Sin maquillaje y con 70 invitados: Todos los detalles de la boda de Leonora Jiménez
Se casará el 10 de diciembre.
(CRHoy.com) La modelo costarricense, Leonora Jiménez se casará el 10 de diciembre próximo, sin maquillaje y con un total de 70 invitados.
Así lo reveló en entrevista con CRHoy.com, muy feliz por dar el ‘Sí acepto' a su novio, Mariano Herrera, con el que tiene varios años de relación.
"Yo siento que mi boda es un reflejo de qué tan diferente soy, qué tan diferente es Leonora de lo que la gente cree que es Leonora. La mayoría de gente se imagina una boda gigante, super pomposa, lujosa, vestido de encaje gigante, con 10 metros de cola y realmente es una boda muy íntima", afirmó emocionada.
Aunque se hablaba de que la boda sería en noviembre en la playa, ella aseguró que escogieron una finca, cerca del Gran Área Metropolitana (GAM) y que, serán entre 70 y 80 invitados.
"Muy lindo el ambiente perfecto para celebrar un día que para mí es tan especial y que no necesita nada accesorio, ni maquillaje. Es un día que por sí solo para mí ya representa todo. Estamos planeando una boda muy especial, muy íntima", añadió.
También reconoció que, en esta ocasión, alquilará el vestido de novia.
"Va a reflejar un poco la sencillez, que solamente las personas que realmente me conocen saben que me caracteriza. Estamos muy enfocados realmente en celebrarlo, disfrutarlo", indicó.
De momento, está con los preparativos de la boda, así como en la organización del Gran Fondo de Andrey Amador. Por eso, será hasta después que pueda irse de luna de miel.
Fue precisamente el 6 de octubre del año pasado que la rubia dio a conocer el compromiso, con una imagen a través de redes sociales y un mensaje del líder espiritual tibetano Dalái Lama.
Se llama calma y me costó muchas tormentas. Se llama calma y cuando desaparece… salgo de nuevo a buscarla. Se llama calma y me enseña a respirar, a pensar y a volver a pensar.
Se llama calma y cuando la locura la tienta se desatan vientos salvajes que cuestan dominar. Se llama calma y llega con los años cuando la ambición de joven, la lengua suelta y el estomago frío dan lugar a más silencios y más sabiduría. Se llama calma cuando se aprende bien a amar, cuando el egoísmo da lugar al dar y el inconformismo se desvanece para abrir corazón y alma entregándose enteros a quien quiera recibir y dar.
