Camiones ganaderos y vagonetas de desechos: El transporte de los ilegales

(CRHoy.com) Una vez ingresados a territorio costarricense por la franja fronteriza en Sarapiquí, nicaragüenses indocumentados se las arreglan para ocultarse en camiones ganaderos y hasta en vagonetas que transportan desechos de fincas agrícolas para poder movilizarse hasta pueblos cercanos a la frontera, desde los que toman autobuses que finalmente los dejan en el Valle Central.

Para lograrlo primero deben viajar en pangas de pesca facilitadas por coyotes costarricenses quienes les cobran dinero, generalmente una suma entre ¢5 mil y ¢25 mil, los dejan en fincas ganaderas escondidos para que a altas horas de la noche puedan ser recogidos por camiones.

Pasan además entre fincas paralelas al Río San Juan, levantan las cercas, se comen los frutos a la espera de su siguiente viaje. 

Don Alejandro Chavarría es un cuidador de ganado, vecino de Remolinitos en Sarapiquí, su finca colinda con el Río San Juan y normalmente escucha, alrededor de la 1 a.m, el paso de migrantes. 

Chavarría afirma que las lanchas atracan generalmente a altas horas de la noche para evitar cualquier presencia de autoridades policiales.

Debido a ese tipo de situaciones, la policía debe vigilar e intervenir absolutamente todos los vehículos que se movilicen por el cordón limítrofe de esa zona, ubicada en la extensión de la provincia de Heredia.

Agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y oficiales de la Fuerza Pública llevan a cabo múltiples acciones para evitar el tránsito irregular de extranjeros, en el marco de la emergencia nacional por el COVID-19.

Se trabaja en conjunto para poder canalizar todos los datos obtenidos y que estos deriven en intervenciones mayores, para efectos de defensa de la soberanía costarricense.

Más de 6500 extranjeros, principalmente nicaragüenses fueron rechazados de ingresar al país en el último mes, desde que se implementó el cierre fronterizo para evitar contagios masivos de coronavirus.