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Candil afuera, oscuridad adentro

Por Agencia | 11 de Mar. 2024 | 4:33 am

Ser destacado como un "Jaguar" económico del continente, recibir buenas notas de las calificadora de riesgo, cumplir las exigencias que nos autoimpusimos con las multilaterales, tener una deflación sostenida por varios meses, e incluso ostentar un caudal de reservas en moneda extranjera (dólares) muy por encima de lo recomendado por los especialistas, o por ejemplo, tener una proyección de crecimiento económico superior a la media internacional, sin duda hacen de Costa Rica un país destacado.

Esas galas emulan un candil que desde afuera ilumina muy bien la fachada de nuestro territorio, de hecho son ejemplos claros de que la teoría macroeconómica puede llevarse a la práctica, sin embargo, también evidencia el gran pecado que se comete cuando esta resulta ser, prácticamente, la única política de Estado en la oferta de política pública del país.

Ese pecado no es otro más que el de poner todos los huevos en la misma canasta, es decir, cuando las autoridades se concentran en ser perfectos en lo fiscal – macroeconómicos y se olvidan que eso automáticamente genera un desequilibrio (o distorsión) en la parte social de la ecuación que provoca altas tensiones estructurales en el país.

Al pasar la atención de la macroeconomía a la realidad socioeconómica nos encontramos un país distinto al que se ilumina afuera; el otro lado de la moneda, está a oscuras. De hecho, recientemente, Augusto de la Torre, un ex funcionario del Banco Mundial, durante la conferencia dictada en el Congreso de la UCCAEP expuso que no entendía cómo con esos números que se ven afuera podíamos estar preocupados.

Para poder entender esa distorsión que lleva a tener una casa a oscuras, pese a que somos candil en la calle, es necesario hacer, al menos, cinco radiografías en las áreas que más están afectando a los costarricenses y que impactan directamente en los motores de la producción nacional.

Ver cómo está la seguridad, la salud, la pobreza, el desempleo y la educación es suficiente para saber cómo está el país. Estos 5 cuartos de la casa a oscuras es preocupante.

Índices históricos de homicidios, con un país cerca de ser un narcoestado y con un desfinanciamiento de los cuerpos policiales, así como un déficit de infraestructura hospitalaria, de especialistas, con listas de espera muy altas y con el lema gubernamental de que la CCSS está quebrada hablan de las telarañas de la seguridad y la salud.

Un índice de pobreza (extrema, regular y alta vulnerabilidad) en cerca del 30%, una fuerza laboral que apenas alcanza los 49.9% (cifra de la cual un 40% ya es informal) y un déficit de 200 mil soluciones de vivienda en el país complementa un cuadro lúgubre en los restantes 3 cuartos de la casa.

Y si a estos 5 aposentos le sumamos los costos de producción, el costo del tipo de cambio para el sector productivo – turístico y el tema de impuestos donde 58 de cada 100 colones producidos se deben pagar al fisco, vemos que no solo hay oscuridad dentro de la casa, sino que las ventanas y los ductos de ventilación ya están cerrados.

En resumen, mientras el gobierno se concentra con quedar bien afuera, adentro Costa Rica no va tan bien.

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