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27 distritos acumularon el 49% de los homicidios en 2023

En cantones del Pacífico Central y Guanacaste se disparó la tasa de asesinatos

Por José Adelio Murillo | 14 de Nov. 2024 | 10:01 am

El centro de Limón y Batán de Matina, el distrito de Pavas en la capital, Chacarita y Barranca de Puntarenas, son algunos de los 27 distritos del país acumularon el 49% de los homicidios durante todo el año 2023. Así lo reveló el Informe Estado de la Nación (PEN) 2024, tras un análisis de los registros del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

Estas son algunas de las localidades que se han convertido en el epicentro de la ola de asesinatos que azota Costa Rica, que genera focos específicos donde se intensifica la violencia principalmente motivada por el crimen organizado y el narcotráfico, e impulsado por la falta de oportunidades de empleo y educación, según muestra el estudio.

El aumento de los crímenes mortales en suelo nacional es achacable, mayoritariamente, a la expansión del crimen organizado, con el narcotráfico como principal causa. El año anterior, más del 70% de los homicidios registrados en el país tuvo como móvil el ajuste de cuentas o venganza. 

El Informe también alerta que Costa Rica ha visto un aumento en su tasa de asesinatos: pasó de 4,4 por cada 100 mil habitantes en 1990; a 17,3 víctimas en el 2023. Esto la convierte en la tercera nación de Centroamérica con la tasa de homicidios más alta, solo por debajo de Belice (19) y Honduras (31).

Entre el 2022 y el 2023, la cifra de homicidios registrados en Costa Rica se incrementó un 27%, al pasar de 656 a 906, respectivamente.

La investigadora Evelyn Villarreal Fernández señala que la dinámica de los asesinatos en el país ha variado en años recientes, no solo por el importante aumento de víctimas, sino también por un patrón territorial que se ha ido extendiendo a otras zonas que antes no estaban afectadas. El móvil principal ahora es, en su mayoría, el crimen organizado.

"La violencia del crimen organizado se ha expandido en el país. Sin embargo, el aumento de la violencia homicida se concentra en 27 distritos (de los 478). El año pasado, el 49% de todos los homicidios registrados en el país correspondieron a esos 27 distritos, en cada uno hubo más de diez víctimas", puntualiza la investigadora.

El año pasado, entre estos distritos más sangrientos destacan Limón (79), Pavas (24), Barranca (24), Batán (22) y Chacarita (20). Además, existen otros 16 distritos en los cuales la cantidad de personas liquidadas ronda entre los 11 y 19 decesos. 

Un total de 205 distritos más tienen menos de 10 crímenes reportados y 266 no registraron ningún homicidio en el 2023, el año más violento de la historia. De acuerdo con el Estado de la Nación, la violencia homicida en Costa Rica no se distribuye de manera uniforme.

Algunos crónicos, otros emergentes

El estudio del PEN apunta a que cantones como Limón y San José siguen sufriendo esta problemática de forma permanente y crítica, con una tasa superior a los de 20 homicidios por cada 100 mil habitantes. No obstante, desaceleraron su crecimiento.

En contraste, cantones en el Pacífico Central y Guanacaste han experimentado un importante aumento en la tasas de homicidios en años recientes. Por ejemplo, Parrita pasó de tener 5 homicidios por cada 100 mil habitantes en 2017 a 84 el año pasado.

Similarmente, Santa Cruz pasó de una tasa de 2,8 a 33. Según el Informe, este cambio refleja la expansión territorial de las bandas criminales, que ajustan sus dinámicas de control en respuesta a las políticas de seguridad pública y la movilidad del mercado delictivo.

La razón de ser y cómo se ejecutan los asesinatos también se han transformado. De acuerdo con datos del OIJ, el 71% de los homicidios en el 2023 tuvo como móvil el ajuste de cuentas o venganza, relacionados con la delincuencia organizada o el narcotráfico.

En la mayoría de estos casos (80%) un arma de fuego fue usada para cometer los asesinatos, las principales víctimas fueron hombres (92%), costarricenses (85%) y jóvenes (45%, menores de 30 años).

"El análisis de los datos muestra que, en los últimos cuatro años el OIJ logra resolver con la identificación de un sospechoso alrededor del 55% de los casos. El restante queda sin resolución o está pendiente, lo que podría indicar una mayor complejidad en los homicidios y un crecimiento de las estructuras de violencia armada, como sicarios y gatilleros", señaló Villarreal Fernández.

En el primer semestre del 2024 se registraron 434 homicidios dolosos; es decir, un asesinato cada 10 horas.

Crimen organizado y narcofamilias

De acuerdo con el estudio publicado este jueves, el año pasado Costa Rica alcanzó su cifra récord de desarticulación de organizaciones criminales locales: en total quedaron 107 estructuras desmanteladas.

Estas bandas, junto a las narcofamilias y las organizaciones criminales internacionales, han estado creciendo y ocupando más territorios en el país desde el 2010.

Las "narcofamilias" se han ido transformando de organizaciones que se dedicaban a otras actividades ilícitas como la venta de guaro de contrabando o vino de coyol en Guanacaste, a actores clave en el control del territorio por el narcomenudeo. Por eso compiten de forma violenta con pequeñas bandas que aparecen y desaparecen.

Otro factor que influye en la violencia entre las organizaciones criminales es la confluencia de carteles colombianos y mexicanos. Estos últimos se caracterizan, según expertos, por disuadir a bandas rivales mediante actos brutales, lo cual recrudece la violencia homicida. 

"El conflicto entre las narcofamilias, grupos locales emergentes y carteles transnacionales crea una red criminal compleja y con acceso a importantes recursos, que dificulta a las autoridades lograr un control efectivo sobre la violencia homicida vinculada con el narco", comentó la investigadora Evelyn Villareal.

No obstante, estas agrupaciones no se dedican únicamente a actividades del narcotráfico como el trasiego internacional y el narcomenudeo, sino que existe evidencia que además incursionan en otros delitos como a trata de personas, tráfico de armas y préstamos "gota a gota".

En este escenario, "el país enfrenta un desafío multicausal, por tanto las medidas deben balancear, por un lado, la perspectiva preventiva a largo plazo es abordar las desigualdades sociales, pues la creciente violencia homicida en Costa Rica es más intensa en las zonas de alto rezago social; por otro lado, las estrategias policiales y de inteligencia para enfrentar los factores de inseguridad internacionales", concluyó Evelyn Villarreal Fernández.

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