3 de cada 5 guardaparques en América Central han recibido amenazas
77% de estos funcionarios reportaron que han enfrentado situaciones de riesgo para su vida
El 60%, es decir 3 de cada 5, de los guardaparques en América Central recibieron amenazas por el trabajo de conservación que realizan. Igualmente el 77% de estos funcionarios reportaron que han enfrentado situaciones de riesgo para su vida.
Son algunas de las conclusiones del Informe Percepciones de Guardaparques: América Central, realizado por Global Wildlife Conservation (GWC), Wildlife Conservation Society (WCS) y Panthera, con colaboración de Costa Rica Wildlife Foundation.
El reporte es parte de investigaciones a nivel global, que buscan conocer la visión de los guardaparques sobre sus condiciones de trabajo y su motivación.
"Si bien América Central es una de las regiones con mayor biodiversidad del mundo, esta se está desvaneciendo a un ritmo acelerado como resultado de un aumento en la pérdida de hábitat, la caza furtiva y el tráfico ilegal dentro de las áreas protegidas. Los guardaparques están a cargo de proteger a la naturaleza de estas amenazas directas, pero se sabe poco sobre su bienestar, preocupaciones, satisfacción laboral y condiciones de trabajo", destacó el Informe.
Según las respuestas de la encuesta, el mayor riesgo contra la integridad de los guardaparques fueron los cazadores ilegales, que asesinan animales silvestres. Más de la mitad de los protectores señaló haber sido amenazado y más de una cuarta parte fue atacado en algún momento.
Existe una gran necesidad de despertar un mayor interés en las condiciones de trabajo y el bienestar de los guardaparques que trabajan en el campo y aumentar la conciencia pública para influir y mejorar las políticas gubernamentales que protegen a los que se encuentran en la vanguardia de la conservación de la vida silvestre.
Percepciones de Guardaparques: América Central
"Al igual que los jaguares, los guardaparques de América Central sirven como intrépidos guardianes del ecosistema, cuya presencia protectora ayuda a determinar la supervivencia de muchas especies amenazadas y tierras silvestres", dijo Roberto Salom, director del Programa Jaguar de Costa Rica y coordinador de Mesoamérica.
Agregó que los funcionarios arriesgan la vida, las extremidades y la libertad de tiempo con sus familias para no solo conservar las áreas naturales, sino también el agua, los alimentos y las oportunidades económicas del ecoturismo que benefician a muchas comunidades locales.
Sin equipo suficiente
Las relaciones familiares también se complican para el gremio. La mitad de los guardaparques consultados ve a su familia entre 5 y 10 días al mes. Un 3% dijo verlos menos de 5 días en ese periodo.
El 55% de estos defensores de la naturaleza aseguró que las condiciones laborales mejoraron en los últimos 3 años. El 9% dijo que más bien empeoró. Y un 36% señaló que está igual.
En donde hubo mayor coincidencia fue en el equipo existente para realizar las labores de protección. El 70% de los trabajadores respondieron que no se les brinda el equipo adecuado para garantizar su salud y seguridad en el campo.
Aún así un 77% dijo respondió que le gustaría que sus hijos sigan sus pasos en esta labor.
Recomendaciones
- Garantizar la seguridad laboral y oportunidades claras de progresión profesional para los guardaparques
- Mejorar la seguridad de los guardaparques de América Central a través de la profesionalización y la capacitación
- Asegurar que los guardaparques tengan una cobertura adecuada de seguro de salud, vida y discapacidad a largo plazo
- Mejorar el acceso de los guardaparques a equipo especializado
- Realizar estudios a fondo para comprender y mejorar el bienestar, la equidad y la satisfacción laboral de los guardaparques e incluirlos en la preparación de los planes y presupuestos nacionales
Los mejores funcionarios públicos

El ministro Carlos Manuel Rodríguez alabó a los guardaparques. En mayo pasado visitó Crucitas. (CRH)
El ministro de Ambiente y con 40 años en conservación, Carlos Manuel Rodríguez, señaló que los guardaparques son los mejores funcionarios públicos de nuestros gobiernos.
"Trabajan lejos de sus familias, amenazados por cazadores furtivos, animales salvajes y desastres naturales, y con un salario muy bajo y un equipo pobre. Sin embargo, son apasionados, comprometidos y aman la naturaleza. Son nuestros héroes de la naturaleza", dijo.
Si bien los gobiernos centroamericanos han invertido la profesionalización de sus fuerzas policiales, no han incluido a los guardaparques. El jerarca explicó que no ven a los guardaparques como una fuerza especializada para la conservación de la naturaleza. "A menos que hagamos lo mismo con los guardabosques y reconozcamos sus deberes de policía, nunca lograremos nuestros objetivos de conservación", urgió.
En Costa Rica se han dado pulsos y manifestaciones de guardaparques por la falta de condiciones. El pasado ministro Édgar Gutiérrez admitió las deficiencias, al reconocer que solo el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) necesita entre 500 y 600 plazas nuevas.
Pero destacó que en su administración se rescató el proyecto BID Turismo, por $25 millones que no se ejecutó en el gobierno pasado. El Banco Interamericano de Desarrollo financió $19 millones y $6 millones del Sinac, municipalidades y Hacienda.
En el 2015 se dio un caso polémico, cuando un tribunal condenó al guardaparques Mauricio Steller, por tentativa de homicidio. El funcionario realizó un operativo contra la extracción ilegal de huevos de tortuga y caza ilícita en la Zona Sur. Un sujeto lo atacó y el guardaparques disparó en defensa propia, según su explicación, que el Gobierno respaldó. Posteriormente el presidente Luis Guillermo Solís lo indultó.
"Si queremos evitar que estas áreas se conviertan en ‘parques de papel' vacíos, la comunidad internacional y los gobiernos centroamericanos deben trabajar juntos para proteger a nuestros guardaparques", agregó Roberto Salom.
Los investigadores consultaron a un total de 331 guardabosques de 101 áreas protegidas en 7 países de América Central. Eso sí, es una evaluación rápida que busca dar primeros pasos para conocer el estado de quienes deben proteger miles de kilómetros de área protegida.
"Los hallazgos no deben considerarse representativos de ningún país en particular, ni deben extrapolarse al continente centroamericano en su conjunto", explicaron los investigadores.



