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Adolescencia: “Podemos hacer más”

Por Agencia | 30 de Mar. 2025 | 4:47 am

La Película

En Netflix se está presentando una serie británica de solo cuatro capítulos titulada Adolescencia. Creada por Stephen Graham —quien también asume un rol protagonista— y Owen Cooper el adolescente principal; la producción sigue la historia de Jamie Miller, un adolescente de 13 años acusado de asesinar a una compañera de su escuela tras apuñalarla siete veces con un cuchillo de cocina.

Desde el primer capítulo, la participación de Jamie en el asesinato queda en evidencia con pruebas fotográficas y videos del crimen. Sin embargo, el foco de la serie no es simplemente el homicidio en sí, sino las vertientes más profundas y complejas que lo rodean. Más allá del hecho criminal, Adolescencia expone una problemática inquietante: el impacto de los entornos digitales en la construcción de identidad, las relaciones y la radicalización de los jóvenes. En mi opinión, ahí radica el verdadero "quid" de la producción.

Códigos ocultos en la comunicación adolescente

A finales de los años 90, con la masificación de internet, se popularizó el término "netiqueta", una especie de código de conducta para promover el uso adecuado de esta nueva forma de comunicación. Incluía reglas básicas, palabras clave y símbolos para facilitar la interacción digital.

Pero los tiempos han cambiado. Hoy, la comunicación digital adolescente ha evolucionado hacia un universo propio, con códigos, símbolos y significados que los adultos difícilmente comprendemos. No se trata solo de emojis o abreviaturas, sino de toda una cultura digital que redefine la forma en que los jóvenes interactúan.

Los adolescentes pasan gran parte de su día en redes sociales. UNICEF señala que más del 70% de ellos invierte al menos cuatro horas diarias en estas plataformas. En este contexto, han construido su propio "metaverso", no por la tecnología utilizada, sino por la intensidad y profundidad con la que interactúan dentro de él. Se trata de una realidad alterna, con sus propias normas y valores, que para ellos es tan válida como la vida fuera de la pantalla.

Incel y la distorsión del principio de Pareto en la adolescencia

Uno de los temas más perturbadores de Adolescencia es la influencia de la cultura incel (Involuntary Celibate o Celibato Involuntario), un concepto que nació en los años 90 pero que en la actualidad ha evolucionado de manera preocupante.

Originalmente, incel se refería a comunidades de personas que compartían la experiencia de la soledad y la dificultad para establecer relaciones afectivas. Sin embargo, en algunos espacios digitales, el término ha sido apropiado por grupos que promueven discursos de odio y misoginia, creando una subcultura con ideas radicalizadas sobre género y relaciones interpersonales.

Dentro de esta ideología, se ha popularizado una versión distorsionada del Principio de Pareto 80/20, según la cual el 80% de las mujeres solo se interesa por el 20% de los hombres con estatus elevado, dejando al resto sin oportunidades en el ámbito afectivo. Esta creencia, basada en una visión reduccionista de las relaciones humanas, alimenta el resentimiento y la frustración en jóvenes vulnerables, convirtiéndolos en presas fáciles de comunidades virtuales que refuerzan su aislamiento y desesperanza.

Lo que podría parecer un simple foro en línea o un grupo de "autoayuda" se convierte en un caldo de cultivo para la radicalización, donde la violencia verbal y psicológica se normaliza, generando en algunos casos consecuencias trágicas. La serie lo muestra con crudeza: estas ideologías no solo existen en internet, sino que pueden influir directamente en la vida real, con consecuencias devastadoras.

Podemos hacer más

Disculpen si he revelado más detalles de la serie de los que hubieran querido conocer (spoilers), pero era necesario para mi propósito.

Para nosotros, como padres y educadores, esta serie debería servir como un punto de partida para la reflexión y el análisis. Sugiero que, en las escuelas y colegios, se propicien espacios de debate sobre estos temas, con la guía de especialistas.

Hemos normalizado muchos tipos de violencia en las instituciones educativas, siendo el bullying el más evidente. Pero la violencia que enfrentan los adolescentes no es solo física: en internet y en las redes sociales se desarrolla con una intensidad, alcance y profundidad que a menudo subestimamos.

Los adolescentes habitan un metaverso digital donde la violencia está tan presente que ya no la perciben como tal. Para ellos, el acoso, la exclusión y la manipulación emocional son parte de su día a día en los entornos virtuales. Y sí, nosotros, los adultos, hemos estado mirando hacia otro lado.

Basta ya de ignorarlo. Sus hijos y alumnos viven inmersos en un mundo digital que puede ser tan agresivo y destructivo como el real. Lo peor que podemos hacer es "no hacer nada".

El momento de actuar es ahora. No podemos delegar la crianza y el desarrollo de nuestros hijos a extraños ni a algoritmos que priorizan la interacción sin importar el impacto del contenido que consumen.

¿Sabemos qué están viendo nuestros hijos en internet?
¿Sabemos con quién hablan?
¿Nos hemos tomado el tiempo de entender su mundo digital antes de juzgarlo?

Es hora de dejar de reaccionar solo cuando ocurren tragedias y empezar a acompañar y orientar activamente a nuestros adolescentes en su crecimiento digital.

No se trata de controlar ni prohibir. Se trata de guiar, entender y educar.

Porque sí, podemos hacer más. Y debemos hacerlo antes de que sea demasiado tarde.

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