del estupefaciente incautado hace sospechar que el grupo criminal trasnacional estaría detrás del cargamento.
Por ahora, las autoridades costarricenses no han determinado con exactitud el país de origen del cargamento. Sin embargo, les llama la atención la participación de un ciudadano colombiano y las características del producto ilícito confiscado.
"Esta droga puede venir de cualquier lado. Me refiero que podría venir del Colombia, podría venir de algún país centroamericano o podría venir de México, que es uno de los países que más produce este tipo de drogas en la región", explicó Mauricio Boraschi, fiscal adjunto de la Fiscalía General.
La metanfetamina es una droga estimulante muy adictiva que usualmente se presenta en forma de polvo, píldora o una roca brillante conocida como “cristal”. El Cártel de Sinaloa es considerado el principal distribuidor de esta droga en la región.
No obstante, las autoridades deberán avanzar en sus pesquisas para confirmar o descartar esta hipótesis. Esta red criminal agrupa a algunos de los capos más importantes de México, quienes actúan en conjunto para proteger sus intereses.
Desde sus orígenes, la organización ha establecido conexiones en los niveles más altos de la policía federal y el ejército mexicanos, utilizando el soborno como principal estrategia para superar a organizaciones rivales.
El grupo, que opera desde la década de 1960, se dedica principalmente al tráfico internacional de fentanilo, metanfetamina, cocaína, marihuana y heroína con destino a Estados Unidos, de acuerdo con la organización InSight Crime.
Algunas de sus facciones también se involucran en el microtráfico y en el cobro de extorsiones a otras redes delictivas, incluidas aquellas vinculadas a la trata de personas.
Las autoridades nacionales no descartan más acciones judiciales y policiales en los próximos días, como parte de esta misma investigación.
Fue justo una coordinación entre la Fiscalía Adjunta Especializada en Delincuencia Organizada (Faedo) y la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) permitió el decomiso de drogas sintéticas más grande en la historia del país.
Fue una operación que las autoridades lograron concretar en muy poco tiempo para asestar un golpe al trasiego de estos peligrosos estupefacientes.
En días muy recientes, la agencia antidrogas estadounidense facilitó información de inteligencia al Ministerio Público costarricense, que comenzó a trabajarla de inmediato.
Luego se llevaron a cabo una serie de movimientos operativos, entre ellos la negociación encubierta de un kilogramo de metanfetamina, una droga estimulante muy adictiva que usualmente se presenta en forma de polvo, píldora o una roca brillante conocida como “cristal”.
El pasado viernes, agentes encubiertos lograron ejecutar una precompra. El operativo continuó con nuevas negociaciones hasta concretar la compra de otros 48 kilogramos.
Hoy, a las 2:00 p. m., se logró la intercepción de dos vehículos utilizados para el transporte de esta potente sustancia, así como los responsables de esta actividad criminal.
Cártel de Sinaloa
El Cártel de Sinaloa se originó en el estado homónimo, una región con tradición en el cultivo y contrabando de marihuana y amapola.
La organización surgió a partir de familias campesinas que, en las décadas de 1960 y 1970, evolucionaron del contrabando al tráfico de drogas, especialmente marihuana. Pedro Avilés fue uno de los primeros en traficar grandes cantidades de marihuana y posteriormente involucró a Joaquín “El Chapo” Guzmán en el negocio, quien luego fue uno de sus líderes históricos.
Tras la muerte de Avilés en 1978, las familias diversificaron sus actividades, transportando cocaína para traficantes colombianos y centroamericanos, y trasladaron sus operaciones a Guadalajara, Jalisco.
Líderes como Rafael Caro Quintero, Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo fueron claves en esta expansión.
Actualmente, el liderazgo del cártel se divide en dos facciones principales: una encabezada por Ismael “El Mayo” Zambada y otra por los hijos de “El Chapo”, conocidos como “Los Chapitos” (Joaquín Guzmán López, Ovidio Guzmán López, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán).
Cada facción cuenta con brazos armados, como “Los Ninis” y “Los Rusos”, que controlan territorios y protegen las operaciones del grupo.
El Cártel de Sinaloa tiene su base en su estado de origen y en municipios de Durango y Chihuahua, conformando el llamado “Triángulo de Oro”. También opera en estados como Sonora, Baja California, Nayarit, Jalisco y Chiapas.
A escala internacional, mantiene relaciones con proveedores de precursores químicos en China, India y otros países asiáticos, y envía emisarios a Colombia, Venezuela y Ecuador para asegurar el flujo constante de cocaína.
Aunque el soborno es su estrategia preferida para expandirse, también recurre a la violencia cuando busca invadir nuevas zonas.
Pese a las capturas de “El Chapo” y “El Mayo”, el Cártel de Sinaloa sigue siendo una de las organizaciones criminales más influyentes del mundo, adaptándose y reorganizándose para mantener su hegemonía en el narcotráfico internacional, según recopila InSight Crime.
Bajo órdenes de la Fiscalía y tras recibir la alerta de la DEA, se articuló un trabajo conjunto con la Policía de Control de Drogas (PCD) para establecer seguimientos e indagaciones en torno a la línea de investigación sobre la presencia de estos negocios en suelo costarricense.
La actuación criminal era conducida por dos costarricenses (uno con antecedentes penales) y un sujeto de origen colombiano en situación migratoria irregular, quienes habían estado bajo la lupa durante toda la investigación.
Poco antes del decomiso, realizaron un trasbordo de la droga de un vehículo a otro. La captura de los involucrados se dio en plena vía pública, y las diligencias se mantuvieron durante varias horas.
Un hombre de apellido Herrera era quien transportaba los 48 kilogramos de cristal. Otro costarricense, de apellido Morales, y un colombiano de apellido Cuesta fueron detenidos en Dos Ríos.
Según el Ministerio de Seguridad Pública (MSP), este se convirtió en el decomiso más grande de drogas sintéticas registrado en la historia policial del país. Manuel Jiménez Steller, viceministro de Unidades Especiales, reafirmó que el Cártel de Sinaloa podría estar tras la producción de esta sustancia.
La operación requirió el apoyo de la PCD, así como de la Unidad Especial de Apoyo (UEA), para mitigar cualquier riesgo.