AyA se desligó de polémico fideicomiso, pero cierre aún está pendiente
Fideicomiso aún no ha sido disuelto

Aunque no fue prioritario durante 3 años, el Gobierno retomó el proyecto en el 2017. (Imagen del AyA)
El 14 de noviembre del 2017, el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) afirmó "la obra es pública, fideicomiso es pasado", en referencia al polémico acueducto Sardinal-El Coco-Ocotal en Guanacaste. Sin embargo dicha herramienta financiera, cuestionada por la Contraloría General de la República, aún es una nebulosa pendiente, más de 10 años después de su creación.
Casi 3 meses después de que el Gobierno anunciara su intento por desligarse del contrato hecho para que esta obra la construyera la empresa privada con su dinero, a cambio de usarlo y recibir agua, el fideicomiso sigue existiendo y hasta siendo analizando por el fiduciario, el Banco de Costa Rica (BCR).
El AyA aún no completa el avalúo, para saber cuánto invirtieron los empresarios que dieron dinero al fideicomiso. Y el BCR todavía no finiquita esa figura. Las autoridades aún no saben con claridad cuánto dinero recaudaron los privados y cuánto sí se usó en material, construcción y terrenos.
Pero como CRHoy.com informó en noviembre pasado, el fideicomiso recaudó casi $9 millones, algo que la Auditoría del AyA calificó como una "venta" de agua. En el camino se entregaron al menos 1.134 cartas de disponibilidad de agua a privados que construyeron en la zona.
Rodolfo Lizano, director Jurídico del Instituto, recordó que el fideicomiso fue una garantía de que los fondos de los inmobiliarios se dedicaran al proyecto, para frenar un "desorden" en la relación anterior con Coco Water S.A. En ese momento (2006-2007) el dueño de Mapache, Carlos Arroyo Quirós, cobró por adelantado a las empresas.
Lizano se desentendió de la figura jurídica y señaló que debe ser finiquitada por los fideicomitentes. Durante 3 años, la administración de Yamileth Astorga no tuvo este acueducto como prioritario, pero en el 2017 lo retomó para – según la entidad – combatir la sequía en la zona.
Lizano afirmó que se buscó un cierre "armonioso" con el fideicomiso, al menos por el momento. Todo a pesar de que admite que el AyA no tiene acceso a la información financiera – señalada como confidencial por el BCR – y todavía se está haciendo inventario de tubería. Todos los terrenos si fueron recibidos.
>-->"El fideicomiso ya está fuera de la etapa constructiva de la obra. No le corresponde al AyA referirse al fideicomiso pues esta institución no es parte suscribiente de ese contrato", respondió la institución. En la carta de entendimiento original del 2007, para el proyecto se señaló que "la constitución de este Fideicomiso se acepta como garantía de la construcción de las obras de infraestructura". Ahora todo cambió, aunque ciertas dudas persisten.
Nueva carta de entendimiento

