Carlos Morales se inclina ante Hugo Díaz: la irreverencia cae ante la amistad
“Noches de estreno con Hugo Díaz” desnuda a Carlos Morales de pedante e irreverente a amigo
En una Costa Rica que se desgaja ante la violencia en los rincones de los barrios y, pareciera mentira, en los estadios, al mejor estilo de las escenas de los hinchas de sociedades decadentes, y que arrebata con gran fuerza las raíces de nuestra sociedad, aparece el libro “Noches de estreno con Hugo Díaz”, de Carlos Morales, periodista y escritor.
Con un sabroso prólogo del conocido actor argentino Carlos Catania, la obra es un homenaje al dibujante y a la Compañía Nacional de Teatro, pero en el fondo es un rescate a un momento donde priva el respeto y la solidaridad por la construcción de una cultura nacional con oportunidades para todos, amparada en los escenarios del teatro costarricense de las décadas de los 70 y 80.
No es una obra para la nostalgia ni las remembranzas de noches de bohemia en elegantes bares o cantinas venidas a menos. Es un canto a la cultura nacional que desde el Estado, muy socialdemócrata, tejió las raíces para que los costarricenses aprendieran, gozaran y se educaran con el teatro. Las salas se llenaban con conocedores y aprendices del arte escénico.

Portada diseñada por Ileana Carranza Quesada. Aparecen en ella Moy Arburola y Carlos Ovares en La ronda, compañía Nacional de Teatro. (Foto NPR)
La obra ofrece una mirada con grandes ojos al auge teatral costarricense en las críticas publicadas por Morales y enriquecidas por las caricaturas de Hugo Díaz, binomio que dio mucho de qué hablar entre los hombres y mujeres de las tablas y entre los asiduos espectadores y que en algunas presentaciones llegaron a sumar 50 mil.
“Para qué tractores sin violines” dijo en su momento el 3 veces presidente José Figueres Ferrer, con segundo apellido para que no haya equivocaciones expresó Rafael Cuevas, uno de los presentadores de la obra del ampuloso Carlos Morales, quien la noche de la presentación, se sitió más hinchado porque decenas de amigos, y no tan amigos pero sí seguidores, desafiaron el torrencial aguacero para asistir al lanzamiento.
Amigos de toda la vida, periodistas, actores y directores de teatro, ex ministros, familiares, subalternos y alumnos de Morales, quien anduvo por 30 años en las aulas universitarias, no podían perderse la cita del doble homenaje a Hugo Díaz y a la Compañía Nacional de Teatro (CNT), en el marco de la 18 Feria Internacional del libro que ha tenido lugar en la antigua Aduana.
Hugo Díaz
La entrañable amistad fraguada en las salas de redacción de la época y en las noches de bohemia llevó a Morales a reconocer la obra del caricaturista emblemático durante la quijotesca labor de acompañar sus críticas periodísticas de teatro -que eran verdaderos suplicios, la mayoría de ellas, para los directores y actores, acostumbrados a los comentarios de la época de Alberto Cañas y Guido Fernández, ambos ya desaparecidos, ( “unas muy complacientes y otras muy neutrales y sofisticadas”, afirma el autor de “Noches de estreno con Hugo Díaz”).
Recuerda Morales que “hubo una época en que todo costarricense que escribiera un libro quería una portada de Hugo Díaz o un juego de sus ilustraciones”.
Hugo, con su chispa y una estética inigualable en una línea elegante, dio paso a innumerables escenas nacionales, como lo revelan sus dibujos, nada inocuos y plasmando su propia visión de un mundo “que le tocó sufrir, aunque también gozar. Y burlar”, asegura Morales en el libro que incluye 53 caricaturas incluyendo la propia, con que finaliza la obra.
El actor, cineasta y director de teatro Oscar Castillo declinó sentarse en la mesa principal y desde el butaquero rindió homenaje a Díaz, declamando “¡Ay mísero de mí, ay, infelice!”, monólogo de la primera jornada de La vida es sueño, obra de Calderón de la Barca, que en forma constante estaba en boca del caricaturista.
El autor
Morales inició sus lides literarias con una pequeña pero no menos importante obra “Los Hechiceros del Siglo XX”, bajo sello de la Editorial Costa Rica, en1976, donde dibuja el quehacer periodístico.
De ahí pasa por los diferentes géneros periodísticos y literarios ajustando hoy a sus 70 años 8 libros y gran cantidad de artículos en periódicos como La Nación, donde funda el suplemento Ancora, que aún sobrevive. También los hay de La República y del Semanario Universidad, como en revistas nacionales y del exterior.
El trabajo tenaz del autor le han llevado a acumular reconocimientos nacionales y acreditarse el “Joaquín García Monge” y el “Pío Víquez” por su labor periodística, antes de que irrumpiera el “periodismo corrongo” en la vida nacional. También ostenta dos veces el de literatura “Aquileo Echeverría” por sus obras “El café de las cuatro” y por la novela “La rebelión de las Avispas”.
Carlos Morales, en esta última obra “Noches de estreno con Hugo Díaz” sucumbe y deja afuera sus características, casi genéticas, de envanecimiento y egolatría, como le reconocen sus amigos y lo afirman con fiereza sus enemigos, para reverenciar al talento y al arte, en un canto y loa a los valores que se difuminan en nuestra sociedad para dar paso al valor de la amistad y la solidaridad.