Ártico y Groenlandia en disputa: recursos, geopolítica y el impacto del deshielo
Cuando pensamos en el Ártico, lo asociamos inmediatamente con temperaturas extremas y tormentas de nieve. Sin embargo, en el terreno de la geopolítica, esta región está cada vez más caliente.
La importancia estratégica del Ártico no es nueva. Durante la Guerra Fría, la región albergó bases militares muy activas y desempeñó un papel clave en la rivalidad nuclear entre Estados Unidos y la antigua Unión Soviética.
Con el fin de la confrontación, su relevancia disminuyó. No obstante, tres factores recientes la han vuelto a poner en el centro del tablero:
- El deshielo provocado por el calentamiento global.
- La creciente competencia por recursos naturales entre las potencias mundiales, especialmente las tierras raras.
- Las intenciones del expresidente estadounidense Donald Trump de hacerse con el control de Groenlandia.
Muchos cambios por el calentamiento global
No hay dudas de que el Ártico de hace 20 años es muy distinto al de hoy, principalmente porque el calentamiento global aceleró de manera drástica el deshielo, cambiando por completo las posibilidades de navegación.
Hace unas décadas, solo era posible navegar en la región durante un mes al año; hoy, la navegación se extiende hasta por cuatro meses. Incluso, las proyecciones indican que la zona podría perder su cubierta de hielo marino estival en las próximas dos décadas, ya que las temperaturas en la zona no paran de subir.
Por ejemplo, en febrero de este año se registraron temperaturas 20 °C por encima del promedio histórico, alcanzando valores cercanos a los 0 °C en pleno invierno.
Según el Consejo Ártico, este cambio generó que el transporte en la región creciera un 37% en la última década, impulsado por nuevas rutas comerciales que reducen considerablemente el tiempo de viaje entre Asia y Europa.
"El deshielo ha obligado a las potencias que rodean el Ártico, sobre todo a Rusia, a construir bases navales en la región, primero para sus fuerzas armadas y, segundo, para atender el tráfico de los cargueros. Ahí entra en juego también China, que reclama la libertad de navegación para sus embarcaciones, ya que viajar desde China a Europa a través del Ártico representaría una ventaja económica significativa", explica el analista Carlos Murillo.
Conflictos territoriales
Los límites en el Ártico también son objeto de disputa. Por ejemplo, Rusia reclama una extensa zona económica exclusiva y la ampliación de su plataforma continental, llegando incluso a colocar una bandera en el fondo del océano como muestra de su soberanía.
"Las delimitaciones en el Ártico son complejas, con varios países convergiendo en un solo punto, lo que genera tensiones sobre los derechos de navegación y explotación de recursos", dijo Murillo.
En el Ártico tienen presencia Canadá, Estados Unidos, Rusia, Groenlandia (Dinamarca), Noruega, Finlandia, Suecia e Islandia.
China también se ha involucrado en la discusión, argumentando que el Ártico debe mantenerse abierto a la navegación internacional y proponiendo un Consejo Ártico ampliado donde participen no solo los estados costeros, sino también aquellos con intereses comerciales y económicos en la región.
Groenlandia y su creciente relevancia
Groenlandia se vuelve relevante en este contexto no solo por su acceso al Ártico, sino también por los recursos naturales que podrían explotarse, especialmente las tierras raras.
La isla, un territorio autónomo de Dinamarca, podría albergar hasta el 25% de los recursos de tierras raras del mundo, según algunos estudios. Estos elementos son fundamentales para la fabricación de tecnología de punta, desde vehículos eléctricos hasta dispositivos electrónicos.
Sin embargo, a lo interno sus habitantes se sienten a menudo tratados como ciudadanos de segunda fila por Dinamarca, de la que todos los principales partidos quieren independizarse.
Esta semana, la oposición de centroderecha ganó las elecciones legislativas y deberá encabezar una coalición que defina el calendario para la independencia en medio del deshielo y las presiones internacionales.