El AyA aprobó una nueva carta de entendimiento con los empresarios privados que conforman el fideicomiso. (Archivo CRH)
En junio del 2017 la Junta Directiva del AyA tomó el acuerdo 2017-263, para firmar una nueva carta de entendimiento con el Comité de Fideicomitentes del fideicomiso (grupo de privados recaudando el dinero para la obra). Según la Dirección Jurídica de la entidad es la "formalidad" para la devolución de bienes y materiales.
El AyA asumió la obra, pero además en la cláusula tercera señala que si no termina la obra, "deberá devolver al fideicomiso los materiales no utilizados". Posterior a la conclusión del acueducto, el Instituto debe emitir a los Fideicomisarios "la Constancia Positiva de Disponibilidad de Servicio de Agua, de acuerdo con lo aportado por cada uno según lo indique el Fiduciario (BCR)" y sujeto a la producción del acuífero Sardinal.
Además se estipuló la contratación de una firma, que defina los costos incurridos por el fideicomiso. Luego el AyA podrá establecer el monto a abonar por cada servicio una vez finalizada la construcción de la obra.
"El precio final a pagar eventualmente por terceros desarrolladores, deberá ser proporcional y a prorrata entre los inversionistas fundadores del fideicomiso o contribuyentes originarios y los futuros desarrolladores no miembros del Fideicomiso", reza la carta.
André Garnier Kruse, del Comité de Fideicomitentes, consultó sobre ese detalle. El AYA le respondió que su objetivo era que no exista un margen de ganancia por parte del Fideicomiso. "Garantizar que tanto fideicomitentes como futuros desarrolladores asuman el costo real de cada servicio", esto con un reparto relativo para lograr paridad de cosstos.
Auditoría cuestionó nueva carta
En su informe AU-2017-00338, la Auditoría Interna del AyA objetó que la nueva carta incumple la Ley de Planificación Urbana para regular el uso de esta figura, que privados construyan obra pública. Pero lo más grave es que concluyó que "no podría pensarse el reconocer un derecho a resarcirse el abono en una obra civil a los fideicomitentes", ya que el plazo dado por la Ley y el Manual en el tema para devolver lo invertido a un privado, es de 5 años.
En la primera fase de este acueducto, se vendieron 1.594 cartas de disponibilidad de agua, a un precio de $8,9 millones según datos incluidos en el Informe. Además el AyA recibió obras por un valor de ¢1.073 millones (poco más de $2,1 millones en el 2012), de acuerdo con un avalúo formal. Ahora intentan determinar cuánto más se habría invertido luego.
En otras palabras, el derecho a que habla el artículo N.°38 para la FASE I-A, ya fue ejercido por el fiduciario y los fideicomitentes, además de que el AyA en su actuar, ha respetado, al reservar un derecho especial a lo que el Banco ha comunicado en relación con su comercialización o venta de cartas de disponibilidad y recaudación de fondos para la construcción del acueducto, por un periodo mayor a los 5 años que establece la Ley y en una eventual desatención del interés público que ordenan los principios legales en los cuales se enmarca el accionar de la Institución.
Auditoría AyA
El AyA además dio otro beneficio a las empresas, ya que señaló en la cláusula tercera de la carta, que otorgará constancias de disponibilidad de agua, "con una vigencia mayor a los cinco años, previa entrega por parte del Fideicomisario de un plan de desarrollo de su proyecto específico".
Es decir, 15 años después de creado el fideicomiso, los privados podrían seguir recibiendo cartas de agua. Esto contraviene el criterio C-218-2008 de la Procuraduría General de la República, sobre cómo debe interpretarse la Ley en este tema.
Sin respuestas ante nebulosa de 10 años
En esta segunda fase del acueducto la empresa aporta 9 km. de tubería, 3 terrenos más y un tanque. Estos aportes aún no son contabilizados. Rodolfo Lizano, director Jurídico del AyA, aseguró que eso debe ser considerado, pues una empresa nueva puede venir y querer usar la infraestructura y se le debe cobrar proporcionalmente. Todo esto 10 años después de creado. Lizano no tiene respuesta de porqué se ha tardado tanto en concluir.

Pero el AyA enfrentará también la entrega de nuevas cartas de disponibilidad, una vez que sepa el valor real de lo aportado y lo recaudado en el fideicomiso. Pero el abogado del Instituto insiste en tener que definir los costos de las obras y de los aportes, para determinar un número de cartas a las cuales tienen derecho los privados. Aunque la Auditoría presentó datos de lo recaudado, la Dirección Jurídica insistió en que desconoce los detalles del fideicomiso.
Lizano aseguró que es muy "poco probable" que la entidad no termine la obra, pero se dejó una cláusula como "blindaje".
Análisis en el BCR
Desde noviembre del 2017, CRHoy.com consultó al BCR sobre la situación del fideicomiso. La entidad no dio muchos detalles, alegando que es de carácter privado. "Fueron los fideicomitentes quienes definieron el esquema de ejecución contractual, correspondiendo al Fiduciario únicamente la administración financiera de los fondos", señaló.
Para finales del año pasado el fideicomiso se registra activo. La semana del 22 de febrero la Junta Directiva analizó el tema. Ante las nuevas consultas, el Banco respondió que "lo concerniente a la continuidad del contrato está en proceso de análisis". Los directivos conocieron un informe sobre el contrato del fideicomiso, pero pidieron más análisis.
"Esto (el finiquito) se definirá una vez conocidos los informes adicionales requeridos. Por razones de confidencialidad no podemos dar detalles adicionales", respondió el BCR.